¿Qué Pasa?

Chano Pozo, ‘el tambor de cuba’, 70 años de un crimen

Enseñó a los percusionistas de jazz, la ejecución de la polirritmia cubana.

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Al igual que otros grandes artistas populares como Carlos Gardel o John Lennon, el gran percusionista cubano Chano Pozo alcanzó la dimensión de leyenda o mito bajo la sombra de una muerte trágica y prematura, de la que hoy se conmemoran 70 años. Como señala el periodista cubano Leonardo Acosta en el ensayo Chano, rumbero y jazzista: “Chano es acaso el único mito o leyenda que es compartido por los rumberos y jazzistas”.

Luciano Pozo González, su nombre de pila, y conocido como ‘el Tambor de Cuba’, fue asesinado el 3 de diciembre de 1948 en New York. Son muchas las historias que se han contado sobre el hecho que le costó la vida, luego de una pelea en un bar en el barrio Harlem. Nunca estuvo clara la causa de su muerte. ¿Deudas? ¿Drogas? El caso es que Eusebio Muñoz, un puertorriqueño al que apodaban el Cabito, lo asesinó de un disparo que le partió en dos el corazón.

Una de las versiones sobre el homicidio es que el detonante habría sido la disputa por una bolsa de marihuana falsa, que el boricua le había vendido al artista. El famoso músico cubano Beny Moré lamentó su muerte en la can ción Rumberos de Ayer: “Oh, oh Chano, murió Chano Pozo/sin Chano yo no quiero bailar”.

El periódico La Prensa de Nueva York publicó el viernes 4 de diciembre de 1948 un artículo en el que muestra apartes del expediente policíaco. Se lee que Chano Pozo fue atacado a balazos a eso de las 10:15 de la noche del jueves, cuando hablaba con unas jóvenes en el Río Bar Grill, situado en el 25 de Lemox Ave. “En el lugar se bailaba al compás de la música afroantillana de la época. De repente sonaron cinco o seis balazos, y Luciano cayó mortalmente herido en el pecho”.

El herido en estado de gravedad fue conducido alSydenham Hospital, a donde llegó sin signos vitales. Por su parte el Cabito fue trasladado a la estación de Policía de la calle 123 Oeste. El sujeto explicó que la víctima le adeudaba 15 dólares, tratando de justificar su acción. De la investigación se encargó al fiscal James Yeargin, quien recibió declaraciones a varios testigos presenciales.

En un video documental en homenaje a Chano Pozo, aparece una persona que dice haber estado presente en el momento en que el Cabito disparó. En su narración anota cosas tan importantes como la de haber visto cuando el boricua le entregó dinero a Chano Pozo para que le consiguiera ‘La Manteca’ (heroína).

El supuesto testigo afirmó encontrarse en la misma mesa donde estaba sen tado Chano al momento de la llegada del Cabito, y escuchar las palabras que se cruzaron ambos antes de los disparos. Los restos de Chano fueron sepultados en La Habana y, por coincidencia, su tumba está situada en el Cementerio de Colón a unos escasos sesenta metros del solar donde nació.

Así desapareció el famoso rumbero y compositor, y nació para la historia del jazz un hombre convertido en leyenda, al que la música cubana le debe haber sido conocida, fusionada, para dar lugar a un ritmo desconocido hasta entonces: el Latin Jazz.

ANTECEDENTES ARTÍSTICOS

Chano Pozo nació en el barrio de Pueblo Nuevo, de La Habana (Cuba), desde niño sintió la música como si sus antepasados africanos le hubieran puesto la emoción y la inspiración musical de la selva. Era muy querido por todos y admirado por su arte y su maestría con el bongó, que era parte de él como un vibrante y hermoso juguete.

La infancia de Chano Pozo fue la misma de los niños negros y desamparados en aquellos años. Sus amigos no le dieron un buen ejemplo y aún adolescente fue a parar a un reformatorio. Cuando salió aprendió a tocar en los solares la tumbadora y el tambor llamado conga. También allí se formó como bailador y compositor.

Las comparsas de los carnavales de La Habana lo tuvieron entre sus participantes, principalmente Los Dandys del barrio de Belén, en la que también estaba Félix Chapottín. Allí en 1940 introdujo el baile llamado ‘La Jiribilla’. Por esa época comenzó a componer sus famosas rumbas. Su primer número fue Blen Blen, con arreglos de Anselmo Sacasas de la orquesta Casino de la Playa, de la que era administrador y cantante Miguelito Valdés.

Después escribió temas como: Nague, Ariñara, Anana, Boroco, Tinde, Muna san finba, Un cabito y otras 100 más. En 1946 se trasladó a Estados Unidos donde trabajó en clubes nocturnos y teatros neoyorquinos. Su último número, el más popular que hay de rumbaBe-bop, lo grabó con la orquesta de Dizzy Gillespie y aún retumba por muchos países.

Chano Pozo era único en su arte, su bongó cantaba y una de sus más grandes admiradoras era Lena Horne, la famosa cantante de raza negra, que iba al lugar en donde Chano tocaba con Gillespie para observar al famoso negrito, con su contagiosa alegría, su mímica inigualable y sus manos mágicas que hacían cantar y llorar al bongó con sus ritmos de selva africana.

UN LIBRO A 70 AÑOS DE SU MUERTE

Un libro que aborda bien el paso terrenal de este excelso músico es Chano Pozo. La vida(1915-1948), de la investigadora cubana Rosa Marquetti, publicado por la editorial La Iguana Ciega. Es una profunda investigación sobre la vida y obra del gran tamborero cubano.

Se dice que la primera grabación de Blen Blen Blen la hizo en 1939 Miguelito Valdés con la Orquesta Casino de la Playa. En la presentación del libro, Rosa Marquetti dijo en La Habana que cuando se cumplen 70 años del fallecimiento de Chano Pozo, este se resiste a morir. “Ha dejado lo suficiente para reaparecer una y otra vez en el imaginario de todos lo que alguna vez escucharon o pronunciaron su nombre o recordaron algún segmento de esa vida que sin dudas, fue un verdadero thriller digno de la mejor cinematografía”.

En el capítulo Ahora sí, la autora describe el encuentro de Chano y Dizzy Gillespie en Nueva York, y el histórico concierto del Carnegie Hall, del que surge una nueva música norteamericana por el junte de estos dos genios. Manteca, grabado en New York el 30 de diciembre de 1947, es el estándar del jazz afrolatino por excelencia, y uno de los temas más grabados en el ambiente del latinjazz.

El gran mérito de Chano Pozo fue adaptar la tumbadora o conga a los patrones rítmicos del jazz, específicamente al be bop. Al mismo tiempo, Chano enseñó a los percusionistas de jazz cómo se ejecutaba la polirritmia cubana. Allí radica la gran contribución del genial tamborero a la definitiva explosión del Afrocuban jazz.

Con infomación: Rafael Bassi L.

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