¿Qué Pasa?

Descubra desde hoy el lado más íntimo de Rubén Blades

Se estrena en las salas de cine del país documental sobre ‘El Poeta de la Salsa’.

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Tras un extenso recorrido triunfal por los principales festivales de cine del mundo, hoy se estrena en las salas de cine del país el documental Yo no me llamo Rubén Blades, una producción colombiana bajo la dirección del panameño Abner Benaim.

Se trata de un recorrido por la vida del ganador de 17 premios Grammy a través de una gira de conciertos, en la que se puede conocer mucho, de uno de los artistas más importantes de todos los tiempos de la música en español, junto a sus ambiciones políticas.

“Lo conocí justo al hacer Chance, mi primer largometraje. Él era el Ministro de Turismo de Panamá y además actor. La cultura cinematográfica en Panamá era escasa y para alegría mía, fue el primer filme distribuido en los teatros de mi país. Rubén comenzó a contarme episodios de su pasado y yo solo sentía que la angustia se apoderaba de mí pues quería grabarlo, hasta que le dije que no era posible que siguiera solo escuchándolo hablar y cantar a capela”, comentó el director sobre Blades.

El documental, que cuenta con la participación de Sting, Paul Simon, Gilberto Santa Rosa, Tito Puente, Andy Montañez, Residente, Ismael Miranda, Eddie Montalvo, Ralph Irizarry y Larry Harlow, entre otros, también se estrenará en 10 países de Latinoamérica. Este proyecto fílmico es la presentación del lado más íntimo de Blades, al cual no había permitido el ingreso el artista, del cual siempre faltará tiempo para conocer y descubrir en su medio siglo dedicado al quehacer musical.

ESTE ES SU TESTAMENTO

“Yo tengo mi testamento hecho. Esto es una parte de ese testamento, es decir, cosas que es importante decir, porque si no las digo y no las aclaro ahora, otros van a tratar de interpretar y no va a ser lo mismo”, dijo Rubén Blades en el documental.

Así describe el artista panameño este documental que durante hora y media hace un recorrido por su vida cantante, pero también por su vida personal, un escenario que ha blindado siempre a toda costa, lo que hace aún más valioso que haya dejado traspasar la puerta de su hogar al director Abner Benaim, con quien habló hasta de su hijo Joseph, a quien conoció cuando ya tenía 37 años.

“Recuerdo que dijo: ‘nunca dejo entrar a nadie, primera y última’, sentenció. Para mí resultó una producción distinta. Era mi primer musical y conté con la suerte de que Rubén me dio toda su confianza para realizarlo y nos permitió entrar en su hogar en Nueva York, donde nunca nadie le había disparado para una foto. De hecho, nos confesó que no le gustan las fotos. Busqué averiguar quién es el hombre detrás del artista y creo que lo logramos”, afirmó el director.

El propio Rubén Blades en conversación con el director Abner Benaim, narra la película que transcurre esencialmente entre Nueva York, hogar de buena parte de su desarrollo profesional y su natal Ciudad de Panamá.

Recorriendo las calles y los lugares que han sido testigos silenciosos de su camino, vemos a un Rubén Blades reflexivo, espiritual, con sus pasiones y sus temores, que no reconoce del todo la fama mundial que posee y que se sorprende de los roles que ha desempeñado.

El título Yo no me llamo Rubén Blades explica un poco ese conflicto de reconocerse como figura pública.

“Tres años tomó recopilar el material. Estábamos con él por días, persiguiéndolo en sus actividades cotidianas, en ocasiones en su estudio repleto de grandes recuerdos, colección de cómics, carátulas de discos, una de ellas, nostálgica al lado de Celia Cruz e Ismael Mirada. Lo seguíamos a restaurantes, ensayos, conciertos y en las calles al encuentro con fans”.

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