¿Qué Pasa?

En silencio despidieron a Idelfonso Vivero, que vivió por y para la música

Coleccionistas y amigos reconocieron su legado musical.

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Pese a que el coleccionista y proveedor musical Idelfonso Vivero Martínez les dijo muchas veces a sus cinco hijos que el día de su sepelio le dieran el último adiós con las notas de La cuna blanca, de la orquesta La Selecta, esto no ocurrió.

Su hijo Idelfonso Jr., explicó que es tanta la tristeza que los embarga que no tuvieron ánimos para que este clásico salsero sonara. “Muchos esperaban un picó sonando a todo timbal, pero deben entender que nos sentimos muy tristes, mi padre deja un gran vacío en nuestra familia. Era un hombre correcto, gran consejero y muy amoroso, además de música nos enseñó a ser grandes personas”, dijo Idelfonso Jr. al bajar el féretro y tomar un poco de aire, ayer a las 3:05 p.m. en el jardín 63 del cementerio Los Olivos, vía al Mar, donde sepultaron a su padre.

Las lágrimas que se resbalaban por las mejillas de familiares y amigos de este hombre que inundó de música el circuito salsero y verbenero en Barranquilla, caían en silencio sobre la grama, hasta que Humberto Andrade, el conocido Tico Salsa, tomó la vocería para recordar los aportes de Idelfonso Vivero, y también destacar su calidad humana.

“Idelfonso nos ha dejado las mayores enseñanzas y canciones. Desde los 90 nació mi amistad con él, y debo resaltar que a todos nos dejó un consejo, siempre decía que había que estirar la mano y saludar al prójimo. En 1993 cuando llegué al Taboga, fue el primero en extenderme la mano, por eso nunca lo olvidaré y les pido a los coleccionistas y picoteros que hagan lo mismo con la música que trajo”, sostuvo Tico Salsa vestido con una camisa con la imagen de Ismael Miranda, El Niño Bonito de la Salsa.

Al fondo un llanto desgarrador se escuchaba, era el de Gary, otro de los hijos que dejó Idelfonso. “Lo recordaré siempre al son de temas como Good Love, A pie descalzo y La torta, esos eran los que mi viejo prefería cada vez que ponía música en nuestro hogar”.

‘Se nos va el patriarca’

Varios de los coleccionistas y vendedores de música que asistieron al sepelio coincidieron en decir que Idelfonso Vivero, fue el verdadero Patriarca de la música afroantillana. “Siempre vimos en él a una persona humilde y muy sabia. Lo llamábamos el padre de la música porque sencillamente fue el primero que realizó viaje a otras ciudades en búsqueda de canciones diferentes.

Nunca lo vi discutiendo con nadie, era sinónimo de comprensión, logró unir a los coleccionistas con sus eventos, se nos va el patriarca”, expresó el coleccionista Manuel Henríquez. Jaime Fontalvo, mejor conocido como Jimmy Melodía, quien vino de Cartagena expresamente a las honras fúnebres, se declaró admirador de Vivero y destacó su compañerismo.

“Vivía por y para la música, tuvimos más de 50 años de amistad. Cuando yo era disc jockey del picó El Gran Platino de Cartagena, me cedió el tema El Son de la Loma de Guatequito y lo pegamos, compartimos muchos temas, en su corazón no había espacio para el egoísmo”, resaltó Jimmy Melodía. Elber ‘el Chino’ Barraza, indicó que Idelfonso junto con su hermano Luciano Barraza (Q.E.P.D.) en 1966 fueron pioneros en crear los duelos de picós. “Era un tipo muy inquieto, recorría el país en búsqueda de música, también tenía amigos pilotos que le traían LP de otros países. Recuerdo que en 1989 nos llevó a El Taboga el tema Caricias prohibidas, de Vitty Ruiz y nos dijo que ese sería un súper éxito, pero no le prestamos atención y miren todo el tiempo que pasó para que se cumpliera su palabra, hoy Caricias prohibidas es un clásico”.