¿Qué Pasa?

Las cosas que le están prohibidas a la nueva esposa del Príncipe Harry

Tiene 36 años, es divorciada, actriz y afro, todo un hito en la historia de los enlaces reales.

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Megan Markle no es una mujer común: divorciada, negra, actriz y con 36 años se casó con uno de los miembros de la realeza más codiciados,el Príncipe Harry; y con su relación, rompió todos los esquemas establecidos hasta el momento, que determinan por ejemplo la ascendencia noble de todas las mujeres que se emparenten con la familia real, su recato y sobre todo su soltería.

Sin embargo, Markle ya estuvo casada, es feminista, trabaja desde joven y definitivamente no cumple con el protocolo real, tal como quedó demostrado en su boda en la que no permitió que ningún hombre la llevara al altar y lo hizo sola, dio un discurso, besó en varias ocasiones a su nuevo esposo, hizo una recepción pequeña y no se asomó al balcón del Palacio para dar el saludo protocolario.

No obstante con su entrada a la familia real, hay un conjunto de reglas que aunque en la modernidad pueden resultar absurdas, son determinantes en la conducta de la realeza, y por ende deberán ser acatadas por Megan.

No podrá usar escotes, vestidos con transparencia o colores vistosos. Tampoco podrá usar esmalte de colores oscuros y por el contrario sus uñas deben estar pintadas en un tono rosa o claro.

Tiene que olvidarse de usar ropa informal, no podrá tener demostraciones de afecto en público con su esposo, no podrá asistir a fiestas que no sean aprobadas por la reina y nunca más podrá ejercer su carrera como actriz.

Su vida, relaciones, conversaciones e incluso redes sociales, quedarán supeditadas a la supervisión de sus colaboradores, tendrá que caminar por lo menos 3 pasos detrás de su marido como señal de respeto, deberá reverenciar a la máxima monarca cuando esté en su mismo recinto, no podrá votar, ni tampoco comer mariscos por razones de seguridad.

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