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Cinco puntos para entender el fracaso de Junior este semestre

AL DÍA analiza las razones de esta “crónica de una muerte anunciada”.

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No hubo forma de salvarse. Junior, desde la parte futbolística hasta el pobre manejo administrativo, dio rienda suelta a un pésimo semestre que lo dejó con las manos vacías y con la imagen por el suelto ante su afición y el país.

AL DÍA analiza las razones del fracaso tiburón, que inicia con las palabras de Fuad Char, máximo accionista del equipo, que terminaron en la salida de Alexis Mendoza y en el distanciamiento de la hinchada. A esto se sumó la contratación de un técnico inexperto como Giovanni Hernández, poca calidad de los refuerzos y bajo nivel de sus jugadores.

SE CORTÓ UN PROCESO

La salida del técnico Alexis Mendoza iniciando el torneo —dos partidos de Liga— luego de las controvertidas declaraciones del máximo accionista de Junior, Fuad Char, en las que señaló que el entrenador currambero rechazó a jugadores como Teófilo Gutiérrez para reforzar el equipo, cortó un proceso sólido que se venía manejando.

AS Colombia

Sin grandes refuerzos durante los tres semestres que estuvo al frente de Junior el DT barranquillero, su equipo se clasificó a los cuartos de final de la Liga, disputó dos finales —2015 II y 2016 I— y se consagró campeón de la Copa Águila. Pero sobre todo se creó una identidad de juego en los rojiblancos, una base sólida, con una disciplina concreta y un orden establecido que potenció a los tiburones en su patio y también consiguieron importantes triunfos de visitante, convirtiéndose en una de las escuadras protagonistas en el rentado local.

Fuerza Tiburona

INEXPERIENCIA DE GIOVANNI

La llegada de Giovanni Hernández para tapar el vacío de Mendoza no funcionó. El exjugador e ídolo rojiblanco, en su corto palmarés como entrenador traía a cuesta el descenso con Uniautónoma y una pobre campaña al frente del Real Cartagena en la B.

ColombiaSports.net

Su inexperiencia como técnico le pasó factura para afrontar los tres torneos que Junior tuvo que disputar —Liga, Copa y Sudamericana—. El vallecaucano, que sufrió las lesiones de varios jugadores, no supo mantener el legado que había dejado Mendoza y se llenó de constantes excusas sobre el “poco tiempo de trabajo” y terminó sucumbiendo en el fracaso deportivo.

REFUERZOS SIN PESO

Aunque ya parezca un disco rayado, una vez más Junior no se reforzó como debía. Tras perder la final de Liga ante Medellín el semestre pasado los rojiblancos en lugar de potenciar sus filas se conformaron y no dieron el salto de calidad que necesitaba el plantel.

En defensa llegaron David Álvarez, de la tercera división de México, que jugó muy poco, y Sebastián Toro, que andaba sin contrato tras varios meses de inactividad, y aunque mostró más ferocidad que fútbol, tampoco tuvo muchas chances.

Para el mediocampo llegó Fáber Cañaveral quien mostró un bajo nivel para ayudar en la zona de recuperación. Sebastián Hernández arribó para dar una mano en la creación y terminó ocupando más funciones defensivas que de armado. En ataque, ese puesto que tanto y tanto aclamaron —y aún claman— los hinchas por un refuerzo de jerarquía, apareció Michael Rangel. Se lesionó en su debut, luego tuvo pocas chances y al final del campeonato, cuando ya prácticamente todo estaba decidido, apareció como la cuota de gol de Junior.

DISTANCIAMIENTO CON LA AFICIÓN

“Bueno, si no van al estadio, nosotros, con los patrocinadores, sostendremos al equipo. La afición ve el partidito en las cantinas o en los estaderos tomándose su cervecita, eso es muy bueno. Si yo fuera hincha del Junior, pues no voy al estadio, me quedo ahí en el estadero viendo el partido, cómodo, sabroso. Con esta frase Fuad Char sentenció el abandono de la afición currambera en el estadio Metropolitano.

La poca asistencia al Coloso de La Ciudadela, que salvo en la final del jueves ante Nacional (20.005 mil personas) rara vez superó los 10 mil aficionados, sumada a las interminables críticas en las redes sociales y los constantes cánticos ofensivos de las barras para jugadores, cuerpo técnico y dirigentes, crearon un mal ambiente que no sirvió de aliento al grupo de jugadores, sino que por el contrario les generó más presión y nunca encontraron el respaldo esperado en una afición cansada de la desorganización.

BAJO NIVEL DE LOS JUGADORES

Todo el entorno que se vivió alrededor de Junior terminó sumó el bajo rendimiento de los jugadores. El equipo se vino abajo. Los laterales —Vélez, Murillo, Carachito, Gutiérrez y Noguera— poco aportaron y el resto de la defensa —Balanta, Pérez, Álvarez y Toro (Correa no jugó por lesión)—, entrenada por el asistente Harold Viáfara, mostró demasiadas falencias recibiendo 26 goles en contra en 20 partidos de Liga. El mediocampo careció de ideas y se perdió el juego de asociación que arrastraba el equipo con Alexis Mendoza.

James Sánchez, que brilló con Alexis, estuvo deslucido, al igual que Vladimir Hernández quien mostró algunos chispazos de su talento pero no fueron suficientes para montarse el equipo al hombro.

Vladimir Hernández | AL DÍA

Arriba Rangel terminó siendo la carta de gol con 9 anotaciones en el semestre, por encima del poco peso ofensivo al que nos tienen acostumbrado en las últimas temporadas Édinson Toloza (5 goles), Roberto Ovelar (4), Léiner Escalante (4) y los menos utilizados fueron Clemente Palacios (1) y Jesús Rodríguez (0).

Michael Rangel. | 90min.com

Entre los pocos que salvan el semestre a nivel individual se destaca el arquero uruguayo

Sebastián Viera

quien mantuvo su nivel bajo el pórtico y además incrementó su precisión en los tiros libres anotando 2 goles. El guardameta barranquillero

José Luis Chunga

también respondió cuando le tocó reemplazar a Viera. Además del defensor

Alexis Pérez,

que siempre demostró mucho pundonor y entrega, sumado al recién ascendido

Enrique Serje

en el medio campo, que salió a flote a pesar de las adversidades que vivió el equipo.

Sebastián Viera y José Luis Chunga. | La Esquina RojiBlanca