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El insólito caso de Jaider Romero y su drama en el Junior

Por una enfermedad congénita no le han permitido jugar con el equipo desde hace 2 años y 5 meses, sin embargo, sigue asistiendo a los entrenamientos y pide a los directivos una oportunidad.

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Inicia una jornada más de entrenamiento en Junior y los jugadores salen del vestuario con su uniforme de práctica. Cuando los trabajos físicos comienzan un integrante del grupo, vestido con la misma indumentaria que el resto, sale a un costado del campo, se aparta, y solo observa lo que hacen. El tiempo pasa, el entreno está por finalizar y se escucha un grito: “Pilas que me vieron, aquí estuve para que no digan que no vine…”

Así transcurren los días para Jaider José Romero Romero, quien el 14 de septiembre del 2013 jugó su último partido oficial con Junior (1-1 Cúcuta); acosado por una lesión de columna de lo marginó de las canchas.

“Yo venía jugando normal, pero cuando terminaba los partidos sentía molestias en la cadera, y le informé al médico Carlos Rolong. En la primera resonancia que me hicieron salió que tenía una desviación en la columna, y diagnosticaron que no podía jugar más fútbol”, rememora el lateral vallenato, que atendió la entrevista de ALDÍA en su apartamento en el barrio Miramar donde vive junto a su esposa Eufemia Sánchez y sus dos hijas Natalia (7 años) y Nawall (11 meses).

Romero junto a su hija Natalia, en el balcón de su apartamento en Miramar. | Foto: Luis Felipe De la Hoz ALDÍA


El diagnóstico oficial fue una espondilolistesis —deslizamiento de una vértebra sobre la que le sigue—, una lesión congénita que Jaider carga en los músculos de la cadera. Sin embargo, él asegura que con el tratamiento adecuado podría retomar a las canchas.

“Junior quiso que todo fuera por la ESP o ARL. Si el médico de la ARL decía que era la columna nadie alegaba nada. Tuve la posibilidad de ir donde el médico Javier Fernández, que estuvo en Junior hace unos años, y me pagué la consulta. Él me dijo que tenía una lesión de los músculos de la cadera que era recuperable, es más, me dijo que con 15 días de terapia me ponía a jugar. Junior me dijo que siguiera el tratamiento de la ARL. No pueden recuperarme como una persona normal porque no son los mismos métodos que para un futbolista de alto rendimiento”, manifiesta.

SE SINTIÓ ABANDONADO

Desde su llegada a Junior en el 2007 proveniente del Valledupar, Romero conquistó dos títulos con el equipo rojiblanco (Apertura 2010 y Finalización 2011), y a pesar de la competencia que le traían — Sergio Otalvaro o Jamel Ramos— se las arregló y terminó siendo titular.

Del 2011 hasta mi lesión tuve la fortuna de jugar sin importar los laterales que trajeran. El 2013 era mi último año de contrato y sabía que tal vez no iban a renovarlo porque no habíamos clasificado, pero yo venía jugando todos los partidos y eso me daba tranquilidad, ya que si terminaba mi contrato tenía la oportunidad de irme a otro club”, dijo Jaider quien ese año jugó 15 partidos titular por Liga en el primer semestre, y 8 en el segundo hasta la lesión. Ese año (2013) Junior le pasó la carta de finalización de su contrato, pero por estar lesionado han venido renovándole desde entonces —dos años y cinco meses—.

"No puede entrenar porque nos puede demandar la EPS o ARL por tener un trabajador incapacitado", dice el gerente General del Junior. Foto: Luis Felipe De la Hoz ALDÍA


Sin embargo, el futbolista nacido hace 33 años en Valledupar, siente que a él no lo han tratado igual que a otros integrantes del equipo que también han sufrido lesiones graves, como el conocido caso del vallecaucano Iván Vélez.

“Nunca entendí por qué conmigo se portaron así y con otros jugadores no. No me cuesta decirlo porque Iván es una persona que admiro y quiero mucho, pero con él fue muy diferente. Junior asumió todo el riesgo con él, y sin importar lo que tenían que pagar lo iban a recuperar. Yo iba a los entrenamientos y todos estaban pendiente de Vélez, las terapias eran para él y yo decía: ¿por qué conmigo no, qué pasa? Es algo que siempre he tenido en mi corazón, sin resentimiento con Iván porque él no tiene nada que ver, pero a mí nunca me hicieron un plan de trabajo”, relata con angustia el deportista.

De los jugadores que actualmente quedan en el plantel Jaider mantiene amistad con Vladimir, Chunga y Celis. Por eso tal vez entiende que la mayoría no se inquiete por el caso que está viviendo.

“Me pongo en el lugar de mis compañeros y pienso que yo habría hecho otra cosa por alguien que sufriera lo que yo estoy viviendo. Por lo menos buscar la posibilidad de hablar con algún directivo o el profe, pero ellos tal vez por su afán de pelear por un puesto no se dan cuenta, y no digo que no les duela verme así, pero hasta ahí ha quedado. Es entendible porque tal vez piensan que si dicen algo van a ser cuestionados o algo”, expresa.

JUNIOR SE APEGA A LA LEY

Por el lado de la directiva de Junior la situación parece que no es sencilla de resolver. “A diferencia de lo de Iván Vélez, este no es un tema de operación sino un tema congénito, si hubiera algo que Junior pudiera hacer para que Jaider pudiera jugar, ya se hubiese hecho. Por lo pronto es un hijo adoptivo, como decimos aquí coloquialmente nosotros. Desafortunadamente está el tema humano, pero no es algo fácil ni para él ni para Junior”, confirma el presidente de la institución barranquillera Alfredo González-Rubio.

“No se le permite entrenar porque se corre un riesgo muy grande de lesión, él tiene un contrato hasta diciembre 31 de este año, y se le han ido haciendo renovaciones por su incapacidad, nosotros no lo ponemos a jugar porque su condición física no está apta”, dice el presidente del Junior.

Con la llegada de Alexis Mendoza el año pasado, Jaider le pidió al entrenador la oportunidad de pelear un puesto, y si no era de su gusto se marcharía para otro lado. El DT le dijo que los directivos le pidieron un alta médica para que pudiera entrenar, pero... “A mí me dieron el alta para comenzar entrenamientos, ahí hablé con Rolong para que me dejara entrenar pero al no ponerme a hacer los trabajos específicos para recuperarme sentí que me estaba doliendo la cadera otra vez y en la ARL me mandaron otra incapacidad. Eso hizo que mi contrato se renovara y es lo que hasta ahora me tiene acá todavía. ¿Pero sin poder jugar ni entrenar para dónde me voy a ir?”, explica el futbolista.

Jaider Romero en uno de sus últimos partidos con el Junior, el 17 de febrero del 2013. Foto de Fútbolred


Junior como institución insiste en que están haciendo todo el procedimiento de forma legal para brindarle al jugador las exigencias pertinentes que la ley les obliga a cumplir. “El hecho de que sea un equipo de fútbol no significa que sea distinto, Junior es una empresa y se rige normas de legislación laboral. Él se presenta todos los días a entrenamiento porque quiere, pero está incapacitado y no debería, así de sencillo. El que debe decir si está bien es el alta médica y nosotros no tenemos alta médica de él. En julio del año pasado nos presentó un alta médica, nosotros le cumplimos su contrato hasta diciembre como estaba estipulado. En noviembre Junior le pasó una carta de no renovación y luego el 5 de diciembre él nos entregó otra carta del médico que lo está tratando en la ARL donde decía que recaía de nuevo en su lesión y seguía incapacitado”, acota el gerente del equipo, Héctor Fabio Báez.

Para Báez el club le ha cumplido en todos los sentidos al jugador, asegurando que “Junior ha hecho mucho teniendo su departamento médico a disposición de este señor dos años y no hemos logrado nada. Nosotros no tenemos un dolorímetro para saber su estado, por eso dejamos el caso en manos de la ARL. Ahora resulta que Junior es el malo de la película cuando le hemos cumplido con toda la normatividad”.

Sin embargo, Jaider expone que Junior le adeuda un dinero de su salario.

“Mi contrato se ha renovado pero no me lo han pagado completo, solo una parte. Aquí se firma una parte por sueldo básico y otra por bonificaciones de arriendo que me han estado debiendo todos estos años desde que me lesioné”.

AL DÍA consultó al médico de Junior, Carlos Rolong, pero este aseguró que no estaba autorizado a hablar del caso.

PIDE UNA OPORTUNIDAD

Independiente del tema legal, el futbolista lo único que pide es una oportunidad para reacondicionarse físicamente y así poder estar a la par del resto de jugadores para continuar con su carrera, ya sea en Junior o en cualquier otro equipo.

“No tengo abogado ni nada, porque siempre he tenido la esperanza de que me dejen entrenar y pelear un puesto. Junior nunca me ha preguntado ni cómo estoy, y lo entiendo porque cuando uno está bien interesa y listo. Puede que todo lo que hace Junior sea legal, pero no me parece humano que ellos quieran que me vaya sin que nadie me contrate"

"Solo les pido que me dejen entrenar y salga dignamente del club. Yo tengo casi 10 años aquí y nunca tuve problemas de indisciplina ni nada, siempre arreglé mis renovaciones y pedía lo justo sin cobrar el préstamo ni nada para mí porque estaba agradecido y quería seguir jugando en el equipo del que soy hincha”, concluye Romero.

Este es un video reel del perfil del jugador cuando se encontraba en actividad.

Por:

Eloy Barandalla Rodríguez
@ebarandalla