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Junior, mucho va de un 3-0 a un 3-2, la columna de Hugo Illera

Junior ganó, goleó y gustó hasta faltando seis minutos de juego.

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El jueves pasado ante Rionegro lo de “seguro mató a confianza” se le olvidó a Junior. De ganar cómodamente 3x0 a terminar 3x2 es injustificable en un equipo que está peleando y es favorito para ganar el torneo. Los partidos hay que jugarlos serios. No se “puede dejar con vida” a un equipo moribundo.

La serie quedó abierta después de que estuvo definida hasta el minuto 39 del segundo tiempo. Ese cambio, cambia todo. De poder utilizar una alineación alterna en el juego de regreso a tener que volver a utilizar la alineación base que jugó esta noche. Y eso no es cualquier cosa. De poder descansar a los titulares a la necesidad de seguir utilizándolos.

Junior ganó, goleó y gustó hasta faltando seis minutos de juego. Pero lo que hizo con sus goles los borró con sus propios errores. El 3x1 producto del ineficiente juego aéreo en la que Ramírez cabeceó en medio de un corralito de 7 jugadores rojiblancos.

El 3x2 por una falta innecesaria de Luis Narváez sobre Osorio Botello que se convirtió en penal y en gol. Que Julio Comesaña hizo cambios. ¿Y qué tiene de raro? Esas modificaciones, con marcador amplio de 3x0 son normales. Que por qué no cerró el juego. Es que, ante la posibilidad de hacer un gol más sacó a James Sánchez por Daniel Moreno. Este cambio pudiera ser el polémico si pensamos que debió entrar Leonardo Pico y no Moreno.

Era más que obvio que el resultado definiría qué hacer en los dos próximos partidos que se vienen. El domingo de vuelta vs. Rionegro en Liga y el jueves vs. Santa Fe en Suramericana. Ahora no hay opciones. Hay que jugar con la alineación regular para acceder a las dos finales. Todo por dilapidar un 3x0 contundente y volver angustioso un partido en el que el Junior siempre estuvo montado…