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Se va Pineda, la “máquina” de hacer títulos mundiales para el boxeo colombiano

Orlando Pineda deja “Cuadrilátero” tras 27 años de éxitos.

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Pasaron 27 años, 13 campeones mundiales, cientos de púgiles llenos de sueños y muchas horas de sudor y golpes, para que el entrenador cartagenero Orlando Pineda se despidiera de la empresa Cuadrilátero, una de las más importantes del boxeo colombiano y una escuela única para aquellos jóvenes que aspiran a levantar un título mundial en este deporte.

“Siempre hay un inicio y un final.Mi ciclo acá terminó, ya yo pienso en regresarme a la casa, compartir con mi familia, no es fácil pasar una semana acá en un cuarto solo, cuando tienes a tu esposa que te puede acompañar. Ya los compromisos mermaron un poco y creo que es hora de volver a mi casa en Cartagena”, afirma Pineda, quien en mayo llega a los 72 años.


Ni los muchachos que entrena, ni sus amigos, mucho menos Sergio Chams, cabeza visible de la cuerda Cuadrilátero, quieren que se vaya. | AL DIA


La vida de Pineda parece una película repetida. La misma historia con cada púgil, que se une a la empresa, empieza a entrenar bajo la disciplina del cartagenero, se convierte en retador y levanta un título mundial, rótulo reservado solo para los que verdaderamente se sacrifican, en un deporte “para varones y malpagado”, como lo dice él mismo.

Pero si no fueran por esos 27 años, en los que este hombre nacido en el desaparecido barrio Chambacú de Cartagena, nombres como los de Ener Julio, Irene ‘Mambaco’ Pacheco, Ricardo ‘Mochuelo’ Torres o Jonathan ‘Momo’ Romero, se hubieran diluido en el anonimato, o tal vez sí hubieran sido monarcas mundiales, pero sin su sello inconfundible.


Con el antioqueño Irene ‘Mambaco’ Pacheco, Pineda fue campeón mundial gallo de la OMB en el 2006. | AL DÍA


Apenas ha empezado la entrevista cuando Luis ‘Chicanero’ Mendoza, campeón mundial supergallo de la AMB entre 1990 y 1993, le pide indicaciones para una sesión de guanteo del antioqueño Darley Pérez. “Pine, ¿le digo que pare o que siga?”, pregunta. “Chica, Chicanero, dile que le faltan tres más, que siga”, grita Pineda. “Chicanero no tiene experiencia como entrenador, pero tiene algo importante, mucha malicia. Además hará dupla con Álvaro Mercado, quien hace rato debió empezar a ser entrenador”, explicaacerca de quiénes serán sus sucesores en el gimnasio de la empresa, ubicado en la carrera 67 número 74-165.

Ni los muchachos que entrena, ni sus amigos, mucho menos Sergio Chams, cabeza visible de la cuerda Cuadrilátero, quieren que se vaya. “Esta decisión viene caminando desde hace rato. A Sergio le cayó como una gota de agua fría. Yo no les he cerrado las puertas, les dije que si necesitan preparar un boxeador para una pelea importante , pueden llevármelo a Cartagena o si yo puedo venir lo hago, pero ya mi esposa me dijo que qué pasaba, que le gustaba más estar acá que allá, entonces ya es hora de volver a mi casa”.

ENTRE LA ESPADA Y LA PARED

En el año 95, Pineda tuvo que decidir entre la ‘seguridad laboral’ de Coldeportes de Cartagena o llegar a Barranquilla a trabajar con Cuadrilátero, sin las prestaciones que les daba su anterior trabajo, pero con la posibilidad de levantar una corona de campeón del mundo junto a uno de sus pupilos. “Me decidí por la segunda opción, Billy (Chams), a través de un contrato verbal me prometió todas las prestaciones y me radiqué acá donde me estás entrevistando. El acuerdo se sigue respetando hasta el día de hoy, no tengo quejas de esta gran empresa”.


Con el antioqueño Darley Pérez fue campeón mundial del peso ligero de la AMB en el 2014. | AL DÍA


Más allá del dinero, la fama, los lujos y todos los beneficios económicos que le puede traer el boxeo, Pineda utilizó su talento como herramienta social.

“Un muchacho que llega a mis manos, es un muchacho que yo le arrebato a la calle, a esas personas que están atentas a meterlos al mundo del crimen”.

En cuanto a lo económico, Pineda, un aficionado de tiempo completo a la lectura, dice que su paso por la empresa le dio lo suficiente, lo necesario para sentirse realizado.

“Les di educación a mis siete hijos, tengo mi casa sin ninguna ayuda del Estado. He ganado muchos títulos con mis muchachos, pero no soy de estar celebrando, los que ganan son ellos, yo solamente hago mi trabajo. Pero creo que es momento de descansar, al menos cambiar de ambiente y dejar esta empresa, que realmente significó todo para mí”, dice.

El ‘profe’ Pineda aún no ha decidido qué día se irá, solo sabe que esta será la decisión más difícil que ha podido tomar.

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