Historias

ESPECIAL | La vez que Belisario Betancur le cantó la tabla a Ronald Reagan

Recién posesionado, el presidente colombiano fue anfitrión de su homólogo estadounidense en visita oficial.

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En 1982, recién llegado a la presidencia de la República, a Belisario Betancur le tocó oficiar de anfitrión del todopoderoso primer mandatario de Estados Unidos, Ronald Reagan, quien emprendió una gira por América Latina e incluyó a Colombia en su periplo.

Reagan fundamentó las razones de aquel desplazamiento a la necesidad de “predicar los valores democráticos en un continente donde la mayoría de países no se caracteriza por respetarlos”.

En esa época Centroamérica era un auténtico polvorín que ardía en una intensa guerra de guerrillas para derrocar a la mayoría de los gobiernos manejados por militares golpistas. Ya había resultado victoriosa la guerrilla Sandinista en Nicaragua, y se desarrollaba allí el levantamiento de los ‘Contra’, movimiento armado disidente del sandinismo que Reagan auspiciaba abiertamente para destronar a ese gobierno, que tras el éxito militar había convocado a elecciones y triunfado en las urnas.

Colombia no se quedaba atrás en ese panorama violento con sus conocidos grupos guerrilleros de entonces. El presidente estadounidense también justificaba su viaje con el propósito de “promover los lazos de solidaridad interamericana, con particular énfasis en Centroamérica, y evitar todo compromiso formal de ayuda económica”. Estos eran los tres objetivos principales de la visita del exactor.

LA LLEGADA

Ronald Reagan llegó a Bogotá el 3 de diciembre de 1982, hace 36 años. En horas del mediodía se reunió con Betancur en la Casa de Nariño, y como anécdota quedó que en su saludo protocolario se refirió a Colombia como si estuviera en Bolivia. No está demás decir también que su presencia desató intensos disturbios en la Universidad Nacional, cuyos estudiantes rechazaban la visita.

Como Belisario Betancur ya había manifestado sus propuestas de diálogo y paz con las guerrillas colombianas, y coqueteaba con su vinculación al Movimiento de países No Alineados (grupo de estados que se manifestó en contra de Estados Unidos y la entonces Unión Soviética, es decir, mantenían neutralidad sin aliarse a ninguno de estos bandos en la llamada guerra fría); en el país había mucha expectativa en lo que sería el discurso de su presidente sobre ese y otros temas frente al autoritario convoy Reagan. En uno de los apartes de su discurso, Belisario le recordó a Reagan que Suramérica vivía la peor crisis de los últimos 50 años.

“Tiene el 30% de desempleo, 300.000 millones de dólares de deuda exterior y descenso de la renta per cápita”. Luego agregó, “cada minuto, un mundo enloquecido gasta un millón de dólares en armarse para la muerte”, en clara alusión a la carrera armamentista que patrocinaba su ilustre huésped.

Betancur se refirió igualmente a la necesidad urgente de una paz política para América Central, “que se ha convertido en luchas de propios y extraños. Donde se extiende como una mancha de aceite el terrorismo, mientras el debate democrático es sustituido por el autoritarismo represivo”.

Luego dijo Betancur a Reagan, “nuestra responsabilidad de jefes de Estado no nos permite permanecer impasibles ante la apertura de fosas diarias, fosas en el suelo de nuestra geografía común: 300.000 tumbas en El Salvador, para mencionar una sola nación, sacuden las conciencias dirigentes adormecidas”, sentenció el presidente colombiano.

En cuanto al tema económico Betancur sostuvo que Suramérica quiere que paguen justamente por sus productos, y denunció el peligro que a la caída de los precios de los productos primarios se sume una tendencia proteccionista. Denunció parte de las consecuencias de la deuda externa latinoamericana porque “la banca internacional”, según Betancur, “se asoció sin prudencia al endeudamiento del área”.

Frente a tema del narcotráfico en tiempos del auge del Cartel de Medellín, Belisario Betancur le espetó a Ronald Reagan en sus propias narices que los países consumidores debían asumir sus responsabilidades, en directa alusión al mercado de Estados Unidos.

“No queremos sentirnos solos en esta lucha, que a ustedes también compete: está allí el mayor centro de consumo de la droga; están allí los grandes capitales procedentes de la misma; bancos norteamericanos apenas levemente sancionados, lavan aquí sumas fantásticas; viven aquí no pocos de los grandes traficantes norteamericanos y extranjeros”.

Finalmente Betancur pidió un “plan de emergencia” para Latinoamérica. Ante esa andanada inesperada Ronald Reagan tuvo que cambiar sobre la marcha el discurso que traía preparado. “También yo seré franco”, respondió.

“Centroamérica sufre las consecuencias de una economía arrasada y una insurrección apoyada por fuerzas externas”. Y concluyó reiterando el plan de EE. UU. para la zona, basado en tres pilares: reducción y control de armas, salida de todas las fuerzas extranjeras y cooperación económica basada en el plan estadounidense para el Caribe y Centroamérica. Esa visita de Reagan a Colombia fue relámpago, apenas duró cinco horas y venía procedente de Brasil. A las 5 de la tarde emprendió viaje a Honduras, su penúltima parada antes de regresar a Washington.

Sepelio será hoy en Jardines del Recuerdo, en Bogotá

A las 9:30 de la mañana de ayer el cuerpo del expresidente Belisario Betancur fue llevado en un coche fúnebre a la Academia Colombiana de la Lengua en Bogotá para las honras póstumas. En presencia de sus familiares y de su segunda esposa, Dalita Navarro, el féretro del 26 presidente de Colombia fue conducido por sus nietos hasta el salón ‘Paraninfo’ del recinto.

El sepelio se realizará a la 1:00 de la tarde de hoy en el cementerio Jardines del Recuerdo, en Bogotá. A la 1:30 de la tarde de ayer el ataúd con los restos mortales del expresidente fue llevado al colegio Gimnasio Moderno, en la capital del país, donde se celebró una misa de exequias.

El presidente Iván Duque asistió a la velación en la Academia Colombiana de la Lengua, donde expresó sus condolencias a la esposa del exmandatario, Dalita Navarro, y a los demás familiares.

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