Historias

ESPECIAL | Un sordo que escucha su intuición y un ciego que ve por su futuro

Es cuestión de ganas y de lograr los sueños, por eso no hay limitaciones.

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Dejar de lado las limitaciones es la cualidad de muchas de las personas en condición de discapacidad que gracias al avance de la tecnología, sus ganas de salir adelante y la comprensión de otros seres humanos logran destacarse en el mundo laboral. Por mucho tiempo la vida de los ciegos y sordos no era tenida en cuenta, pues se creía que por su condición no tenían talentos que en la realidad es lo que más les sobra.

Comunicarse con ellos es todo un aprendizaje, en especial con los sordos ya que su lenguaje es a través de señas que descifra un intérprete. Anderson Fuentes es un joven de 23 años que puede hacer en su gran mayoría todas las actividades diarias de una persona normal, menos oír. Sin embargo, esto no ha sido impedimento para prepararse y conseguir sus sueños. Con ayuda de un traductor logró contar sus experiencias de vida.

Fuentes, que estudió en la Universidad de Sucre Licenciatura en Matemáticas, no solo se conformó con este título, sino que buscó la forma de ingresar al de Gestión Logística en el Servicio Nacional de Aprendizaje (Sena), donde saldrá graduado como tecnólogo.

“Me siento muy contento, mi familia me ha apoyado mucho y están muy admirados con mi progreso aquí. Con esto es una puerta que se me abre. Agradezco mucho la ayuda del profesor Marcos, una de las personas que me ha ayudado a participar de estas actividades. En este curso somos 6 sordos los que estamos en este aprendizaje y contamos con el intérprete que también es de mucha ayuda, ya que manejamos temas complicados que a veces es difícil de entender, pero hemos hecho un gran esfuerzo y gracia a la ayuda que recibimos se han superado esas barreras”, refirió.

Indicó que por su problema de escucha, el estudio es bastante difícil, lo reitera, puesto que para él, la educación la considera una cuestión muy importante que requiere de práctica, que es lo que ha logrado. Asegura que ya es más ágil y con eso ha podido también ayudar a sus compañeros. Otra de las bonitas historias que sacó a relucir es la de su novia Esmeralda que conoció por Facebook y empezaron a hablar.

“Nos empezamos a tratar, a conocer y pues surgió el amor y yo le dije que se viniera para Sincelejo y ella aceptó y se dio la oportunidad de que se inscribiera en el Sena y también pasó”. Una cafetería muy inclusiva Para su futuro quiere una estabilidad económica ya sea de tener empleo propio o participar en una empresa.

Aunque su ideal es crear una empresa propia que sería una especie de bar o una cafetería para personas con discapacidad en aras de que allí disfruten con personas que tengan este mismo problema. Anotó que tiene un hermano que también es sordo y actualmente estudia en la Unisucre.

Los ciegos también ven por su futuro Francisco Berrío Gutiérrez es un muchacho que desde que nació no pudo ver su entorno, pero lo que sí le permitió con el paso de los años fue visualizar su futuro, pues tenía claro que quería capacitarse para escalar en la vida. Él, como muchos con su problema, se arriesgó a hacer un curso de Tecnología en Informática en el 2015, hasta la fecha es el único que ha realizado.

Para el manejo del computador él tiene un programa que se llama JAW, que es un software de lector de pantalla para ciegos, es como si una persona estuviera al lado de las persona, ya que el programa facilita las cosas y los ayuda en los trabajos.

“Ese programa cuando uno presiona una tecla el habla y va dando las opciones de los programas y a donde va. Ya uno sabe qué está haciendo porque él nos va indicando”, precisó. Está a la espera de hacer un curso en Humanidad Ambiental.

Muchas personas para indicar la hora deben mirar su reloj, la pantalla de su computador o del celular, caso contrario sucede con Francisco, quien tiene el tiempo cronometrado, sabe exactamente la hora que és.

Además de los vientos que soplan. Con respecto a los cursos afirmó que ha cambiado su calidad de vida como pasó con él. Marcos Ramos, instructor de población con discapacidad, trabaja en el Sena desde hace 2 años en el tema de inclusión social a través del cual se han capacitado más de 120 personas con discapacidad auditiva, visual y motora.

En estos últimos tiempos han trabajado con niños con síndrome de Down y autistas en manejo de sistemas, por lo que asegura que ha sido una inclusión total en todas las discapacidades. Dijo que esta labor se logra con paciencia y amor.

“Querer este trabajo que se hace en virtud de mejorarle la calidad de vida de ellos y ahora no solamente es eso si no también llevarlos a la parte laboral que es lo que buscamos”. Los empresarios a veces dudan de ellos, pero ya saben que van preparados. “Hoy en día yo no dejo salir a un chico con discapacidad que no vaya bien preparado a la empresa porque cada uno se está convirtiendo en un ejemplo para el resto de la población”, anotó.

Carlos Hernández es un intérprete del lenguaje de señas colombianas que tiene alrededor de 5 años trabajando en el Sena. El lenguaje de señas primeramente lo aprendió empíricamente con amigos sordos que se lo enseñaron para comunicarse y que lo motivaron a que se prepara un poco más para trabajar como intérprete, lo que le fue certificado.

“En el aula de aprendizaje tenemos al instructor líder que es Franklin Echeverría y está el intérprete que esta parada al lado de él y de manera simultánea va interpretando la información que el instructor está orientando. Van preferiblemente adelante para una mayor visión. Cuando hay trabajos en grupo se hace el esfuerzo de que ellos estén con personas oyentes, uno por cada grupo, al comienzo fue difícil por la comunicación, pero poco a poco se ha ido subsanando, pero a veces prefieren hacer grupos entre ellos porque se les hace más fácil”.

Con información de: Lina Marcela Peña Zubiría.