Historias

La historia de las venezolanas que para sobrevivir vienen a prostituirse a Colombia

Las autoridades no tienen una cifra exacta de cuántas mujeres ingresan al país de manera ilegal.

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Se llama

Elizabeth

y tiene 35 años. Nació en Cabimas, municipio de la costa oriental del Lago de

Maracaibo

, en Venezuela. Y antes de ver a sus tres hijos pasar hambre, hace cualquier cosa.

Cada día veía cómo su vecina aumentaba en lujos. Sus hijos comían tres veces al día y completo, hazaña difícil de lograr en la Venezuela que hoy se enfrenta a escasez y desabastecimiento.

La mujer no lo creía. Cuando interrogó a su vecina acerca de su oficio en tierras desconocidas, quedó boquiabierta. Por semanas observaba cómo esa amiga suya se desaparecía un par de días y al llegar de nuevo a Cabimas, lo hacía con dinero para remodelaciones de su casa y mercados millonarios.

“Yo veía lo que pasaba en esa casa, lo bien que estaban, y mis hijos, prácticamente, pasando hambre”, se lamentó mientras asomaban unas cuántas lágrimas.

Elizabeth tiene 35 años y es oriunda de Cabimas en la costa oriental del Lago de Maracaibo | Néstor Ávila

Su sensualidad es lo que vende. Y sus caderas, que van y vienen, despiertan la lujuria en Valledupar. La piel trigueña y su cabello rubio tienen una luz especial con el sol del Cesar. Poco importa su corta estatura (1.50), cuando de placer se trata. “Por ahora, mi cuerpo es el que me da para comprar comida; ya vendrán otras cosas”, admitió Elizabeth.

Mujeres entre 20 y 35 años llegan a Valledupar huyendo de la crisis económica del país fronterizo. El mal vivir se agudiza desde los últimos dos años. El propósito de estas féminas es trabajar como prostitutas en bares y clubes nocturnos a cambio de conseguir dinero con el que puedan comprar comida para sus familias.

¿QUÉ DICEN LAS AUTORIDADES?

No hay una cifra real. Ni en Valledupar ni en otros municipios del Cesar, como La Jagua de Ibirico, principal municipio minero del departamento, en el que se maneja gran cantidad de dinero. Probablemente sean los trabajadores de las minas quienes caigan más frecuentemente en las camas de una de estas venezolanas, consideran las autoridades que vigilan esta situación.

Las ganancias de una prostituta venezolana en Valledupar varían de acuerdo a los clientes de una noche. Por ejemplo, a Elizabeth le resulta este un negocio lucrativo.

Hay otras mujeres que ganan mucho más. Lo que pasa es que ella es selectiva. No mantiene relaciones sexuales con cualquiera. A veces le da asco. Esa es la diferencia entre las que ganan el triple y ella. Cada venezolana que viene a Colombia a prostituirse cruza la frontera por las trochas de Paraguachón en La Guajira. No tiene pasaporte y mucho menos una visa de trabajo. Al llegar a Maicao, toman un carro hacía Valledupar. Se ubican en el sector del Bolichito, donde funcionan la mayoría de las residencias que se prestan para este tipo de trabajo.

De acuerdo con la Unidad Administrativa Especial de Migración Colombia en Valledupar, en lo que va de año se han deportado 108 ciudadanos venezolanos, quienes se encontraban en estas tierras en la ilegalidad. Se especula que esta cifra es irrisoria ante el número de ciudadanos venezolanos que ingresan al país de manera irregular. “La mayoría de estas personas eran trabajadores informales que desarrollaban actividades lucrativas sin permiso o visa que los autoricen”.

La Policía Nacional en el Cesar, indicó que a través de los operativos más recientes en bares y establecimiento nocturnos se han encontrado con 19 mujeres venezolanas ejerciendo la prostitución, dos de estas se encontraban en Valledupar, 9 en La Jagua de Ibirico y 8 en Codazzi.

ANÁLISIS PROFUNDO

Para el sociólogo Rafael Oñate, es prioridad analizar la situación de Venezuela que produce que gran porcentaje de su población haya emigrado a Colombia. Advierte que no se debe estigmatizar a los venezolanos, ya que no solo son prostitutas los que están llegando acá.

En este caso en particular no han llegado solamente en Valledupar, sino en toda la Costa Caribe, sobre todo en las ciudades turísticas.

“Desde luego que generan un impacto, obviamente con ellas vienen todo lo que concierne al ejercicio de la prostitución, no tienen ningún tipo de control y esto puede convertirse en un problema de salud pública, más enfermedades detransmisión sexual; inclusive, se viene también un componente delincuencial porque ellas normalmente manejan un sinfín de actividades que se relacionan con el bajo mundo, muchas de ellas son manejadas por proxenetas, quienes defienden su negocio”, explicó el sociólogo.


La crisis en Venezuela ha generado que a Valledupar lleguen cientos de personas a trabajar en cualquier tipo de trabajo, entre estas mujeres prostitutas | Néstor Ávila

Ante este fenómeno que se vive en Valledupar, la secretaria de Salud del municipio, Claudia Margarita Zuleta, indica que constantemente realizan operativos en los sitios de lenocinio a fin de controlar las enfermedades de transmisión sexual, “son acciones que se dan de manera repentina, atendemos a todo tipo de población si son venezolanas o no, solo que ellas se esconden cuando llegamos y lo hacen porque no tienen documentación y se esconden de Migración, sin embargo, a todas se les hace sus exámenes de rutina y ellas deben tener un control vigilado por la Secretaría”, dijo la funcionaria.

Según la Secretaría de Gobierno Municipal, durante los fines de semanas se realizan operativos en los sitios nocturnos. Se trata de un trabajo en conjunto con la Policía, Migración Colombia y la Personería. “En lo que va de año se han encontrado más de 50 venezolanas ejerciendo este tipo de trabajo”, enfatizó Sandra Cujía, jefe de esta oficina.

"NO TIENEN POR QUÉ SABERLO"

Para Elizabeth, lo más duro ha sido estar lejos de sus tres hijos. Ellos, ni el resto de su familia, saben qué hace en Valledupar.

Aun estando frente de la necesidad, a Venezuela no lo deja. Le tiene fe. La esperanza de que eso cambie y de que el presidente Nicolás Maduro se vaya la mantiene en pie.