Historias

La “madera” que mueve a Sampués

El roble y la teca son dos de las mejores maderas con que se trabaja en el municipio de Sampués.

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En Sampués, el municipio de la Sabana sucreña que permite la comunicación directa con el vecino departamento de Córdoba a través de la carretera Troncal, se fabrican los mejores elementos a base de madera.

El 90 por ciento de sus habitantes de venga su sustento diario de este negocio que con el paso de los años ha ido mermando en sus ganancias por la cantidad de micros y pequeñas empresas que se dedican a ello, pero aun así Rafael García Portacio, un empresario de esta y nativo, asegura que sigue habiendo mercados.

De lunes a lunes las extensas terrazas de las casas que están ubicadas en la vía Sampués (Sucre)-Chinú (Córdoba) sirven de vitrina para exhibir no solo mecedoras, camas, muebles y sillas, ahora con madera también fabrican cuadros, columpios, jarrones, animales y demás objetos decorativos no solo de sala sino también de cocina.

Adicional a ello están las hamacas y los sombreros vueltiaos que no pueden faltar en esta tierra donde se realiza, cada fin de año, el Reinado Nacional del Sombrero Vueltiao.

TALLERES POR DOQUIER Y BUENOS PRECIOS

Quien transita por Sampués no se va sin llegar a los talleres donde fabrican los mejores objetos con madera, un negocio que bien podría dejar mejores dividendos si esa, que es la materia prima, la tuvieran a la mano, pero no es así, la viajan de otras partes, en especial de Córdoba.

Los precios son variados y de fácil adquisición, además de que dependen en gran medida de la madera con que estén elaborados, predominando el roble y teca como las mejores. Los muebles elaborados con teca son un poco más costosos, la mecedora más barata podría costar 100 mil peso y el juego de comedor de 6 puestos está en un millón 200 mil pesos y si es de 8 sillas ya valle un millón 600 mil pesos, precios muy cómodos en comparación con los que ofrecen las grandes cadenas de almacenes que dicho sea de paso no trabajan con la misma madera.

Rafael García Portacio empezó hace 35 años como un carpintero más en Sampués, pero se abrió caminos hasta llegar a tener el almacén que hoy posee y donde exhibe en varias salas los productos que fabrica en su propio taller. En esta población sucreña hay más de 400 talleres de madera que funcionan en las casas, lo que denota que la madera es la que mueve a Sampués y de eso nos da fe el carpintero Rafael Arroyo Ray, quien lleva 25 años en este trabajo.

“La madera es lo que le da vida a este pueblo porque aquí no hay más nada que hacer y por eso se trabaja en ello. No se gana mucho para lo que se hace, pero la satisfacción más grande es ver a un cliente feliz con el producto que ha encargado o que ha venido a buscar y ya está elaborado”, dice Arroyo, quien se siente a gusto porque lo que sus manos han fabricado hoy se muestran en todo el país dado que en el taller donde labora llegan compradores de todas partes.

La madera, asegura este carpintero, es un negocio que como todos tiene sus temporadas y también sus épocas en la que sus costos encarecen y hacen que la producción merme, pero como tal este negocio que mueve a Sampués involucra al que vende la madera, el que transporta a los talleres en Sampués, el que la procesa, el que la pule, los que arman los muebles o lo que se requiere hacer, también están los pintores, los que empajan y los que tapizan y los que venden y promocionan el producto final.

“Este es un oficio que por lo menos a este pueblo lo ha salvado, milagrosamente”, puntualiza Rafael Arroyo. A este municipio, como a otros del país, también han llegado venezolanos que trabajan la madera y que afortunadamente han encontrado en los talleres algo que hacer de lo que saben. Uno de ellos es Julio Rubio, quien lleva 20 años trabajando con madera y dice que en este municipio hay mucha competencia.

Con información de: María Victoria Bustamante Fernández.

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