Historias

‘Vuelve y Juega’, la iniciativa que le abre la puerta a los jóvenes de barrios con conflictos

200 jóvenes fueron certificados como la primera promoción de ‘Guardianes de la Convivencia’.

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Harold Sosa Buelvas apenas tiene 16 años, pero habla sobre motores, culatas y bujías como todo un veterano en el tema. Desde hace cuatro años, su vida gira en torno al mundo de la mecánica automotriz la primera vez que vio desarmar un carro en un taller que queda cerca de su casa, en el barrio Carrizal. En medio de un ambiente de conflicto en su barriada, en el que en algún momento se vio envuelto, al formar parte de un grupo juvenil; ahora Harold se dedica ahora a leer, ver tutoriales de Youtube y a hacer cursos cortos de mecánica, que tanto lo apasiona.

Harold Sosa, beneficiado

“Llegó un momento de mi vida en que dejé de verle sentido a esas peleas por territorios que no son de nadie. No tiene ninguna salida ese mundo”, afirmó, mientras recordaba las situaciones que tuvo que vivir por la violencia.

“A veces no se tiene en cuenta que podemos perder la vida, y eso algo que definitivamente no volvería a hacer”, añade con voz optimista.

Por eso apenas se enteró de la convocatoria para los jóvenes beneficiarios del programa de Atención a la Conflictividad Juvenil, ‘Vuelve y Juega’, para formarse en Reparación y Motores Diesel; Harold no dudó en inscribirse.

El pasado viernes, después de cuatro semanas —el equivalente a 60 horas académicas—, en una ceremonia en la que estuvieron padres, profesores y familiares cercanos, Harold recibió con orgullo su diploma de la mano de su instructor del Sena, Beyker Cervantes.

Así como este muchacho, también otros 200 jóvenes fueron certificados oficialmente como la primera promoción de ‘Guardianes de la Convivencia’, los “nuevos superhéroes de nuestra Capital de Vida”; tal como los llamó el jefe de la Oficina para la Seguridad y Convivencia Ciudadana, Yesid Turbay Pereira.

“Estos jóvenes tienen la responsabilidad de ser multiplicadores del buen comportamiento en su comunidad”, agregó el funcionario.

EL CASO DE GERALDINE

Otra de esas “superheroínas” es Geraldine Estrada, del barrio El Bosque. Esta joven de 24 años a pesar de no haber estado involucrada en grupos juveniles, ha vivido la dureza de residir en sectores de conflicto.

“He vivido pérdidas muy dolorosas por causa de la violencia. Por eso digo que este programa llegó a mí como una bendición, porque lo más lindo de todo es ver cómo los muchachos de todas partes, que también han pasado por situaciones parecidas, estamos unidos. Queremos que se acaben los conflictos”.

Geraldine afirma que quiere salir adelante para cumplir otro de sus más grandes sueños: ser nutricionista.

Desde que se inscribió en ‘Vuelve y Juega’, en enero de este año, ha recibido todo el apoyo del Distrito para terminar sus estudios y, “con el favor de Dios”, recibe su título de bachiller en diciembre próximo.

La joven recibió, además de la mano del equipo de Prevención del Delito y Violencia del Distrito, conformado por psicólogos y trabajadores sociales; capacitaciones en temas de cultura ciudadana, regulación y aspectos fundamentales del Código de Policía.

De hecho, es una de las ‘guardianas’ más activas en los alrededores del estadio Metropolitano cuando juega su equipo del alma, el Junior. “Nuestro objetivo es fomentar buenos comportamientos en la gente, sobre todo en el tema del cuidado del Transmetro”, expresó.

Durante la ceremonia de graduación el instructor del Sena, Nicolás Burgos, también contó su experiencia con los muchachos que recibieron la cátedra de Liderazgo e Innovación para la Paz.

“Hubo catarsis y llantos por las diversas situaciones en las que están inmersos los muchachos, pero lo más importante es que se les ve que buscan el sentido de vida y quieren encontrar su lugar en el mundo para que se beneficie la sociedad”.

CURSOS

El jefe de la Oficina para la Seguridad y Convivencia Ciudadana, Yesid Turbay Pereira, explicó que “con el apoyo del Sena lo que hicimos fue diseñar un plan de estudios para cada colectivo de jóvenes atendidos, teniendo en cuenta sus habilidades y lo que querían para su proyecto de vida”.

En ese sentido se identificó población con necesidades, a partir de dicha caracterización en los barrios: Carrizal, La Sierrita, Santa María, Santo Domingo de Guzmán, 7 de Abril, Los Ángeles, Los Olivos, Bella Arena, Domingo Marino, Villa del Carmen, La Luz, Rebolo, San Roque y La Playa, así como de las urbanizaciones Las Gardenias y Villas de la Cordialidad.

Los ‘guardianes’ recibieron formación en Liderazgo e Innovación para la Paz, Cooperativismo Básico, Manejo Ambiental, Mercadeo y Ventas, Salud Ocupacional, Mecánica de Motos, Elaboración de Productos de Limpieza y Soldadura. También Cultura Ciudadana, Regulación y aspectos fundamentales del Código Nacional de Policía y Convivencia.

El resultado final de las capacitaciones es la resignificación de las prácticas de los jóvenes en sus territorios, partícipes en disputas por el espacio social. En ese sentido, a través de su contribución directa y activa en las iniciativas juveniles, son responsables del compromiso con el cambio de comportamiento en torno a la violencia y la prevención de la conflictividad.