¿Qué Pasa?

Encapuchados masacran a cuatro de una misma familia

Una anciana, una mujer embarazada y otra joven sobrevivieron a la balacera.

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Cuatro personas fueron asesinadas en un ataque con armas de fuego perpetrado por un clan indígena de la Alta Guajira en contra de un grupo con el que tienen una enemistad que data de varios años y que tiene como motivación la tenencia de la tierra, uno de los elementos motivadores que ha producido más derramamiento de sangre entre los clanes wayuu en todos los tiempos.

El ataque contra la familia de una ranchería cercana al corregimiento Irraipa, ocurrió en las horas de la madrugada de ahyer martes. Mujeres que lograron salir del sitio, dijeron que un grupo de hombres con pasamontañas llegó armado a una ranchería del sector y tras un breve cruce de palabras abrieron fuego contra los presentes en el rancho, cuatro hombres y tres mujeres, una de las cuales estaba en embarazo.

Dos de los varones ultimados eran menores de edad. En el sitio quedaron muertos los dos hombres adultos y los dos adolescentes que eran estudiantes de una institución del mismo sector en la Alta Guajira, mientras que las tres mujeres, una adulta de aproximadamente 75 años, una más joven y otra que estaba embarazada sobrevivieron al aleve ataque, pero quedaron con graves heridas.

PRENDIERON LOS RANCHOS

De acuerdo con lo expresado a las autoridades por las sobrevivientes, luego del ataque a tiros y cuando ya se marchaban los agresores, prendieron fuego a las humildes viviendas dejando un panorama más desolador. La información sobre esta masacre fue confirmada por la defensora del Pueblo, Soraya Escobar Arregocés, quien dijo que estaban haciendo los contactos para entregar las primeras ayudas a la familia agredida.

También indicó que hasta el sitio se había desplazado un médico y una enfermera de Uribia, que viajaron en un carro del Ejército, pues al sitio no fue posible el traslado de las ambulancias del hospital de ese municipio.

La Defensora indicó además que la mujer embrazada era la más grave por las lesionadas y por eso su traslado se hizo de manera directa a una clínica de Maicao. Al mediodía de ayer, la abogada Soraya Escobar recibió la información de que la mujer trasladada a Maicao había perdido la criatura por la grave lesión y por la hemorragia, así como el largo tiempo que pasó sin recibir atención médica, pues el ataque sucedió temprano el martes y solo llegaron a los centros asistenciales cuando empezaba la noche.

Le habían indicado también que los médicos trataban de encontrar una solución diferente a la de amputar una pierna herida de bala de la misma paciente.

TRES MUJERES INDEFENSAS

Aunque ninguna institución ha informado la identidad de los muertos y heridos de manera oficial, periodistas de este medio investigaron que la mujer que perdió el embarazo y estaba a punto de ser amputada de una pierna es Petronila Ipuana Epiayú, la de los 75 años es Rosaura Apsana y la más joven fue identificada como Fabiola. El comandante de la Policía del departamento de La Guajira, coronel Henry Manuel Sandoval Sánchez, también confirmó la tragedia y dijo que un oficial que está activo en la Estación de Uribia ya estaba camino al sitio para conocer de primera mano los detalles del hecho violento.

El personero de Uribia, Carlos Alberto Rangel, también informó que estaba al frente de la situación y que gracias al apoyo entregado por la Defensora del Pueblo lograron el traslado de un médico y una enfermera al sitio para poder evacuar a los heridos. Sobre las personas que fueron asesinadas, indicó que ellas no fueron enviadas a la cabecera municipal, sino que sus deudos las tomaron y les dieron sepultura de manera rápida en los cementerios de su territorio.

LAMENTAN MUERTE DE LOS ESTUDIANTES

Los dos adolescentes, con edades entre 13 y 17 años, eran estudiantes del Centro Etnoeducativo Rural La Flor de la Patajatamana. Sus profesores expresaron en la cuenta de Facebook de esa institución que “Lamentamos la perdida de estos dos jóvenes y expresamos nuestras condolencias a sus familiares y al cuerpo docente de la sede”. El conflicto que deja este luctuoso saldo es entre las castas Pushaina Epieyú e Ipuana.