¿Qué Pasa?

Los macabros detalles que se conocieron sobre el asesinato del ganadero Emiro Cerro

Los sindicados no aceptaron cargos.

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No hay crimen perfecto, es una de las frases más utilizadas por los forenses y qué mejor que ellos para saberlo, esta tesis cada vez toma más fuerzas.

Este es el caso del ganadero Emiro Ce­rro Rodríguez, quien el 11 de junio del 2016 fue hallado muerto, al parecer, producto de un accidente por fallas mecánicas en el carro o un posible infarto por utilizar potencializadores sexuales, como se pen­só inicialmente, pero esto fue desvirtuado tras 14 meses y 15 días de investigación.

La investigación da cuenta que se tra­tó de un asesinato con móviles económi­cos y pasionales, siendo sus posibles auto­res, Yerlin del Carmen Galindo Duran, de 37 años, quien fue su esposa por 20 años y madre de dos de sus hijos; y Mauricio Ja­vier Sierra Payares, de 33 años, quien era el conductor del ganadero y con el que la mujer, al parecer, sostenía una relación ex­tramatrimonial. Así mismo, un menor de edad que le hacía los mandados a Cerro.

A las 9:30 a.m., de este miércoles se dio inicio a la audiencia de legalización de captura de los dos adultos, la Fiscalía Novena Sec­cional de Corozal mostró imágenes de los procedimientos realizados al ganadero donde se evidenció su asesinato.

Todo parecía transcurrir normal en la audiencia hasta que la Juez Promiscuo Municipal de Buenavista con función de control de garantías ordenó la libertad in­mediata de Mauricio Sierra Payares, aco­giendo la petición de su abogado quien manifestó que existía un error judicial en la orden de captura 036 del 22 de sep­tiembre de 2017, proferida por el Juzga­do Promiscuo Municipal de Betulia, este consistía en que el número de cédula era diferente al de Sierra.

La togada decretó que la captura era ilegal por el error de transcripción de su documento de identidad y tenía que que­dar en libertad, ante esta situación la Fis­calía le solicitó al defensor de Sierra que se quedara en la audiencia y escuchara la imputación de cargos acogiendo el prin­cipio de lealtad procesal, a lo que el abo­gado respondió que él y su defendido se salían de la sala y por eso no era desleal.

La captura de Galindo se hizo median­te allanamiento en su residencia en el barrio Venecia de Sincelejo y esta fue de­cretada legal.

La Fiscalía le imputó cargos por homici­dio agravado como determinadora del ase­sinato de su esposo, pero ella no los aceptó.

El ente acusador dio a conocer que Sie­rra fue cómplice de Galindo y además se había convertido en su amante, y esto po­día ser comprobado a través de eviden­cias que no fueron mostradas a los pre­sentes pero que están en unas carpetas donde se observa a la pareja besándose y manteniendo relaciones sexuales.

De igual forma, tiene pruebas en el ce­lular que encontraron en el auto de Emiro Cerro el día de su muerte y el registro de llamadas, 1.146 que se hicieron entre los supuestos amantes, además que el móvil de la mujer estaba a nombre del conductor.

Las pruebas llevaron a inferir a la Fis­calía que el homicidio se dio por la rela­ción que tenía Sierra y Galindo y también por fines económicos porque la viuda, el 3 de abril de 2017, instauró una demanda civil en el Juzgado de Familia de Corozal, para recuperar los bienes.

Sobre la muerte del ganadero, de 68 años, ocurrida en la vía que de Buenavis­ta conduce a Magangué en el sector de Juan Arias y frente a su finca La Tenta­ción, el fiscal dijo que según los fenóme­nos cadavéricos encontrados en su cuer­po, esta ocurrió entre las 4:00 y las 6:00 pm del 10 de junio de 2016 y fue hallado un día después en la mañana.

Según Medicina Legal, presentaba quemaduras en todo el cuerpo y su muer­te se presentó por insuficiencia de oxíge­no en los pulmones, muerte violenta.

El ente acusador manifestó que tiene 17 testimonios en contra de los procesa­dos, entre ellos uno presencial, que se transportaba la tarde del 10 de junio por la vía y observó que venía una camioneta de color gris y detrás un hombre en una moto de alto cilindraje, la camioneta la estacionaron a un lado de la vía sacan a un hombre inconsciente (Emiro Cerro).

El conductor del carro quien, al pare­cer, era un menor que trabajaba con el ganadero, cambia de puesto al hombre inconsciente mientras el motociclista, supuestamente Sierra, le riega combus­tible en el cuerpo y lo coloca como si es­tuviera manejando, con la mano derecha en la palanca de freno.

Esto lo relató a la Fiscalía un testigo quien dijo que observó esta escena a 30 metros, las declaraciones fueron corro­boradas con fotografías a las cuales les realizaron los respectivos análisis. Tam­bién encontraron muestras de ACPM en la ropa del ganadero.

Otra de las pruebas es que Sierra días después fue atendido en el Hospital de la Divina Misericordia de Magangué, con quemaduras en las piernas y adujo que le había caído agua caliente mientras co­cinaba el día del sepelio de Cerro Rodrí­guez, algo que nunca hizo.

También fue puesto a consideración el testimonio de un ingeniero electromecá­nico del Sena, quien revisó el carro y dijo que este no había sufrido ningún tipo de averías en su parte eléctrica y mecánica y prueba de ello es que luego de la ins­pección técnica del cadáver lo pudieron mover con facilidad.

El fiscal en varias ocasiones afirmó que tiene pruebas suficientes que demues­tran que la esposa del ganadero ordenó su muerte utilizando a su amante y al menor.

Este último fue requerido por la Poli­cuía Juficial a las 9 de la mañana del mar­tes cuando se encontraba en la institución educativa en Buenavista. Llegó hasta la coordinación académica y en presencia de la Comisaría de Familia y Personería lo condujeron hasta los juzgados donde fue cobijado con medida de internamiento preventivo en un establecimiento especia­lizado, en Turbaco (Bolívar) por homicidio agravado, pero no aceptó.

Hoy a las 11 a. m. darán a conocer la medida a imponer a Galindo.