Padres llevan 17 años buscando a su hijo desaparecido
Se hallaba prestando el servicio militar y nunca regresó.
Enrique Rafael Fuentes Marrugo tenía 19 años cuando salió de su casa ubicada en el barrio Fredonia en el año 2001 a prestar el servicio militar, ese día le dijo a su padre Rafael Fuentes que iría a averiguar un trabajo pero nunca volvió.
Su madre Arminda Marrugo al notar que su hijo no regresó a dormir esa noche supo de inmediato que se había ido a prestar el servicio militar porque desde hace días venía mencionando el tema, por eso al día siguiente se dirigió hasta el batallón de Manzanillo del mar donde le confirmaron que efectivamente el joven si se había enlistado y que ya había salido en un camión con otros reclutas en dirección a Carepa (Antioquia), lugar donde fue asignado.
Desde ese momento sus padres perdieron todo contacto con su hijo y aguardaron durante varios días a que se comunicara con ellos, sin embargo, solo tuvieron información tres meses después, cuando varios de los jóvenes del barrio, llegaron de permiso y les corroboraron que el muchacho estuvo con ellos pero que había sido retirado del grupo por presentar problemas psiquiátricos, que para su concepto se debió a los maltratos físicos y psicológicos a los que era sometido por parte de sus superiores.
Esa noticia cambió la vida de Rafael y Arminda, quienes iniciaron una travesía para dar con el paradero de su hijo, el segundo de cinco hermanos que todavía guardan la esperanza de poder encontrarlo.
El camino inició en Carepa (Antioquia), lugar hasta donde se dirigió don Rafael, pero la respuesta que encontró no fue esperanzadora, allá el Comandante del Batallón de Ingenieros, general Carlos Bejarano, le entregó un certificado que dice que su hijo fue desacuartelado por problemas psiquiátricos y que fue enviado en un bus a Cartagena, sin más detalles.
Desde ahí hicieron peticiones a la Defensoría del pueblo para que los ayudaran y nada, incluso les dijeron unos amigos en el 2003 que supuestamente lo habían visto en la población de Ciénega de Oro pero nunca lo vieron, sin embargo, 17 años después ellos no se cansan de buscarlo.
Con información de: María Victoria Díaz Payares.
