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Un relato de sexo en plena fiesta de Año Nuevo...

El secreto para 365 días geniales.

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La mayoría de personas tiene agüeros para despedir el Año Viejo y recibir el Año Nuevo. Hay quienes se ponen ropa interior de color amarillo.

Otros salen con una maleta a las 12 de la noche en punto a recorrer las calles del barrio. Dicen que funcionan y yo les creo, porque tengo uno muy particular que no me ha fallado.

Se los cuento por si lo quieren poner en práctica. Hace unos diez años salía con una mujer despampanante. Creo que ha sido la más hermosa con la que he estado. Siempre que estábamos juntos no podía resistirme a tener sexo con ella. En cualquier parte, en cualquier ocasión. Y ese 31 de diciembre de 2006 no fue la excepción. Estábamos en su casa, compartiendo con sus padres y demás familiares. Yo estaba feliz porque hacía apenas dos días me habían aceptado como el novio y me permitieron visitarla.

Quería hacerla mía a como diera lugar. Así que le pedí que me acompañara a la cocina con el pretexto de que me diera agua y poder hablar un rato a solas.

Cuando abría la puerta de la nevera la sujeté por la cintura y la apreté contra mí. Tuvo que haber sentido algo porque enseguida se volteó a besarme.

Nos desgastamos los labios mientras las manos inquietas jugueteaban abajo, arriba, atrás, adelante.

Le propuse hacerlo ahí, sin miramientos. Tuvo miedo pero accedió con la condición de que fuera rapidito y que yo vigilara la puerta de entrada a la cocina mientras lo hacíamos.

Así que subió un poco su vestido, apartó la panty, se puso de espaldas a mí e inclinó su torso hacia adelante mientras yo hacía el resto. A veces mirándola retorcerse de placer y otras viendo por la puerta hacia la sala, por si alguien venía.

De repente nos olvidamos del tiempo hasta que escuchamos Año Nuevo de la Billos Caracas Boys. Mientras afuera en la calle mis suegros se abrazaban con los vecinos, nosotros terminábamos el rapidito. Respiramos, salimos, nos arreglamos y salimos a celebrar la llegada de 2007, que fue un año magnífico sexualmente hablando.

Desde entonces ese ha sido mi agüero. Procuro que el Año Nuevo me sorprenda teniendo relaciones con mi pareja. El resto de los 365 días el sexo no me falta. Así que este 31 de diciembre a las 12 de la noche ya sabe qué voy a estar haciendo. ¡Feliz Año!