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¿Tienen los gatos una conexión con lo paranormal?

Su naturaleza ha estado desde siempre ensombrecida por una bruma de misterio.

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Desde la antigüedad el ser hu­mano ha acompañado su exis­tencia con algunos animales. Sin embargo, ninguno ha sido tan relacionado con lo místico como lo ha sido el gato. Esta especie felina en el transcurso del tiempo ha hecho parte de diferentes creen­cias espirituales con una fija con­notación con la magia negra, la muerte y hechos paranorma­les.

Y es que su naturaleza ha estado desde siempre en­sombrecida por una bru­ma de misterio, la misma que ha llevado a que en diferentes culturas, tan­to en el mundo antiguo como moderno, se crea que estos ágiles felinos son portadores de capa­cidades perceptivas ex­traordinarias de las que carecemos los seres hu­manos. ¿Será que este singular animal puede te­ner una verdadera natura­leza paranormal?

DIOSES EN EL ANTIGUO EGIPTO

Desde el antiguo Egipto ya se les veneraba como dioses, considerándolos protectores de los templo de los faraones. Los lla­maban “Miw” que significa “ver”, de hecho los egipcios colocaban esta­tuas de gatos fuera de sus casas para impedir la entrada de espíritus ma­lignos y demonios a sus moradas, ya que para ellos el gato “todo lo podía ver”. Domesticados hacia el 2.800 AC, debido a su gran habilidad para mantener los templos y hogares libres de roedores, los gatos fueron diviniza­dos en una de las deidades más co­nocidas del Egipto faraónico, la diosa Bastet, que era representada con cabeza de gata y contaba con una ciudad propia, Bubastis, situada en el delta del Nilo. Entre los atributos de la diosa gata estaba ser guardiana de los hoga­res, defensora de los hijos y represen­tante de la dul­zura maternal y de la abundancia. Los antiguos egipcios sen­tían tal devoción hacia estos felinos que, si se producía un incendio, lo pri­mero que se debía poner a salvo eran los gatos del hogar.

COMPAÑEROS DE LAS BRUJAS

En la Edad Media eran vistos co­mo animales malignos asociados a las brujas, se decía que estas podían transformarse en gato y entrar a las casas para lanzar hechizos. También decían que las brujas utilizaban los gatos para que el mismo satanás en­carnara en ellos. Estas creencias eran proclamadas por la santa inqui­sición, por eso muchos gatos fueron exterminados. Fue a mediados del siglo XIII, en plena Edad Media, cuando de ser considerado un animal sagrado y protector, es­te astuto e independiente ani­mal pasó a ser visto como una criatura diabólica (en cualquier acto que se con­siderara maléfico y demo­níaco la Iglesia detectaba la presencia del gato y en algunos países eslavos y balcánicos se asociaba a los gatos con los no-muertos, los temibles vampiros.). Así, comen­zó una verdadera masa­cre que estuvo a punto de provocar su extinción.

SUS OJOS Y LAS SIETE VIDAS

Los celtas, otro pueblo aficionado al mundo oculto, creía que los misteriosos ojos de estos felinos eran la puerta que conducía al mundo de las pe­queñas criaturas –principalmente de las hadas- y que la cercanía de los gatos podía ponerlos en contacto con seres del otro mundo. La supers­tición más popular con respecto a los gatos afirma que estos felinos de mi­rada penetrante y de pupilas vertica­les que se ensanchan en la oscuridad tienen siete vidas, aludiendo a su in­dependencia y su portentosa morfo­logía que lo convierten en un super­viviente nato, tal y como lo demostró en las crueles masacres medievales y renacentistas.