La cultura picotera tiene más de 70 años en Barranquilla y su área metropolitana.
La cultura picotera tiene más de 70 años en Barranquilla y su área metropolitana.Cortesía.
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“Los picoteros no somos violencia, somos alegría”

Según los líderes del colectivo, recientemente han sido víctimas de la estigmatización de algunos sectores de la sociedad.

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“Los picós son mucho más que violencia, son pasión, son emoción, son cultura”. Con esta frase lanzada por uno de los presentes en el estadero de un establecimiento comercial, ubicado en la carrera 21, todos los pertenecientes del gremio de picoteros de Barranquilla se sintieron identificados.

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Este encuentro fue realizado luego de que varios hechos delictivos ocurridos en la ciudad fueran vinculados de manera directa o indirecta a los lugares donde frecuentemente se presentan estas impactantes y coloridas máquinas de sonido: sean estaderos, bares, casetas y demás.

Nilson Fontalvo, administrador del estadero La Estación, con más de 40 años de tradición en Barranquilla, dice que este año la situación ha sido tensa debido a los hechos de orden público que se han presentado, lo cual ha afectado la economía de quienes viven de los picós. “Tengo más de 35 empleados viviendo del negocio, el tema es más de inseguridad que de los picós, quizás hace falta más acompañamiento por parte de las autoridades al gremio picotero”.

Por su parte, Rafael Antonio Pertuz, conocido como ‘dj Ratapiano’, y quien lleva 28 años en el mundo de los picós, mencionó que “nosotros somos generadores de cultura, no estamos de acuerdo con la violencia, los picós son la cultura de ‘la Arenosa, el Carnaval de Barranquilla no es lo mismo sin picó”.

Luis Eduardo Rodríguez, ‘dj Capo’, y edil del Suroriente de la ciudad, añadió que “venimos trabajando en pro de la cultura, le hemos bajado a las melodías vulgares, a los altos volúmenes porque queremos fomentar una sana convivencia, le estamos pidiendo al Distrito que nos conceda un lugar para los picós. Ha habido respaldo en el aporte a educarse, pero necesitamos un enlace con la Policía, que las autoridades sean empáticas a la hora de ir a apagar las máquinas”.

Por su parte, el periodista Ralphy Polo, defensor de esta cultura, declaró que “nosotros le decimos a la Policía que los picoteros no son violencia, son alegría, ellos no son generadores de violencia, desafortunadamente se han presentado hechos aislados en los cuales se ha generalizado, la ciudad tiene mucha inguridad, ellos creen que apagándolos se van a detener los actos violentos”. “Pasa que muchas veces los uniformados vienen de otras ciudades y desconocen la idiosincrasia y la cultura picotera de la región, por eso estamos buscando que el picó se convierta en patrimonio nacional”, dijo Polo.

Las mujeres, empoderadas en los picós

Se ha escuchado hablar de los picoteros, pero muy poco de las mujeres picoteras, que poco a poco se han ido metiendo en este gremio dominado en su gran mayoría por hombres. Ellas no solo hacen parte del conjunto, ellas están al frente de las potentes máquinas; son djs; lidian con el público; con las largas jornadas sin dormir sin dejar de ser esposas, madres, y tener la responsabilidad de un hogar.

Este es el caso de Ana María Pérez, más conocida como ‘la Pechy’, en el mundo picotero. Ya lleva 12 años como DJ y es dueña de un picó. Además, ‘la Pechy’ es gestora de paz y en conversaciones con AL DÍA indicó que “no se estigmaticen a los picós. Como gestores de paz queremos enviar un mensaje sobre que estas máquinas no son violencia, son cultura". 

Por su parte, Linda Sandoval, propietaria de picós y presidenta de Asobailes, quien toma la vocería y habla con fuerza a la hora de pedir la unión de todos, y que también lucha cada día por sacar adelante la cultura de su gremio desde su potente máquina, manifestó que “la ciudad viene con una problemática de violencia y no es debido a nuestros picós nos tienen estigmatizados. Nosotros tenemos más de 70 años generando alegría como gremio nos sentimos solos, también tenemos desunión entre nosotros mismos y debemos unirnos para poder hacerle frente a las críticas que recibimos”.

Un hecho aislado

Como un “hecho aislado”, así describieron al evento en el que resultaron heridos dos uniformados de la Policía en el barrio El Bosque, pues según el gremio, el picó que estaba sonando era de la propietaria de la casa y no estaba vinculado a ningún baile o evento.

Por su parte, la Policía Metropolitana de Barranquilla ha tratado de hacer valer el Código Nacional de Seguridad y Convivencia Ciudadana, pero la reacción de la comunidad ha sido hostil. 

Muestra de ello son los recientes casos en los que resultaron lesionados agentes de la institución, inclusive una oficial en servicio que llegó a atender el requerimiento de la ciudadanía por el excesivo ruido el pasado domingo 9 de abril.

De acuerdo con el reporte de las autoridades, cuando los uniformados realizaban la “intervención y el desmonte” de un equipo de sonido que estaba “perturbando la tranquilidad” del sector, un grupo de personas comenzó a lanzarles objetos contundentes y les propinaron varios disparos, resultando herida con impactos de arma de fuego la subteniente Doris Marcela Meza Ávila, y lesionado el patrullero Giovany Rafael Salcedo Orozco.

Después de este episodio, en el municipio de Soledad, otro uniformado fue atacado por una mujer cuando éste trató de pedirle que apagara el picó que sonaba en la terraza de un domicilio. Sobre el hecho, el general Jorge Urquijo, comandante de la Policía Metropolitana, señaló que se ofrecían hasta 50 millones de pesos por información sobre las personas que les dispararon a los uniformados.