¿Qué Pasa?

‘Un alto en el camino, se convirtió en una profecía para mí’

Charlie Cardona habló con AL DÍA sobre el legado de Jairo Varela.

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Durante 34 años el salsero bogotano Charlie Cardona se ha destacado en la industria musical tras su paso con las orquestas Los Alfa 8 y Grupo Niche. En esta última, guiado por Jairo Varela, convirtió en clásicos temas como Una aventura, Hagamos lo que diga el corazón, Busca por dentro, Un alto en el camino, entre otros.

Su paso por Niche fue muy productivo, y también estuvo lleno de enseñanzas que le han permitido seguir activo en su etapa como solista, la cual viene construyendo desde 2004.

La vida de díscolo que llevaba por poco le pasa factura, sin embargo sería la misma música la que le permitió hacer un alto en el camino y convertirse en un artista disciplinado. En dialogo exclusivo con AL DÍA Charlie Cardona recordó sus experiencias junto al fallecido Jairo Varela, quien se la jugó toda por él en 1990 para suplir nada menos que el cotizado Tito Gómez, peso pesado de la salsa.

“A Jairo le debo la mayor parte de quien soy, me acogió como un hijo y me exigió al máximo para convertirme en buen cantante”, dice mientras de sus ojos escapa un brillo que aumenta a medida que ahonda en sus recuerdos por Niche.

Cardona promociona su cuatro álbum en solitario denominado Buena Fortuna, producción que sacó también en formato elepé para coleccionistas y melómanos. Por eso está expectante con el recibimiento de su propuesta en la Costa Caribe. “Aquí hay un mercado importante de coleccionistas y picoteros, al que le estamos apuntando. En Barranquilla no pasa un fin de semana sin que suene mi voz con esos clásicos que inmortalizamos con Niche”, comentó.

El vocalista bogotano habló sobre su trayectoria, analizó los nuevos retos a los que se enfrentan los salseros y contó detalles de su conversión al cristianismo.

¿Qué paralelo hace de su carrera en Niche y ahora como solista?

Tener el respaldo de un maestro como Jairo Varela quien escribía grandes obras y también los arreglos, te hacía la vida mucho más fácil, porque solo debíamos llegar al estudio a meter nuestras voces y darles la interpretación correcta. Ahora como solista me ha tocado hacer de todo, recopilar las canciones que es un trabajo delicado y luego delinear el concepto del disco, pero es emocionante porque me ha hecho más integral. Hay que esforzarse más, pero me siento realizado porque la gente ha recibido muy bien mis temas.

¿En qué países se está moviendo?

En Perú, allá hay un público salsero muy bonito, Ecuador, México y Panamá. A Colombia estoy volviendo porque me había dedicado de lleno al público internacional, pero créeme que soy el más feliz de poder volver a cantarle a mi gente.

¿Cuál es su top 5 de los temas que interpretó con Niche?

El repertorio es impresionante, me pones en aprietos, pero hay temas como Una aventura, que fue de las que más difusión tuvo; Hagamos lo que diga el corazón, Mi pueblo natal, Busca por dentro, que es con la que más me identifico; pero el tema que definitivamente marca mi vida es Un alto en el camino, se convirtió en una profecía para mí.

¿Por qué fue profética?

Después de grabar esta canción comenzó un proceso en mi vida que fue conocer a Cristo. Ahí es cuando hice un alto y como dice el tema en una de sus estrofas me tocó arrancar de ceros, y pude poner a paz y salvo mi conciencia.

Este tema lo hicimos a finales de 1994, y mi encuentro con Cristo fue tres años después. Mi vida era una aventura, le daba duro a la rumba y al licor, pero posteriormente van dándose cosas que la van definiendo. Era muy enamorador y fiestero, eso sí jamás consumí drogas. Todo lo que dice el tema lo apliqué al pie de la letra para mejorar mi vida.

¿Cómo era el tema de la disciplina dentro de Niche?

El maestro Jairo Varela era una persona muy estricta, al punto que no consumía ni licor. Una de las grandes virtudes en su orquesta era lo impecable que lucía, nos compraba desde el pañuelo, las corbatas, pantalones y zapatos. Nos multaba en esa época con 100 dólares por ir mal uniformado y 200 por recibir tragos. A mí me multó por impuntual muchas veces (risas), él fue sin dudas una escuela maravillosa para mi vida, Jairo tenía fama hasta de severo, pero le tocaba, éramos una generación muy joven y nos logró enderezar a punta de multas.

¿Cómo describe a Jairo Varela?

Muy introvertido, su círculo de amigos era reducido, él era muy parsimonioso y dedicado. Si lo querías encontrar solo debías ir al estudio de grabación del grupo en Cali, allí se la pasaba todo el día y la noche. Le fascinaba tener lo último en tecnología. Cuando grabamos Hagamos lo que diga el corazón (1991) había comprado una consola Solid State Logic en 500 mil dólares ($1.500 millones), una locura.

Era muy caprichoso y obstinado, tú podías hacer a tu concepto la mejor interpretación, pero sí a él no le gustaba, había que volver a grabar.

Nunca lo vi sentarse en una mesa a comer con dedicación, siempre lo veías en la consola picando. Invertiamos mucho tiempo para grabar, a las 10 de la mañana ya estábamos calentando, grabando coros y le gustaba que uno estuviera presente en toda la jornada, hasta las 2 o 3 de la madrugada.

¿Quién fue su referente salsero?

Inicialmente mi padre, Adalberto Cardona, que fue cantante de baladas y de orquestas tropicales, él era coleccionista y dentro de sus discos me cautivó mucho Frankie Ruiz, especialmente con La rueda. Su interpretación y timbre eran de admirar, a él se le sentía el corazón en los temas y traté de imitarlo. Mi voz aguda me permitió llegar a sus tonadas y creo que parte de mi éxito se debe a tener ese gran referente. De hecho coincidimos en muchas presentaciones y cuando murió yo vivía en Estados Unidos y no dudé en participar en el concierto de despedida que organizó su familia.

¿Cómo se produce su entrada a Niche para ocupar el lugar del legendario Tito Gómez?

Yo estaba con Los Alfa 8, Jairo estaba buscando nuevo cantante porque se retiró Tito Gómez, él comenzó a indagar sobre nuestro grupo creyendo que éramos boricuas, pero se llevó una grata impresión al saber que éramos colombianos. Comenzó a buscarme, llamó a nuestra oficina, le dieron el número de mi casa, me contactó y allí se dio mi llegada a Grupo Niche.

Supe que Tito salió porque se enrumbaba y no aparecía a las presentaciones, eso colmó la paciencia de Jairo quien decidió reemplazarlo. Afortunadamente pude dar con el registro que él tenía y para la primera producción que grabé (Cielo de Tambores) hice tres batazos: Una aventura, Busca por dentro y Se pareció tanto a ti. Me tocó entrar por un gran cantante que estuvo con La Sonora Ponceña, Ray Barretto, Charlie Palmieri, pero cuando la vida te brinda este tipo de oportunidades no te las puedes perder y saqué lo mejor de mí para impactar.

¿Qué análisis hace de la industria salsera?

Es el reflejo de la vida misma, un mundo cambiante que va a una gran velocidad. La tecnología nos ha dado muchas herramientas, pero también mucho agite y la salsa no es la excepción. La salsa tradicional puede ser atractiva para los jóvenes, pero ellos escuchan otras influencias y ritmos que son sus prioridades. Esto lo experimento con mis hijos Jonathan y Christopher. La juventud ya no escucha radio, ellos tienen su información en el celular y van escuchando las tendencias musicales en las plataformas digitales. Yo soy de la escuela de la salsa clásica, pero nos hemos tenido que acomodar a los tiempos, en mi trabajo le sigo apostando a canciones con mensajes románticos que en estos tiempos no son tan constantes. La salsa debe integrar los sonidos modernos para que a las nuevas generaciones le sea atractiva, yo no contemplaba esta idea, pero creo que debe entrar a esta onda.

Cuéntenos de su nueva propuesta

El compositor argentino Luis Ángel, creador de clásicos como Lluvia y Tú me quemas, compuso el tema Buena fortuna, que le da título a mi álbum. Hace cinco años estaba de gira por Ecuador y coincidimos en un escenario, él haciendo sus baladas y yo con mi salsa, una combinación no tan tradicional y cuando entro al camerino, él estaba tocando con la guitarra Tú me quemas y de verdad me impactó mucho porque soy admirador de sus canciones. Le pregunté hace cuánto no le grababan los salseros y me dijo que hace mucho tiempo, le dije que me diera el honor, aceptó e intercambiamos teléfonos. Él vive en California (EE. UU.) y me mandó cuatro obras hermosas, de la cual escogí Buena Fortuna. Acabo de lanzar el sencillo Sabrás junto a la agrupación pacífica Herencia de Timbiquí, que grabaron salsa junto a Rubén Blades, y espero poder entrar con fuerza nuevamente a mi país amado.

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