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Como cuando eres leyenda del Unión y Carlos Vives te regala una casa...

El exportero del Unión disfruta la casa que le regaló Carlos Vives.

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Con un hablar pausado, gestos de una cansada vejez pero con una alegría sin igual, Maximiliano Robles Maduro, gloria del Unión Magdalena en los años 70, compartió su felicidad por la casa que el artista samario Carlos Vives le regaló hace un par de semanas.

Su nuevo hogar queda en el barrio Pescaíto, donde ha vivido gran parte de su vida, detrás de la cancha La Castellana, lugar simbólico para él, pues allí entrena a muchos niños que sueñan con ser grandes porteros como David Ospina, Peter Cech y como el mismo ‘Chimilongo’.

Sentado en la terraza y con ojos aguados, explicó cómo se dieron las cosas para recibir este regalo.

PROMESA DE ANTAÑO

Según el exportero bananero, durante las grabaciones del video de la canción Caballito, Carlos le había dicho que le estaba preparando una sorpresa.

Años después, para un partido que se realizó en la cancha de La Castellana, en donde participaron grandes figuras como Faustino ‘Tino’ Asprilla, Víctor Danilo Pacheco, Iván René Valenciano y ‘El Pibe’ Valderrama, entre otros, Carlos Vives junto con su esposa, Claudia Helena Vázquez, se reunieron con él y le comentaron que fuera en su bicicleta y recorriera las casas que están detrás de la cancha que estuvieran a la venta. “Vi una que costaba 85 millones que me gustó. Carlos dijo que me la iba a regalar. En ese momento no lo podía creer”, añadió Robles.

Ese regalo se hizo realidad hace poco en un homenaje organizado por el proyecto “Tras la Perla de América”, que comanda Vives, Maximiliano recibió oficialmente las escrituras de su nuevo hogar, el cual comparte con su esposa y dos de sus 14 hijos.

“No me cambio por nada.No cambio a Carlos Vives por nada. Carlos es como si fuera mi propio hijo. Él me dice que soy su papá negro y eso siempre me ha alegrado la vida”, puntualizó ‘Chimilongo’.

El exportero del Unión Magdalena, del Atlético Bucaramanga y del Deportes Tolima, compartió que toda su vida vivió en arriendo y que el tener una casa propia es un sueño hecho realidad. “Si me moría, no quería dejar a mi esposa sin un techo. Y gracias a Dios y a Carlos Vives ya no me tengo que preocupar por eso”, afirmó Robles.

TRANQUILIDAD

‘Chimilongo’, apodo heredado por su parecido físico con su abuelo a quien le decían así, se recupera de una operación a corazón abierto y añora que el fútbol del Magdalena vuelva a ser tan importante como lo fue en su época y guarda la esperanza de que el Unión vuelva a la primera división, categoría de la cual nunca debió salir. Eso sí, reposa y espera este cambio desde la comodidad y tranquilidad de su propio hogar.

Por:

Jorge Mauricio Rodríguez Guerrero