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ESPECIAL | Luis Mora sobrevivió a 10 goles y 22 balazos

El arquero de El Salvador recibió la mayor goleada de todos los Mundiales, y por eso lo intentaron matar en su país.

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El 15 de junio próximo, cuando las selecciones de Marruecos e Irán; Portugal y España, jueguen en las ciudades rusas de San Petersburgo y Luzhniki, la segunda fecha del Mundial de Fútbol 2018; se cumplirán 36 años exactos de uno de los mayores hitos jamás registrados y superados en este torneo que concita la atención de todo el orbe: la goleada más abultada en la historia de todos los mundiales.

El 10-1 que Hungría le asestó en el estadio de Elche a la Selección de El Salvador, país centroamericano que solo había participado en el Mundial de México 70, y que 12 años después regresaba a la duodécima edición de la Copa Mundo en España 1982. Este resultado catastrófico tuvo nombre propio para la historia, y no podía ser otro que el del titular de la llamada posición más ingrata de este deporte, el arquero.

Aunque en gracia de discusión finalmente no fue el único responsable; para la estadística futbolera el nombre de Luis Ricardo Guevara Mora, conocido en el medio deportivo de su país simplemente como Luis Mora, es el que carga con el tristemente célebre record del arquero más goleado en todos los Mundiales.

Mora, en ese entonces un ‘pelao’ de 20 años, no solo pagó la deshonra moral haber encajado 10 goles, sino que al regresar a su país estuvo a punto de ser asesinado en un atentado en represalia por la goleada. El Salvador vivía desde 1980 una sangrienta guerra civil entre el gobierno derechista del presidente Álvaro Magaña y la guerrilla del frente Farabundó Martí, que cobró miles de muertos. En medio del convulsionado ambiente, Mora iba en una carretera salvadoreña en su vehículo cuando recibió una lluvia de balas de las que por fortuna sobrevivió ileso. Fueron 22 balazos, 12 más de los 10 goles que le hicieron en el estadio de Elche.

“Solo puedo decir que fue un verdadero milagro, una señal divina”, recordó recientemente el guardameta a medios de su país. “Nadie se adjudicó el atentado. No sé si era para hacerme pasar un tremendo susto, o en realidad me iban a matar. En todo caso fueron 22 balazos los que contaron en mi carro”, agrega el exdeportista, ahora de 56 años.

Antes de este episodio criminal Luis Mora, quien en el medio futbolero era conocido con el remoquete del ‘Negro’, venía siendo víctima de graves hostigamientos.

De regreso del Mundial, al pasar por inmigración en el aeropuerto de San Salvador, le rompieron el equipaje.

Después le apedreaban la casa constantemente, y el sumun de la persecución llegó con el atentado en que intentaron matarlo.

“Desde que llegamos a El Salvador tuvimos un recibimiento hostil, en las calles la gente nos insultaba y agredía. La prensa tituló: ‘Llegan los colistas del Mundial 82’. Eso calentó los ánimos”, anota Mora.

La misma Federación Salvadoreña de Fútbol se encargó de avivar ese odio, pues afirmó que los jugadores se habían dejado golear para desprestigiar a la entidad.

“Llegaron al extremo de prohibir a los clubes de nuestro país que nos contrataran para jugar. Fue dramático, recuerda ahora con una sonrisa tímida el Negro Mora, sin ocultar su tristeza.

Añade que nadie tenía en cuenta que el seleccionado llegó a España apenas tres días antes del Mundial.

Que tuvieron que viajar 48 horas y pasar por cuatro países para llegar. Que la Federación no les pagaba, no les dieron uniformes suficientes, balones y guayos para entrenar. “A la gente solo le importaba el 10-1 para agredirnos”.

LA GOLEADA HUMILLANTE

El juego de la goleada contra Hungría completaba la primera jornada del Grupo 3, en la que el campeón Argentina había perdido contra Bélgica 1-0, en el partido inaugural.

“Nunca nos sentimos menos, no fuimos cobardes, no salimos a defendernos, a meternos atrás a que no nos metieran goles”, dijo Mora tiempo después para un documental de tv: Uno: la historia de un gol.

Sin embargo, esa decisión fue tan valiente como ingenua. A los 23 minutos Hungría ya ganaba 3-0, a los 54 estaba arriba por 5-0, y a los 83 selló el escándaloso marcador de 10-1.

Luis ‘El Pelé’ Ramírez, a los 64 minutos, hizo el gol de la honra para los salvadoreños.

Cuando llegaron al vestuario todos estaban callados, tuvieron la lealtad de que nadie culpó a nadie de la derrota.

Al día siguiente se reunieron y decidieron no seguir jugando así, con la misma inocencia. Tenían que pararse mejor en la cancha, atacar todo lo posible, pero asumiendo menos riesgos.

El segundo partido fue ante Bélgica, perdieron 1-0, y Mora se destacó con elásticas atajadas. Su colega belga Jean-Marie Pfaff le regaló sus guantes al término del partido en reconocimiento a su actuación.

Se despidieron del Mundial con otra derrota, esta vez ante Argentina 2-0 con un golazo de Daniel Bertoni y otro de penal, falta que la prensa consideró inexistente. Mora tuvo otra actuación destacada y su mejor atajada en el Mundial fue desviarle un tiro libre al letal en estos cobros, Daniel Pasarella.

“Un recuerdo de ese encuentro fue que durante todo el partido el mediocampista Américo ‘Tolo’ Gallego nos llamaba ‘guerrilleros hijos de puta’. No lo olvido”, recuerda Mora.

PALMARÉS Y EPÍLOGO

Luis Ricardo Guevara Mora llegó al Mundial de España-82 precedido de un importante palmarés. Era el arquero más joven que jugaba un Mundial (20 años). Además fue el menos vencido en las eliminatorias centroamericanas, pues solo recibió un solo gol en siete juegos. Llegó con ansias de ampliar esos logros, pero retornó a su país con la mancha del más goleado.

A pesar de tremenda adversidad deportiva y de las agresiones contra su vida, el ‘Negro’ supo levantarse, en tanto que muchos de sus compañeros de selección se retiraron del fútbol.

En ese mismo 1982 dejó el país y se vinculó por una temporada al Real Murcia de la Liga española, que lo aceptó sin importarle que había recibido 13 goles en un Mundial.

Siguió luego en el fútbol de Estados Unidos, Guatemala y regresó a su país para vestir por tercera vez la casaca del Atlético Marte, entre 1994 y 1996. Posterior jugó en Alianza FC entre 1996 y 2000. Volvió a la Selección y participó en dos juegos de clasificación al Mundial de Francia 1998, ambos ante Panamá, pero no fue convocado a esta cita orbital. En 2002 militó de nuevo en el Atlético Marte, pero el club descendió a segunda división.

Mora concluyó su carrera activa de arquero en el 2003 con el Salvador FC, club en el que actualmente se desempeña como entrenador de arqueros.

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