El volante se encuentra peleando un puesto para hacer parte de la nómina de la seleción Colombia sub-20 y disputar el mundial de la categoría.
El volante se encuentra peleando un puesto para hacer parte de la nómina de la seleción Colombia sub-20 y disputar el mundial de la categoría. Archivo.
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"La situación estaba dura y salía a vender verduras en una carretilla": Jhon Vélez, volante de Junior

En el 2020, el joven apenas formaba parte del equipo sub-17 del Barranquilla FC.

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No se sonroja. No hay porqué. Jhon Jáider Vélez Carey, el volante de Junior y la selección Colombia sub-20, se ríe y disfruta un poco recordando las anécdotas de aquellos días en los que salía a vender frutas y verduras en una carretilla. Con una especie de buzo para protegerse del sol, un tapabocas y toda la disposición del mundo, en medio de la pandemia de covid-19, acompañaba a su tío Adalberto a recorrer las calles de la ciudad ofreciendo aguacate, tomate, cebolla, piña y guineo.

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“Jeje… no nada, yo no gritaba, no sabía, mi tío tenía la clientela ya. Yo ayudaba a empacar. Gracias a Dios vendíamos casi todo. Recuerdo que la gente, por el miedo que había de contagiarse, de lejos, ponía una canasta, olla o una bolsa en la puerta de la casa, le echaban alcohol a todo y dejaban la plata (risas)”, rememora Jhon.      

Corría el 2020, el coronavirus no era cuento chino y Colombia, como todos los países del mundo, vivía un confinamiento obligatorio para evitar la propagación de la enfermedad que estaba afectando y apagando la vida de millones personas.  

En la casa de Luis Alberto Vélez Orozco y Clara Luz Carey Tuirán, padres de una mujer y dos varones, incluido Jhon, el menor de todos, eran tiempos muy difíciles. Más que de costumbre.

“Me fue durito en la pandemia. A mí no me daban auxilio todavía, el profe Carlos De La Rosa (entrenador del fútbol aficionado) era el que me apoyaba. Nos dio duro porque a mi papá y a mi hermano los sacaron del trabajo y ellos eran los que llevaban el sustento a la casa. Me tocó salir a ayudar”, cuenta Jhon con más orgullo que nostalgia.

“Mi tío vendía frutas y me puso a ayudarlo a él. Mi familia es camelladora, siempre ha sido así. Al ver que la cosa estaba difícil, uno sabía que tenía que vender, y salía a vender en una carretilla”, agrega el ahora mediocampista, que con el combinado juvenil ya disputó un Torneo Esperanzas de Toulon y un Campeonato Sudamericano.

Vélez, que actualmente está luchando por un cupo en el seleccionado que va al Mundial de la categoría y por un puesto en el onceno titular de Junior, apenas formaba parte del equipo sub-17 del Barranquilla FC y había dejado de lado la sesiones virtuales de entrenamiento con las cuales los técnicos de las divisiones menores del club trataban de mantener el contacto y la forma física de los jugadores.

“Yo quería conectarme, pero al ver la situación de la casa, los profesores me entendieron y me empezaron a mandar compras a la casa. Fue una gran ayuda”, recuerda con gratitud.

Salía con su tío a las  4 de la madrugada y regresaba a las 4 de la tarde. Doce horas en un extenso recorrido a pleno sol. “Era duro, pero uno quiere ver bien a la familia de uno. Mi mamá tenía como una miscelánea en la casa y también le ayudaba a vender”.