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Culebrilla: la enfermedad que se activa con el estrés

Es la reactivación del virus de la varicela.

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De acuerdo con las estadísticas una de cada tres personas tendrá culebrilla al menos una vez en la vida. Generalmente no es demasiado grave, y se cura sola al cabo de un mes. Pero también hay casos que pueden dejar consecuencias graves. Por eso es importante conocer los detalles para identificarla a tiempo.

¿Qué es la culebrilla?

La culebrilla o herpes zóster es, en realidad, la reactivación del virus de la varicela (el varicela zoster). Esta enfermedad es altamente dolorosa, pues produce en la piel una serie de pequeñas ampollas y perjudica los nervios de la zona afectada. Las ampollas suelen salir en una franja, muchas veces en los lados laterales del cuerpo, y permanecen allí de dos semanas a un mes.

La culebrilla es universal, todos en el mundo pueden enfermarse. No obstante, es más frecuente en personas con un mal funcionamiento del sistema inmunitario o de edad avanzada.

Mucho dolor

El dolor puede ser tan fuerte como para incapacitar a quien lo sufre.

Puede contagiarse a través del contacto con el fluido de las ampollas. En muchas ocasiones la culebrilla se activa a causa del estrés. Como este afecta al sistema inmunitario, puede crear un ambiente propicio para la reactivación del virus de la varicela y la aparición del herpes zóster.

Posibles complicaciones

Las complicaciones del herpes zóster varían dependiendo de los nervios afectados. Por un lado existe la neuralgia posherpética. Tal como lo indica su nombre, es la neuralgia que precede al herpes. Si bien las señales del herpes en la piel desaparecen, el dolor puede continuar, volverse crónico y durar desde semanas hasta varios años.

Cuando la culebrilla se extiende hacia zonas delicadas como el oído o los ojos, puede tener consecuencias graves. En los casos de que llega al ojo puede provocar desprendimiento de la retina y ceguera.

Cuando se extiende a los oídos puede provocar sordera. En la cabeza puede ocasionar encefalitis y parálisis facial.

¿Cómo cuidarte?

Evita el contacto con personas con herpes zóster. Evalúa aplicarte la vacuna.Hasta el momento solo existe una hecha con una variante del virus sin virulencia ni patogenicidad. La vacuna activa la respuesta del sistema inmunitario y previene la reactivación del varicela zóster. Coma saludable. En un control sobre el tema realizado en Londres,las personas que comieron tres piezas de fruta diarias y que consumían verduras de forma frecuente, tuvieron tres veces menos probabilidades de enfermar con herpes zóster. Evita el estrés. Entre otras consecuencias, el estrés afecta al sistema inmunitario.Esto crea un contexto favorable para la reactivación del virus.

No hay tratamiento

No hay tratamientos efectivos que quiten el herpes zóster de la noche a la mañana. Evitar que evolucione y calmar sus síntomas. Para ello se usan antivirales.

Con información de: Jáder Atencia Avilez.