La mujer sobrevivió a un trágico accidente en la Cordialidad
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Historias

El milagro de Leidys, la sobreviviente de siniestro en Campeche

Acosta Márquez salió del coma inducido, de la sala uci y ahora permanece bajo observación tras sufrir un accidente en el que su novio murió.

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Leidys Daniela Acosta Márquez, de 19 años, no ha podido recordar el momento en el que iba de parrillera en una moto con su pareja y un tractocamión los arrolló. Ella no sabe cómo ni cuándo llegó a la Clínica Reina Catalina de Baranoa luego de haber quedado al borde de la muerte tras perder su pierna izquierda, sufrido fracturas en dos de sus costillas, así como un trauma craneoencefálico.

Este es el caso: Mujer perdió una pierna tras ser atropellada en la Cordialidad, a la altura de Campeche

El mismo siniestro cobró la vida de Christopher Ojeda Peñate, de 26 años, quien era su novio, pero quien en la memoria de la joven no existe, de momento, pues muchas cosas fueron borradas por el golpe.

Todo ocurrió en la noche del pasado 16 de agosto en la vía La Cordialidad, a la altura de Campeche, Baranoa, exactamente a las 7:30 p. m., cuando iban por la curva conocida como ‘Portal de Belén’.

La Policía del Atlántico determinó que ambos se dirigían del corregimiento hacia el centro del municipio cuando el vehículo pesado, supuestamente, invadió su carril mientras trataba de pasar un motocarro. Tal fue la colisión con las víctimas que estas quedaron gravemente heridas a la orilla de la carretera.

Elena Pérez, una moradora del barrio Media Tapa, donde pasó el caso, dijo haber sentido el estruendo y casi que desmayarse al encontrar la desconcertante escena. A un costado estaba la joven sin su extremidad; a unos pocos metros quedó Ojeda Peñate, evidentemente maltrecho.

Al cabo de unos minutos llegaron las ambulancias y los llevaron al mencionado centro médico. Ante lo ocurrido el capitán César Galván, jefe (e) de la Seccional de Tránsito del Deata, precisó que el conductor de la ‘mula’ rindió sus declaraciones a los peritos. A su vez, que estos levantaron el croquis y continuaron indagando para ver si el acontecimiento era o no judicializable, por lo que el chofer no fue capturado.

Todo está oscuro

Angie Márquez estaba en una finca en Loma de Arena, Bolívar, aquella noche de agosto. Ella recibió una llamada, le dijeron que su niña había sufrido un accidente, y luego la comunicación se perdió. El teléfono con el que le avisaron terminó por descargarse y en el ajetreo de la gente que intentaba saber cómo estaba Leidys nadie le contestó a la mujer.
 
Para esos días la adolescente se estaba quedando donde una amiga de ella y a su mamá se le ocurrió marcarle a la muchacha y ahí fue cuando se enteró.
 
“Primero me dijeron que había perdido un pie y después que media pierna”, pero ella no creía del todo hasta que al día siguiente buscó por redes sociales y encontró un video. Por ello, agarró unas mudas de ropa y tomó el primer viaje al Atlántico.
Angie Márquez, progenitora de la joven afectada en el siniestro.

Cuando la mujer llegó a Baranoa le contaron que su hija estaba más grave de lo que pensaba. “Entré a verla, ya la tenían en coma inducido y allí permaneció nueve días. Los médicos no daban muchas esperanzas, hablaban de que las posibilidades de que mi pelaita sobreviviera eran solo de un 10 %, todo se me oscureció”.

La joven tenía unos tres meses de estar quedándose donde su amiga en el barrio 20 de Julio, de Campeche. Ese mismo tiempo tenía Angie sin verla, pues se había ido de Loma de Arena asegurando que “no le gustaba el monte y que quería estar en su pueblo” donde se había criado, exactamente en el sector de San José.

Un suspiro paró la conversación que tuvimos con Angie luego del interrogante sobre lo que sintió cuando vio a su hija. Aseguró que la desesperanza alcanzó a invadirla por sentir cómo Leidys luchaba contra la muerte.

“Mi hija no solamente perdió la pierna, fue que se desarticuló y perdió parte de la pelvis, incluyendo la vulva. Por eso era que los médicos no le veían futuro, incluso para salvarle la vida a ella le colocaron unas compresas y para reconstruir la fueron operando poco a poco”, dijo la mujer.

Esas intervenciones quirúrgicas se las realizaron día por medio y a esa escala le reconstruyeron esa parte de su cuerpo afectada, llegando así a tres cirugías solo para ello, además de otros procedimientos como la colocación de dos catéteres, dos sondas, la extracción de dos costillas “porque le estaban complicando un pulmón y la operación para acomodar algunos órganos que quedaron expuestos tras el accidente”.

Asimismo, según Angie, mal contadas, la adolescente necesitó de casi 20 transfusiones de sangre durante los primeros días en el hospital.

Por otro lado, Márquez contó que cuando la joven habló con ella le mencionó tener presente que iba en una moto, pero no con quién, ni mucho menos que esa persona murió. “Ella vivió con él (Ojeda Peñate) un tiempo antes de habernos ido a Loma de Arena. Después me dijo que la tuviera conmigo mientras él compraba una moto y una casa, para esos días pelearon y efectivamente la niña se vino. Cuando regresó al pueblo, según me dijeron, él comenzó a visitarla casi que a diario. Ese día él la traía a comer aquí a Baranoa y pasó todo”.

o más de 19 horas después del siniestro se confirmó el deceso de Christopher, en la tarde del 17 de agosto. En la sala de espera estaban las familias de ambos cuando salió un médico a decirles que él había sufrido un paro cardiaco.

Un milagro

Todos creían que Leidys correría con la misma suerte que su pareja. Pero, para fortuna de quienes vivieron de cerca lo que le ocurrió, ella comenzó a mostrar mejorías.

“Salió de la uci y el coma, la fueron despertando y hoy ya está en piso, sigue delicadita, pero ya está muchísimo mejor. Mis familiares la llaman y habla con ellos, se ríe, se distrae y todo eso”, aseveró su mamá con lágrimas en los ojos.

A ellos les aseguraron que el proceso de recuperación de la joven será largo, que deberá ser sometida a más cirugías y que otros especialistas como psiquiatras y psicólogos tendrán que verla.

 Christopher Ojeda, víctima mortal del hecho ocurrido en esta zona de Campeche.

 

“Yo nunca le había pedido tanto a Dios y lo único que le rogaba era que me la dejara con vida, que yo la cuidaba. Mi pelaita es alguien que se da a querer con todo el mundo, siempre ha sido muy alegre. Todo lo que le pasó después del accidente, sin duda alguna, es un milagro”, apuntó Angie.

Por su lado, Ana Márquez, tía de la adolescente, destacó: “Le queremos dar las gracias a los 40 donantes de sangre que nos asistieron y a los médicos que la han atendido”.

Finalmente, la familia de Leidys Acosta comenzó a buscar a alguien con una historia de vida que pueda servirle como apoyo a la joven, todo en búsqueda de amortiguar lo que conlleva su proceso: “Aquel que nos pueda dar una mano, aquí estamos”.