Historias

ESPECIAL | Las mujeres le ponen el toque ‘dulce’ a la reconciliación en Chengue

La producción de miel dignifica la vida en los Montes de María.

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La mujer se caracteriza por tener como sinónimo la dulzura. No por eso se le debe llamar el sexo débil, como se acostumbra, más si hay muchas que demuestran ser guerreras de la vida y empoderadas, el término que está de moda.

Un claro ejemplo de ello está oculto entre las montañas que conforman a los Montes de María, en localidades como Chengue y Salitral, en Ovejas, otrora epicentro del maltrato inmisericorde de la violencia.

Entre este verde se encuentran los nodos de melicultura que son impulsados por la Unidad de Restitución de Tierras, la FAO y la Embajada de Suecia en Colombia. En esta cadena de producción sostenible se resalta el grupo Madres Miel conformado por 13 mujeres que buscan ‘endulzar’ aquel sabor amargo que dejó el conflicto. Estas tienen el apoyo de otras 20 mujeres que de una manera u otra se vinculan a las actividades porque también integran los grupos.

Ellas manejan el apiario Semillas de Suecia en el que hay 10 colmenas ubicadas sobre una pendiente desde donde se observan las montañas y las casas enclavadas en sus faldas. En estos cultivan la miel que están viendo como alternativa de negocio y emprendimiento.

Yina Paola Ortiz, una de las líderes del grupo, comentó que cada quince días regularmente visitan el apiario para observar cómo va el proceso, hacer las limpiezas y ver qué se necesita. Desde diciembre comenzaron con la cosecha bajo la marca Miel de Chengue.

“Con esto demostramos que las mujeres también podemos hacer estas actividades. Que le apostamos a nuevas alternativas para sentirnos útiles con la ayuda de nuestros esposos”, comentó.

Ella y su familia eran desplazadas por la violencia. Desde hace diez años retornaron para recomenzar la vida.

Se han capacitado con el Sena para manejar técnicamente el cultivo de la miel debido al cuidado que se debe tener con las abejas y así mismo con el entorno.

El nombre Madres Miel se debe a un homenaje a la madre naturaleza que les permite sacarle provecho al producto que están trabajando. Igualmente la denominación Semillas de Suecia obedece a la semilla de transformación que está germinando en ellas y el nombre del país por ser este el principal soporte de los programas que desarrollan en esta zona.

Heidi González Arrieta, otra de las beneficiarias del proyecto, aseguró que este les ha servido, entre otras cosas, para ser más unidas a nivel de género toda vez que los lazos de amistad se han estrechado gracias a la miel.

“Anteriormente nuestra cotidianidad era en la casa, ahora dividimos las tareas. A veces nos toca todo el día acá en el apiario colocando la cera y ornamentado y luego vamos a cumplir con los quehaceres del hogar. Esto es algo que nos gusta mucho”, aseguró la mujer.

Retornó a Chengue hace doce años y para ella es muy satisfactorio que se tenga una nueva manera de vivir.

La miel que han logrado cultivar la comercializan, por ahora, en los pueblos circunvecinos. Bien empacada en recipientes de vidrio las mujeres han visto fruto de su empeño y aprendizaje. Esperan seguir contando con el impulso de la institucionalidad para así tener un lugar en el mercado, lo que significaría fortalecimiento de la marca y crecimiento del negocio con el que han resurgido.

Yuranis Meza Yépez, otra de las integrantes del nodo femenino, indicó que para ella es interesante ver cómo se ha recuperado el tejido social desde que están sacando adelante dicho proyecto de melicultura. Para ella eso va más allá de un simple grupo porque una de las misiones que tienen es el de la unión.

“Esto nos ha enseñado a mirar desde el interior hacia lo social para la reconciliación que tanto necesitamos. Por algo se comienza y nosotras como mujeres vemos que esta actividad en la que estamos metidas nos ayuda a construir más de lo que ya está hecho con el fin de fortalecer nuestras propias vidas y familias”, expresó la mujer.

Tiene razón al decir que por algo se comienza, así sea por reforestar un espacio de terreno para que esto que hacen tenga futuro y sea amigable con el medio ambiente. Problemas y falta de confianza tendrán, pero lo que tampoco se apartará de ellas son las ganas de salir adelante y la sonrisa, un indicador de que las cosas las están haciendo bien.

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