Historias

ESPECIAL | Orlando Chamorro, el hombre que le ha sabido ‘dar en el blanco’ a la vida

La puntería de Orlando es evidente, siempre da en el blanco.

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Hace cuarenta años Orlando Chamorro Rivero emprendió un viaje desde su natal Ovejas hacia Barranquilla (Atlántico) con el fin de adquirir el arma con el que se ganaría la vida hasta este momento. Adquirió por 25 mil pesos, bastante plata para la época, una carabina con la que le ha sabido dar en el blanco a la vida.

La ciudad era un mundo desconocido para él, pero aun así se aventuró a probar suerte. Se comió una llanera al mediodía y en la tarde adquirió el arma.

Compró la pistola para ganarse la existencia vendiendo los tiros con los que la gente tiene la oportunidad de tirar al blanco y ganar un módico premio.

La estrenó en la Plaza Cultural de Majagual, sitio en el que ha estado durante las últimas cuatro décadas. Aún recuerda que comenzó a trabajar allí un 16 de enero y desde entonces ha visto pasar el tiempo, el mismo que lo ha hecho reconocido en la ciudad.

“Uno en Ovejas vivía del tabaco, pero con mis familiares nos pusimos de acuerdo y decidimos viajar hacia Sincelejo a probar suerte. No nos regresamos porque buscamos cualquier cosa qué hacer y nos mantuvimos”, relató.

Primero trabajó en el mercado viejo, pero gracias a un primo probó suerte con la carabina que había comprado en Barranquilla. Montó su chaza a un costado de la plaza y aprovechaba las noches de fandango que se hacían bajo guirnaldas de luces. Aprovechaba también festivales, conciertos y una simple reunión de familiares y amigos en ese legendario lugar.

A sus 70 años todavía tiene el vigor activo para continuar con el negocio. Se ubica frente al Colegio Antonio Lenis, al marco de la plaza. Ha tenido la oportunidad de armar campeonatos de tiros y eso ha aumentado su popularidad.

Buena clientela

La carabina que usa actualmente la compró hace cuatro años y le costó 300 mil pesos. Ya le ha sacado el dinero porque la clientela que tiene es grande. La persona se acerca le compra un tiro, por el que le paga entre 500 y 1.000 pesos. A algunos les concede varios tiros por el mismo valor. La bala que usa es un clavo con el que dan al blanco. A cambio les obsequia una galleta dependiendo el puntaje que sume por las disparadas.

“Esto no tiene ciencia. La cuestión es tener buena puntería y equilibrio para poder dar al blanco. Aquí no gana quien más atine sino el que más sume puntos porque yo los asesoro y la idea es que la persona se divierta, que pase un buen rato”, dijo Orlando.

Es quizás el único que se ha mantenido en ese oficio porque los demás llegan a la ciudad es cuando hay Fiestas del 20 de Enero u otros eventos masivos y se van. Orlando se ha mantenido aferrado al gatillo y ha sabido dar impactos de sostenimiento.

Reside en el barrio Puerto Arturo, en la zona sur de Sincelejo, con su compañera sentimental Olivia González. Todos los días abre su negocio en diferentes horarios: los fines de semana desde temprano y los días de semana en las tardes hasta altas horas de la noche. Bajo el sol, la noche o la lluvia siempre dice que lo suyo es saberle dar buenos lanzamientos a la vida para dejar la huella bien marcada.

Con información de: Ernesto Benavides Sierra.