Por un momento el conductor Andrés Maza Martínez creyó ayer que el fin del mundo había llegado, justo dos días después de la culminación de la Semana Santa. A las 9:30 de la mañana, cuando hacía el pare en la carrera 29 para entrar en tránsito por la Circunvalar, escuchó un tremendo crujido y sintió cómo la tierra literalmente se tragaba la volqueta Kodiak que conducía.
Andrés Maza Martínez, conductor de la volqueta. | Foto: Archivo
En esa intersección del barrio La Pradera se abrió un cráter de aproximadamente dos metros de profundidad por cinco de diámetro. El pesado vehículo, de placas XMD-561, que iba cargado de arena y piedra caliche para construcción, quedó hundido dentro del hueco apoyado sobre las llantas traseras.
“Yo estaba dando la vuelta para salir a la Circunvalar, hice el pare aquí en la esquina y fue cuando me tragó el hueco. Solo me di unos golpes, pero leves, pude salir y ponerme a salvo”, contó Maza Martínez.
La carga que llevaba la volqueta ayudó al hundimiento.| Foto: Archivo
Este percance —que fue atendido por Bomberos— generó un enorme trancón hasta el mediodía cuando fue normalizado el tráfico vehicular. Testigos que se aglomeraron alrededor del cráter creen que pudo deberse a una filtración de agua debajo del pavimento que socavó los cimientos.
“Ahí cerca hay un registro, de pronto tiene alguna fuga y se generó esta emergencia, gracias a Dios no pasó nada que lamentar”, dijo una de las curiosas.