Federico Santodomingo aseguró que la justicia nunca ha mostrado interés por el caso de su hijo
Federico Santodomingo aseguró que la justicia nunca ha mostrado interés por el caso de su hijoOrlando Amador
Historias

“La lucha por la posesión de la tierra mató a mi hijo”

El pasado mes de junio se cumplieron dos años del homicidio del abogado Óscar Santodomingo, en el norte de Barranquilla. Al día de hoy nadie ha sido capturado. Familia pide justicia a la Fiscalía.

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Dos años de silencio absoluto carcomen la herida que la muerte de su hijo le dejó a Federico. Lleva ese tiempo esperando que los “desalmados” que le arrebataron a Óscar sean capturados y paguen por la “frialdad” con la que acribillaron al hombre de 44 años en la mañana de aquel 12 de junio de 2020.

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Todo ocurrió en la carrera 70 con calle 90A del barrio Villa Carolina, cuando el abogado paseaba a su perro. Dos sicarios en moto vaciaron sus municiones en contra de la víctima, para luego de haberlo dejado moribundo en el suelo, mientras su ‘amigo fiel’ ladraba de manera despavorida, devolverse a cerciorarse de que no hubiera error alguno en el ‘mandado’.

Él fue muerto de siete balazos accionados desde un arma de fuego con silenciador. La noticia no demoró en saberse, pues el hombre era conocido por los grandes y controvertidos procesos que había manejado como jurista.

Momentos después, Federico Santodomingo, su padre, fue avisado mientras leía el periódico. —Han asesinado a Óscar—, le dijo una allegada. Atónito, el veterano profesor se alistó para luego llegar a la escena, esa misma que “jamás” se le olvidará, esa en la que encontró al “hijo que más se le parecía”, según él en apariencia y espíritu, tirado sin vida en la mencionada cuadra del norte de Barranquilla.

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Más tarde, las autoridades ofrecieron una recompensa de $5 millones, monto que nunca incrementó y que para Federico terminó por no ser de servicio para la investigación de la Fiscalía. Y es que a este mes de julio aún nadie ha dado ni con los pistoleros ni con la persona que dio la orden.

Sí se escucharon nombres, pero al final del día todo pareció ser una estratagema de los malos para confundir a la justicia. Federico, sentado en su mecedora, le concedió una entrevista a este medio. Pidió justicia por Óscar Darío Santodomingo Payeras. Pidió interés por el crimen cometido.

Pregunta: ¿cómo ha sido el transcurrir de estos dos años después del asesinato de su hijo?

Respuesta: Bueno, yo por formación de mi vida soy como un soldado, que aunque pierda un elemento tiene que seguir con optimismo. Esto yo lo considero como un dolor visceral porque era el hijo que más se parecía a mí; fue un lector berraco, un escritor de mucha profundidad, y tenía una virtud que cada vez es más escasa en los abogados y es el valor civil, pues en una sociedad como esta eso cuesta la vida. Además, estoy sorprendido por la falta de solidaridad de las instituciones, más noble fue el perro que lo arrastró, que el mismo bandolero que lo acribilló.

P: El día del crimen, ¿qué ocurría en su vida mientras eso pasaba?, ¿dónde se encontraba usted al momento de recibir la noticia?

R: Yo estaba en mi casa en Las Mercedes, leyendo como siempre, y aunque no crea en eso tengo un tino para el presentimiento. Esa noche había soñado con un caso que le di a él (…) a mí me pasaban la información en negro y me levanté. La señora me llamó a decirme que lo habían asesinado. Me fui para allá y ahí lo vi tirado, fusilado como un animal. En el video se vio cómo el tipo se regresó y lo ametralla salvajemente.

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P: Los pistoleros escaparon, así se logró ver en las cámaras de seguridad. ¿Alguna vez capturaron a alguien?

R: No. Han hablado de posibles autores, han señalado, pero la autoridad no procede. Realmente parece que hubiera venalidad en nuestras autoridades. Cuando vi ese video me senté a llorar. El tipo que fusiló a mi hijo es un animal, es una vaina dolorosa. A veces lloro solo, pero no se lo digo a todo el mundo porque no me gusta comunicar la desesperanza.

P: En ese sentido, señor Federico, ¿cuándo fue la última vez que habló con la Fiscalía?

R: He mandado cartas al presidente, al comandante del Ejército, a los mismos miembros de la URI de la Fiscalía y nadie se digna a atenderlo a uno. Viendo que se cumplieron los dos años hice un derecho de petición al fiscal Bustos y es la hora y no me ha respondido. No ha habido interés alguno, parece que tuvieran temor de hacer este tipo de investigaciones. Por pequeñeces han ofrecido millones y por la vida de mi hijo solo anunciaron $5 millones. Cuando se trata de alguien mafiosamente reconocido ofrecen sumas millonarias, pero cuando se trata de un ciudadano honorable como este, que ofrendó su vida a la ley y la justicia, no ofrecen nada. A mí todo eso me parece sospechoso porque él (Óscar) tenía demandado al jefe de la Sijín de ese momento y nunca la Policía dio la cara. Ha sido doloroso y hemos visto la insensibilidad de la sociedad, pues está desnaturalizada.

P: Óscar era reconocido por denunciar temas varios a través de sus redes sociales, así como por participar en la defensa de exmiembros de las AUC, ¿alguna vez lo escuchó hablar de amenazas en su contra por aquellos vínculos o denuncias de corrupción que hizo?

R: Él conversaba mucho conmigo y yo se lo decía, este es un país que no está preparado para la reconciliación, pues eso consistiría en tú admitir los perfiles humanos antes que los de clase. Él actuó en defensa de algunos paramilitares en algunos líos de tierras, pero eso hace parte del derecho. Lo grave es que a la institución a la que se le pidió protección nunca nos paró bola. Incluso cuando él fue candidato a la Alcaldía de Ponedera me mandaban hombres armados y nada de eso valió. Sí le habíamos dicho que se dejara de ese Twitter, pero una cosa es denunciar, y otra que vengan con plomo.

P: Señor Federico, usted como profesor ha enseñado principios toda su vida, ¿qué opinión le merece que alguien sin esos escrúpulos le haya arrebatado a su hijo?

R: Los ideales de alguien a otro le molestan. Óscar fue alguien que luchó por los derechos humanos y ni aún así lo perdonó la guerra de clases que todavía nos domina. En circunstancias me dijo – papi, te gastaste un dineral y tus ilusiones en hacerme abogado para yo dejarme derrotar al primer movimiento en contra–, ahí conocí su talante.

P: Para finalizar, ¿quién cree que dio la orden de matar a Óscar?

R: No puedo señalar a nadie, pero sí está claro que fue la violencia colombiana y la lucha por la posesión de la tierra que no permite que haya uso de las leyes, porque todavía como el hombre primitivo cobra con disparos. Todos los que mencionaron como posibles partícipes son personalidades de aquí y nunca los han llamado. Solo espero que se preocupen más por estos casos y que no lo abandonen a uno.
 

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