Historias

Las 10 conmovedoras historias del equipo de refugiados de Rio 2016

Guerra, maltrato y actos heroicos impulsaron a estos 10 atletas a cumplir su sueño de estar en Rio 2016.

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Nunca antes en la historia de los Juegos Olímpicos un equipo de refugiados se había ganado el derecho de participar como una delegación única. El Comité Olímpico –en una decisión histórica- le dio el aval a diez competidores para participar en los Juegos de Río de Janeiro 2016, así recoge la historia The Huffington Post. Bajo la bandera olímpica, dos sirios, dos nativos de la República Democrática del Congo y siete atletas de Etiopia, Somalia y Sudán del sur participarán en estas olimpiadas.

"Estos atletas refugiados no tienen hogar, ni equipo, ni bandera, ni himno. La invención de este equipo de refugiados es para darles un hogar en la Villa Olímpica junto a todos los atletas del mundo. Sonará el himno olímpico en su honor y la bandera olímpica les acompañará al estadio", contó Thomas Bach, el presidente del Comité Olímpico Internacional.

Los encargados de seleccionar a los deportistas fueron organizaciones de todo el mundo y oenegés como los Comités Olímpicos Nacionales, las federaciones internacionales, la ACNUR (Agencia de la ONU para los Refugiados) y los Comités Olímpicos de su país de origen.

En el mundo hay 59 millones de refugiados y para Filippo Grandi, Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados la participación de estos deportistas “lanza un mensaje claro de apoyo y esperanza a los refugiados en todo el mundo".

Las historias detrás de cada uno de los atletas son conmovedoras y muestran lo que pueden llegar a ser los deportes para los que son testigo y víctimas de la guerra.

Estos son los deportistas

Yolande Mabika

Esta deportista de 28 años y originaria de la República Democrática del Congo participa en la competencia de Judo. Su historia se remonta a los combates en el este de República Democrática del Congo donde fue separada de sus padres. En el relato que le dio a ACNUR y que fue replicado por el portal, Yolande Mabika recuerda que fue rescatada por un helicóptero.

Cuando vivía en un centro de refugiados comenzó a practicar judo para tratar de curar el dolor de estar alejada de sus padres. "El judo nunca me dio mucho dinero, pero sí un corazón fuerte", aseguró Yolande Mabika. En el 2013 participó en el Campeonato del Mundo de Judo que transcurría en Río. Durante su estancia el entrenador le quitó el pasaporte y se negó alimentarla, por eso decidió escapar y pedir ayuda. Hoy es refugiada en Brasil.

Yusra Mardini

Con 18 años, esta niña de origen sirio compite por los 200 metros estilo libre. Su historia es una de las más inspiradoras. Cuando salió de Damasco –su ciudad de origen- no se imaginaba que tendría que cruzar nadando desde Turquía hasta la isla griega de Lesbos.

Cuando estaba cruzando el mar en una embarcación con 20 tripulantes más, la lancha se averió y quedó en medio de la oscuridad. Sin pensarlo ella y su hermana –que también es nadadora- se lanzaron al agua y remolcaron el barco hasta la orilla. Luego del heroico suceso viajó a Alemania y entró a un club de natación en Berlín.

“Quiero representar a todos los refugiados porque quiero demostrar a todo el mundo que, detrás del dolor, detrás de la tormenta, siempre llega la calma", dijo Yusra Mardini.

Rami Anis

Este nadador de 25 años originario de Siria creció en la ciudad de Alepo y siempre tuvo la pasión por el nado gracias a su tío Majad, pero cuando estalló la guerra sus padres lo enviaron con su hermano que estudiaba en Turquía. Allí empezó a entrenar más duro en el Club Deportivo Galatasaray. Como no tenía la nacionalidad turca no se le permitía competir, por eso se armó de valor y se fue en lancha hasta la isla griega de Samos para luego viajar a Bélgica y radicarse en la ciudad de Gante.

Yonas Kinde

Kinde es maratonista y vive en Luxemburgo, pero nació en Etiopía. A sus 36 años se gana la vida como taxista, estudia francés y entrena todos los días para convertirse, según él, en el mejor. Para Kinde es difícil hablar de su historia durante los años que vivió en su país de origen."Para mí es imposible vivir allí, es muy peligroso. Creo que el mensaje para todos los refugiados y los jóvenes deportistas es que pueden sacar lo mejor de sí mismos", le contó al medio.

Anjelina Nadai

Esta refugiada de Sudán del Sur participará por los 1.500 metros lisos en Río. Fue obligada a abandonar a sus padres cuando tenía 6 años. Su carrera empezó en un campamento de refugiados en Kenia en el que aún vive. Su sueño es poder encontrar a su familia y darles una mejor vida.

James Nyang Chiengjiek

A los 13 años escapó de las garras de los rebeldes que estaban secuestrando niños para convertirlos en soldados en el sur de Sudán. Con 28 años, James Nyang Chiengjiek espera ganar en la competencia de los 800 metros. Vive en Kenia donde comenzó a entrenar con otros jóvenes para competencias de larga duración. En sus inicios tenía que pedir prestadas zapatillas para poder entrenar adecuadamente. “Todos nos hemos hecho heridas por llevar un calzado inadecuado. Luego lo compartíamos todo. Si tenías dos pares de zapatillas, ayudabas al que no tenía ninguna”, cuenta al medio el atleta.

Rose Nathike Lokonyen

Rose a la edad de 22 años nunca había competido, no tenía ni idea del talento que tenía. Solo fue hasta que en una competencia dentro del campamento de refugiados en Kenia –donde llegó huyendo de Sudán del Sur- participó en una carrera por primera vez y terminó segunda. Gracias a esto se trasladó a otro campamento donde comenzó a entrenar. Su sueño es poder ganar en la competencia de 800 metros en los Juegos Olímpicos. “Seré muy feliz y voy a trabajar muy duro y a probarme a mí misma. Representaré a mi pueblo en Río y quizás, si logro alcanzar mi objetivo, podré regresar y organizar una carrera para promover la paz y unir a la gente”, cuenta Rose.

Yiech Pur Bie

Tras los enfrentamientos que se desataron en Sudán del sur en 2005, Yiech Pur Biel tuvo que huir hasta Kenia; allí terminó solo en uno de los campamentos de refugiados. En un principio se interesó por el fútbol, pero no le gustaba depender tanto de otros compañeros y por eso optó por entrenar atletismo. Con 21 años espera llevarse una medalla en los 800 metros.

Popole Misenga

Compite por el oro en judo y viene de la República Democrática del Congo. Popole Misenga tenía nueve años cuando escapó de su lugar de origen, fue alejado de sus padres y tuvo que pasar ocho días en el bosque antes de ser rescatado. En la capital de su país empezó a entrenar judo, pero al igual que su connacional, Yolande Mabika, era maltratado por su entrenador -quien lo encerraba en una caja cuando perdía-. Entonces, decidió escapar durante los campeonatos del mundo de 2013 en Río e hizo una solicitud de asilo en el país carioca. “Quiero demostrar que los refugiados pueden hacer cosas importantes. Voy a ganar una medalla y se la voy a dedicar a todos los refugiados”, contó el deportista de 24 años a ACNUR.

Paulo Amotun Lokoro

En su infancia Paulo Amotun Lokoro era solo un pastor en Sudán del Sur, pero luego de los enfrentamientos internos en su país tuvo que huir a Kenia. Llegó a un campamento liderado por Tegla Loroupe, un famoso corredor keniano con records mundiales en atletismo. “Sé que corro en nombre de todos los refugiados. Fui uno de los refugiados que estaban allí, en el campamento, y ahora vivo una situación que apenas me podía imaginar”, cuenta el corredor de 24 años que aspira llevarse la medalla más importante en la competencia de 1500 metros.

El periodista Christian Sellés puso en la lista a dos deportistas que murieron ahogados tratando de llegar a Europa.

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