Historias

Maritza Quiroz, una líder social que luchaba por la equidad en la mujer

Así le recuerda su amiga Marcela Rodríguez.

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Tolerante, conciliadora y perseverante, era Maritza Quiroz Leiva, la líder social asesinada a tiros la madrugada del pasado domingo en su casa de la vereda San isidro, en las estribaciones de la Sierra Nevada de Santa Marta. Así la definieron sus compañeros de lucha, y también aquellos, que no siéndolo, interactuaron con ella, unos como amigos, otros como familia.

Su tesis de que los líderes deben luchar por la autenticidad y encontrar tiempo para darle forma al futuro, recala hoy en el pensamiento de quienes de su mano, convirtieron el camino hacia el liderazgo en un verdadero reto.

En su espíritu pacifista conceptuaba que “la fuerza no provenía de la capacidad física sino de la voluntad indomable”, por eso nadie explica por qué la mataron y qué motivo de peso hubo para interrumpir sus sueños de paz, de por sí bastante adelantados.

“Quizás lo hicieron porque sabían que de esa forma nos asestaban un durísimo golpe a los líderes sociales del Magdalena”, opinaron sus aliados de batallas.

VIVENCIAS

Marcela Rodríguez Pérez, su mejor amiga en la ‘Plataforma Mujeres Rurales’, organización que crearon para impulsar procesos en beneficio del género y la familia y a través de la cual lograron participar en importantes encuentros nacionales, uno de ellos en la Comisión Séptima del Congreso de la República, es quizás una de las más impactadas por la sorpresiva partida de Maritza.

Con ella tuvo participación en eventos durante los últimos dos años, sin embargo tiene vigente lo que compartieron en los tres días que antecedieron a su muerte.

Comentó que el jueves 3 de enero (a Maritza la asesinaron el día 6), estuvieron en la Gobernación del Magdalena en un encuentro con la Alta Consejería para la Equidad de la Mujer, de la Presidencia de la República y las asesoras de la Vicepresidenta Marta Lucía Ramírez.

“Nos pusimos de acuerdo para pedirle a la Consejera que nos tuviera pendiente en proyectos productivos pero para las mujeres”, anotó.

Ese día Maritza planteó en la reunión la necesidad de que a las líderes sociales se les capacitara en conciliadores para la equidad, pero con énfasis en paz.

El encuentro terminó, y felices por el resultado, salieron juntas del recinto, el Salón Bolívar del Palacio Tayrona. Marcela la acompañó a la oficina de Instrumentos Públicos donde iba a realizar una diligencia relacionada con la legalización de una casa.

“Marce, no te ofrezco almuercito porque voy al barrio Garagoa a llevar esto (una encomienda) que mandó mi hijo a un amigo; pero entonces déjese invitar siquiera el busesito”, le dijo.

“Y así fue, tomamos la misma buseta con el pasaje pagado por ella, pero yo me bajé mucho antes de que ella llegara a su destino”, recordó.

Maritza le había propuesto a Marcela que se fueran para la parcela, en San Isidro, invitación que con gusto habría aceptado sino fuera porque solo había viajado dese Aracataca (donde reside) a Santa Marta, con una muda de ropa.

“Ella quería que yo le conociera la cría de carneros hembra que tenía, pero además, que mirara un cultivo de abono orgánico con lombrices. Me decía que si iba, me enamoraría de su tierrita”, comentó. “Tu tiene más idea de esto que yo sobre el campo”, le insistía Maritza.

Lo cierto es que quizás si hubiera aceptado la invitación, Marcela habría podido correr la misma suerte de su entrañable amiga, pues la idea era que pasara el fin de semana con ella en este predio rural.

El 4 de enero volvieron a hablar, y entre mensajes de textos y audios por WhatsApp, conversaron de muchas cosas, algunas muy íntimas.

En apartes de un mensaje de voz, Maritza Quiroz le dice a su amiga: “…voy a organizar otra vez mi taller de costura, porque así sea haciendo remiendos tengo mi platica siempre”.

El 6 de enero, por la mañana, estando en una actividad social, Marcela Rodríguez recibió la noticia del asesinato de su compañera. “¡No lo podía creer!”, aseveró.

EN EL CONGRESO DE LA REPÚBLICA

El 2018 fue para Maritza Quiroz Leiva un año de mucha actividad. En septiembre participó en Taganga del Acuerdo Caribe, en el marco de los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial, PDET, un proceso de construcción y participación a 10 años, que refleja la visión colectiva de los actores del territorio.

Entre el 19 y 21 de diciembre, en un evento de la Agencia de Renovación del Territorio (ART) , en Valledupar, fue firmante del Plan de Acción para la Transformación Regional (PATR) de la Sierra Nevada de Santa Marta y Perijá.

Pero su actuación más sobresaliente fue el 7 de noviembre, en Bogotá, ante la Comisión Séptima del Senado de la República, en el encuentro de líderes del país, sobre el pensamiento sindical frente a las iniciativas legislativas sobre dignificación del trabajo rural, promovido por la CGT y la CUT.

Maritza fue escogida como panelista a nombre de la ‘Plataforma Mujeres Rurales’, donde hizo una exposición del proyecto sobre formalización de la labor rural y la seguridad social en la mujer.

Ella habría querido que fuera otra mujer del grupo la que hablara, pues había comentado que “estaba nerviosa”. Al final fue quien disertó, siendo ovacionada por el auditorio.

Hoy, Marcela, ni sus compañeros se explican por qué asesinaron a Maritza, una mujer que no estaba amenazada y que no les había insinuado siquiera que tenía enemigos.

Su prudencia la evidenciaba en las recomendaciones que siempre hacía a sus amigos:

“Piense y después hable”; “Lea antes lo que va a decir”, solía decir.

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