Esta práctica ya está regulada como delito en otros países.
Esta práctica ya está regulada como delito en otros países.Imagen de referencia
Historias

Quitarse el condón sin permiso en medio del acto sexual ahora daría cárcel

Esta práctica es conocida como 'stealthing' y su regulación podría reducir los estándares de contagios de Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS) y embarazos no deseados.

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En el Congreso de la República, aparecen proyectos de ley que buscan mejorar las condiciones de vida de la población, regulando situaciones y concediendo licencias que se adapten a las necesidades de los colombianos. 

Entre la amalgama de propuestas que pueden aparecer, recientemente fue radicado un particular proyecto de ley, a través del cual se busca "tipificar como delito" cuando un hombre retira de su órgano reproductor el preservativo, o condón, durante una relación sexual si la otra persona no autoriza que sea retirado. 

Este acto, conocido como  'stealthing', puede traer graves consecuencias para las víctimas, como lo son el contagio de enfermedades de transmisión sexual y embarazos no deseados. 

El proyecto de ley buscaría que quienes incurran en esta práctica en medio del coito paguen una pena que puede ir de dos a cuatro años en prisión. 

A su vez, también busca que se agregue un parágrafo al artículo 210-A del Código Penal de manera que se considere como acoso sexual el contacto del pene con la parte íntima de otra persona cuando se ha retirado el condón sin consentimiento.

El 'Stealthing' toma fuerza como delito a nivel mundial

Colombia no es el único país en el que se está considerando esta práctica como una forma de "abuso" dentro del plano sexual. En Canadá, la Corte Suprema de ese país ha dictaminado que si hay un acuerdo previo de no retirar el condón en medio de la práctica sexual y luego es retirado, se podría incurrir en un acto de agresión. 

Esto porque a los órganos judiciales de ese país llegó el caso de una mujer que denunció a un hombre por no usar preservativo en un encuentro sexual, aún cuando ella le había pedido expresamente que se lo pusiera antes de la penetración. 

Es por eso que la Corte Suprema de Canadá consideró que hubo una violación del artículo 273.1 del Código Penal, en el que se define el consentimiento en una relación sexual.

Por otra parte, en España ya está regulado el Stealthing como un delito de carácter sexual que incurre directamente con el artículo 181 del Código Penal de ese país, pues contempla como delitos de abuso sexual aquellos que "sin violencia o intimidación y sin que medie consentimiento, realizare actos que atenten contra la libertad o indemnidad sexual de otra persona". 

Según el Código Penal español, este delito es castigado con la pena de prisión de uno a tres años o multa de dieciocho a veinticuatro meses.

Cabe mencionar que otro país en el que ya es declarada esta práctica como ilegal es en Estados Unidos; más específicamente en el estado de California, donde desde 2021, gracias al gobernador Gavin Newsom, se firmó el proyecto de ley para castigar con gasta cuatro años de prisión a quienes incurran en esta práctica. 

 

"Este proyecto de ley garantizará que nuestras leyes protejan a todas las víctimas y sobrevivientes de abusos sexuales y que la violación cometida contra un cónyuge sea tratada con la misma seriedad ante la ley que la violación contra cualquier otra víctima y sobreviviente", se asegura en el comunicado de prensa. 

La lucha de una mujer en Brasil que fue víctima de stealthing

Patricia* es una mujer que fue víctima de stealthing. Según su historia, dada a conocer por la BBC, ella conoció a un chico por Tinder y después de varios encuentros sexuales, en los que él había utilizado preservativo, el hombre habría decidido no usarlo para un encuentro. 

Ella lo notó al día siguiente, tras revisar la basura y encontrar que el empaque del preservativo estaba abierto, pero no había sido extraido, y en consecuencia, tampoco usado. 

Ella le pidió una explicación por mensajes de texto a su pareja y posteriormente él le respondió que no lo había usado "por el calor del momento".  

Eso derivó en ella un estrés post-relación sexual que la hizo comprar pastillas 'del día después' y recibir atención médica para tratar infecciones de transmisión sexual. 

La mujer llevó su caso hasta la Comisoría de la Defensa de la Mujer (DDM) de brasil y posteriormente hasta la corte, donde su caso fue archivado a finales de 2022. 

"Pregunté cómo se pudo archivar, dado que mi abusador corroboró mi denuncia de maltrato y yo había adjuntado al proceso toda la conversación de WhatsApp, en la que queda claro el delito cometido", relató la mujer para BBC. 

"Entonces el oficial respondió: "No somos nosotros los que evaluamos, es el delegado". Trató de justificar la decisión diciendo que en seis meses tres delegados habían revisado el proceso y que ahora le pedirían al tercer delegado que reevaluara el caso", explicó posteriormente.

* El nombre de Patricia es ficticio y puesto para proteger la identidad de la víctima de abuso sexual