Historias

Sonia, la exhabitante de calle que se enamoró perdidamente, cayó en las drogas y quedó ciega

Hace tres años, Sonia Montoya cambió las calles de la zona industrial de la ciudad por el Hogar de Paso ubicado sobre la carrera 38.

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Un día de 2015 fue el último en la vida de Sonia Montoya como habitante de calle. Recuerda ese momento con el latigazo de lucidez que le brindaba su pipa de bazuco aunque hoy su cuerpo es cero drogas.

Su primer vicio fue el amor de un hombre. Por él se vino de Cali a Barranquilla hace 18 años y se inició en el mundo de las drogas y el alcohol.

“Me enamoré y me vine detrás de un muchacho dejando a mis cuatro hijos de 1, 2, 14 y 15 años. Él era reciclador y comencé a andar de arriba abajo y fue así como empecé el viaje”, relata.

Tenía 30 años en ese entonces y en su ciudad se ganaba el sustento diario cocinando y lavando ropa. “Al llegar aquí mi vida fue horrible, no tenía para comer y dormía en la intemperie. Reciclaba o me prostituía a cambio de droga y alcohol”.

Conozca la historia de Sonia Montoya:

Hace tres años cambió las calles de la zona industrial de la ciudad por el Hogar de Paso ubicado sobre la carrera 38. Sin embargo, la búsqueda de su verdadero refugio: su familia, no termina. Desea reencontrarse con sus hijos en el departamento del Valle.

El hombre por quien abandonó todo en Cali logró dejar las drogas muchos años antes que ella pero "yo seguí en la calle y sola. No me importaba nada", relató.

Estaba arropada de pies a cabeza con periódicos mientras dormía con su pipa en la boca. “Ese día alguien se me acercó y espantada pregunté quién era. Me dijo: te venimos a buscar porque aquí no puedes seguir. Yo me dejé llevar; me llevaron al hospital porque estaba enferma y desde entonces doy gracias a Dios. Yo quería salir de ese mundo pero no había nadie quien me sacara”, narró Montoya.

Pese a que hoy su limitación visual completa, producto del alcohol etílico, no le permite ver la transformación física que ha experimentado tras su recuperación, Sonia pasa sus manos por su blusa y dice sorprendida: “Mira el cambio que he dado”.

Un total de 120 personas habitan en el Hogar de Paso.Allí conviven jóvenes, adultos y adultos mayores que después de haber vivido sobre cartones y carretillas, en plazas de mercado y parques, hoy tienen lo que ellos llaman: un refugio.

Luisa Mora García, Coordinadora del Programa Habitante de la Calle del Distrito precisó que quienes ingresan al programa cuentan con talleres de crecimiento personal, atención psicosocial y atención física.

De acuerdo con la caracterización realizada el pasado año por la Secretaría Social de la Alcaldía de Barranquilla, existen 2.373 habitantes de calle y en calle con situación de riesgo.

“Este año se prevé la creación de política pública para presentarla al Concejo Distrital de Barranquilla para que continué la atención y la inclusión del habitante de calle”, dijo Mora.

Con información de Jesika Millano P.