Historias

‘tratamos de formar personas de bien antes que futbolistas’

Entrenamientos de la Academia Henry Peralta en la cancha de fútbol de Villa Estadio en Soledad.

Compartir en:
Por:

No es casualidad que la escuela de fútbol Henry Peralta La Academia, esté marcando la pauta entre muchos proyectos de este deporte en el Atlántico. En apenas año y medio de haber iniciado labores se han convertido en parte de los equipos líderes en los torneos Élite en las categorías 2003, 2007 y 2008.

Henry Peralta, excazatalentos de Junior, forjó su escuela con base en los valores del futbolista como persona, obviamente sin dejar de lado los resultados, pero prevaleciendo la formación íntegra de los muchachos como piso de una pirámide. “Las tres bases de nuestro trabajo son la motivación, pasión-amor y espiritualidad. Tratamos de fortalecer el carácter de los chicos y también involucramos a la familia. Por último los enseñamos a que Dios debe estar en lo que hacen, de ahí parte todo”.

La academia funciona en las canchas de fútbol de Villa Estadio y Las Mercedes, con la participación de muchachos de entre 12 y 16 años, que entrenan de martes a viernes de 3 a 6 p. m. “Muchas personas que saben del deporte a este nivel, nos han llamado la nueva fuerza del fútbol en el Atlántico. Tenemos un jugador que ya está en Junior, dos que se nos van para Atlético Nacional y tres que están siendo seguidos por el América de Cali”, cuenta Peralta, de 52 años.

La Formación es el objetivo

A medida que el proyecto ha avanzado, tanto Peralta como su grupo de trabajo y jugadores se dieron cuenta que si bien la competencia es importante, lo es también la formación del jugador en diferentes aspectos. “Sí, siempre queremos ser campeones, pero no es el objetivo primordial, es enseñarles a los futbolistas a luchar por sus sueños. No castigamos a nadie si van mal en el colegio o cometen alguna falta, los exaltamos con el valor que Dios los dotó y ellos solos se van dando cuenta de las cosas”.

La escuela trabaja con 120 niños que son direccionados por un grupo de profesionales en distintas áreas, no solo en lo deportivo o lo táctico, como explica Peralta. “Nosotros tenemos sicólogo, médico, fisioterapeuta. Adicional a eso contamos con lo que se le llama casa-hogar, en la que conviven ocho muchachos a los que les damos estudio, vivienda y estructuración, para que de una se encaminen y sientan lo que es ser un profesional del fútbol”.

Incluso se realizan trabajos aparte con los padres de los muchachos que hacen parte de la escuela, con el fin que se les facilite el trato con sus hijos, que buscan en el fútbol mejorar su calidad de vida.

“Periódicamente reunimos a los padres en algún salón y les dictamos charlas para que a través de la convivencia ayuden a enfocar a sus muchachos en el deporte y en la toma de decisiones”, agrega Peralta.

“Realizamos una actividad que le llamamos ‘Haciendo el ridículo’, en la que los padres de familia juegan un partido y son evaluados por sus hijos, para que ambas partes entiendan que lo más importante del fútbol es la formación, más allá de un regaño o cualquier manifestación negativa para los jóvenes”, concluyó Henry.