¿Qué Pasa?

Asesinó a sangre fría a su amigo, confesó y se quedó dormido junto al cadáver

Ocurrió en el barrio Simón Bolívar de Barranquilla. El victimario reclamaba 5 botellas de whisky y unos zapatos.

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De nueve puñaladas un hombre de 27 años mató a su amigo de 44, porque según él le había robado cinco botellas de wisky y un par de zapatos que tenía en la vivienda donde ambos ingerían licor.

La víctima mortal, identificada como Humberto de Jesús Sáenz Martínez, le había dado posada en su casa al que sería su victimario, Edwin Enrique Neira Gallego, ya que a este lo habían echado de su hogar cinco días atrás.

Humberto Sáenz, occiso. | Foto: Archivo


El asesinato ocurrió el pasado domingo a la 1:00 de la tarde, pero apenas a las 11:00 de la noche las autoridades se enteraron de que en el interior de la casa situada en la carrera 5C No. 17C-18, barrio Simón Bolívar, se había perpetrado este hecho de sangre.

El homicida se entregó voluntariamente en la Estación de Policía de ese barrio del suroriente de la ciudad.

NUEVE PUÑALADAS

En la casa donde se produjo el homicidio, de propiedad de Humberto Sáenz, todo comenzó como una reunión de amigos alrededor de unos unos tragos. En total eran cuatro los invitados a la celebración.

“Pasaron tomando todo el sábado y la mañana del domingo. A mediodía se fueron tres y quedaron Edwin, que ya estaba viviendo en la casa, y mi hermano Humberto. Estando solos, Edwin le reclamó por la pérdida de unas botellas de wisky y un par de zapatos. Sin más palabras sacó un cuchillo que él mismo le había vendido a mi hermano y le hizo una herida profunda en el cuello”, contó Mónica Sáenz, hermana del occiso, con base en el relato que le hizo el mismo Edwin Enrique Neira a la familia.

Después de esto, siguió diciendo, fue a uno de los cuartos, se cambió la ropa sucia de sangre y medio se limpió con agua los brazos.

“Cuando regresó al cuarto encontró a Humberto agonizando, y por eso le dio ocho puñaladas más. Esas acabaron con la vida de mi hermano de inmediato”, agregó Mónica, según la narración del confeso asesino.

Luego Neira llamó a su exmujer y le pidió que informara a la Policía que él había asesinado a su amigo en un acto de rabia. Esta llamó al 123, pero dijo que no le creyeron lo que decía.

A la espera de que su expareja le diera alguna respuesta, Edwin se quedó dormido junto al cadáver y al despertar lo encontró rígido.

De la vivienda del crimen salió saltando los patios vecinos, y llegó a la Estación de Policía donde les dijo a los agentes que había matado a su amigo Humberto Saénz, y que el cuerpo estaba en el último cuarto de la casa.

La Policía se trasladó al sitio y constató a las 11:00 de la noche que lo dicho por Edwin Enrique Neira Gallego era cierto.

Enseguida lo trasladaron a la Uri de la Fiscalía para ser judicializado, mientras que agentes del CTI practicaron el levantamiento del cadáver en la vivienda.