Pasar una noche alegre y bailar con su mujer, eso era lo que tenía pensado Andrés Felipe Alvis Herrera (20 años) cuando el domingo pasado salió de su vivienda en Barranquilla con rumbo al Festival de la Ciruela en Campeche (Baranoa), donde esa misma noche lo asesinaron de dos puñaladas.
“Nos dejaron a la niña, su única hija, porque querían pasarla bien en la fiestas del pueblo”, recordó Felipe Alvis Romero para referirse a las últimas palabras del único varón entre sus nueve hijos.
Motivado por la invitación de unos conocidos residentes en Campeche, Andrés Felipe salió de su casa situada en la carrera 2 Sur No. 104-15, barrio Villa San Carlos, acompañado, además de su pareja, por un grupo de amigos.
Al llegar a Campeche se acomodaron en uno de los varios toques ofrecidos por los picós que estaban programando música en el marco del Festival de la Ciruela.
“Departieron durante varias horas en el evento del picó El Caribeño”, aseguró la Policía del Atlántico. “De un momento a otro, a eso de las 11:30 de la noche, se formó una pelea, mi hijo se acercó a la montonera y notó que golpeaban a un conocido suyo, por lo que interfirió para que dejaran quieto al muchacho”, manifestó el padre del hoy occiso.
“Cuando los tipos esos ven que Andrés se mete en la pelea enseguida la cogieron contra él. Eran como 20 sujetos”,continuó Alvis Romero. Los individuos referidos por el padre de la víctima fueron señalados como integrantes de la banda Los Mantenidos, del barrio El Romance de Barranquilla. “Le dieron con todo, tanto así que mi muchacho subió a la tarima del picó para protegerse, pero hasta allá lo persiguieron”.
Andrés Felipe, además de recibiruna fuerte golpiza, sufrió una puñalada en el abdomen y otra en el corazón.“Llegó con vida a la Clínica Reina Catalina (Baranoa), incluso dio el número celular de la mamá cuando se lo pidieron, pero luego murió”, añadió el padre.
De esa riña también salió herido un amigo de la víctima mortal. Se trata de Steven Andrés Pérez Janne, de 19 años, a quien le dieron una puñalada en el cuello y otra en el tórax. Al cierre de esta edición estaba hospitalizado.
Andrés Alvis trabajaba en telecomunicaciones al tiempo que en el Sena se especializaba en nuevos programas afines con su oficio. “¡Ay Dios mío, mi hijo! ¿Por qué me le hicieron esto? Andrés Felipe no se metía con nadie, era un muchacho inteligente, que estudiaba y trabajaba. Las autoridades deben buscar al responsable y hacer justicia”, continuó el papá.