¿Qué Pasa?

En Sourdis respiran tranquilos tras encarcelamiento de primos

Presuntos asesinos están asegurados en Penitenciaria de El Bosque. Autoridades del Distrito hacen llamado a la tolerancia.

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Un descanso ha significado para los habitantes del barrio Sourdis la decisión de asegurar en prisión a Ricardo Rafael Vizcaíno Maury, alias Junior, 21 años; y Darwin Antonio Cantillo Maury, 27, a quienes la Fiscalía señala de asesinar a su propio tío materno Alex del Carmen López Martínez, por reclamarles haber atracado a un vecino.

Los hermanos fueron asegurados en la Penitenciaría de El Bosque el viernes en la tarde. El homicidio del tío ocurrió el pasado domingo en la calle 84B carrera 9.

Según la Fiscalía, a la 1:45 de la madrugada Alex del Carmen López Martínez, 32, increpó a la mujer de su sobrino, Katherine Rúa Guerrero, porque Darwin había atracado a un vecino y la reacción de la comunidad (lanzaron piedras contra su casa) puso en peligro la vida de su esposa, Yadris Barrios Benavides, quien está a punto de dar a luz.

Alex habría estrujado y zarandeado a Katherine al preguntarle dónde estaba su marido. Eso hizo que Darwin saliera de su escondite y atacara a su tío por la espalda dándole un trancazo en la parte posterior de la cabeza, junto a la oreja izquierda.

Tío y sobrino empezaron a forcejear hasta que intervino Ricardo Rafael Vizcaíno Maury quien, según la Fiscalía, también salió de su escondite, tomó una piedra grande, de concreto, y aprovechando que su tío estaba descuidado se la tiró en la cabeza, impactándolo en la nuca. Eso fue todo. Alex nunca más despertó. La Fiscalía acusa los hermanos Darwin y Ricardo Maury, sobrinos por lado materno de la víctima, de ser responsables (coautores) de su asesinato, que está clasificado como agravado ya que el muerto era su pariente.

Los hermanos no aceptaron los cargos y enfrentan una posible condena de máximo 50 años de cárcel.

AL DÍA

visitó la cuadra donde ocurrieron los hechos y todos los entrevistados coincidieron en que fue acertada la decisión de juez 13 penal municipal de enviar a la cárcel a Darwin y Ricardo, porque “tenían al sector azotado con sus hurtos”.

Un ama de casa, quien pidió reserva, afirmó que los hermanos le cobraban ‘vacuna’ a todo vendedor ambulante o persona desconocida que pasaba por su cuadra. Quien no les pagaba “así fueran mil pesos para comprar vicio”, lo atracaban y si se resistía lo golpeaba o lo apuñalaban. “Sus víctimas preferidas eran los venezolanos porque no conocen las calles de Sourdis, y terminaban cayendo en la boca del lobo cuando salían a rebuscarse. Hasta a los vendedores de peto y bolsas de basura se la tenían montada, y ya no pasaban por acá”, relató el ama de casa.

Los habitantes de Sourdis (la cuadra donde todo pasó) también manifestaron que Darwin y Ricardo serían adictos a las drogas y, dicen, luego de que presuntamente asesinaron a su tío, en la mañana antes de que fueran capturados, manifestaron que estaban arrepentidos y que habrían actuado de esa forma porque estaban ‘empepados’ y ebrios.

‘Ellos no fueron’

Una imagen diferente de los presuntos asesinos ofrece el testimonio de Katherine Rúa Guerrero, compañera sentimental de Darwin. El relato fue leído por uno abogados contractuales que tenían los acusados para ejercer su defensa durante las audiencias preliminares que les realizaron durante esta semana que acaba.

Katherine afirma que esa madrugada estaba en la esquina departiendo con su marido, un hombre conocido como alias el Largo y otro par de personas. De repente llegó un señor, empezó a pelear con el ‘Largo’ y se fueron a los golpes.

Al rato el hombre regresó acompañado por pandilleros y atacaron a piedra la casa de Alex, porque creyeron que en ese lugar se había ocultado Darwin.

Katherine afirma que en eso llegó Alex y empezó a golpearla para que le dijera dónde estaba su sobrino, ya que estaba muy molesto porque le estaban destruyendo su vivienda. Al presenciar la salvaje agresión contra su mujer, Darwin salió de su escondite y empezó a pelear con su tío, quien tenía en sus manos un pico de botella.

Mi marido cogió un palo que había en la calle y le pegó en las costillas al tío, en eso alguien de la turba tiró una piedra que golpeó a Alex en la cabeza”, explicó la mujer, y agregó que Ricardo también es inocente porque no estaba cuando pasó todo, sino que llegó después y trató de socorrer a su tío.

Sin embargo, estos argumentos fueron desestimados por el Juez 13 Penal Municipal con Funciones de Control de Garantías, quien acogió la tesis de la Fiscalía según la cual los hermanos representan un peligro para la sociedad y los aseguró en la Penitenciaria de El Bosque mientras arranca el juicio oral, más o menos dentro de un mes.

‘Yo vi como lo atacaron’: hermano

La hipótesis de la Fiscalía se sustenta en los testimonios de Yadris Barrios Benavides, esposa de la víctima; y Jonathan Enrique López Martínez, hermano de Alex.

La viuda afirmó que estaba en la casa del lado y vio como una turba llegó a su vivienda, donde dormía su hijo de 2 años, a tirarle piedra porque la gente creía que dentro estaban Darwin y Ricardo, quienes momentos antes habían atracado a un vecino amenazándolo con machetes.

Alex estaba en un quinceañero a la vuelta de la casa y llegó a ver qué pasaba,ya que una niña corrió a avisarle que Yadris se había puesto mal porque “un poco de gente” había llegado a matar a Darwin y Ricardo por andar atracando. Alex llegó, afrontó la situación y logró calmar a la turba. Cuando la gente se dispersó increpó a Katherine para que le dijeran dónde estaban sus sobrinos, con quienes tenía constantes roces ya que siempre atracaban y se metían a esconderse en su casa.

Yadris asegura que Darwin y Ricardo atacaron a su esposo a traición y lo asesinaron sin ningún tipo de consideración, y sin tener en cuenta que ella está embarazada y a punto de dar a luz.

Jonathan, por su parte, testificó que era una de las personas que estaba en la fiesta con Alex y observó como su hermano salió corriendo cuando llegaron a decirle que su casa estaba siendo atacada a piedra, y más allá de lo material se preocupo por su mujer y su hijo que está por nacer.

El testigo afirmó que le pidió a un amigo que lo acompañara a ver qué pasaba en la casa de su hermano, y llegó a tiempo para ver como Alex fue atacado por sus sobrinos. Primero Darwin le pegó con una tranca en la cabeza cuando estaba de espalda, y finalmente Ricardo le arrojó un enorme peñón en la cabeza a su propio tío.

El mes de la convivencia

Para el jefe de la Oficina para la Seguridad y Convivencia Ciudadana, Yesid Turbay, el caso del barrio Sourdis es sui generis ya que reúne características muy particulares, como los antecedentes de los presuntos victimarios y la situación que envolvió el trágico hecho.

Pero, el hecho se puede enmarcar dentro de las riñas mortales que se están presentado en Barranquilla y su Área Metropolitana los fines de semana, cuando el consumo de licor y otras sustancias se ha convertido en detonante que dispara la intolerancia y llevan a los ciudadanos a resolver los problemas con violencia.

Para prevenir que casos similares al de Sourdis se repitan, la Oficina para la Seguridad ha dispuesto la campaña Noviembre, mes de la convivencia. Buscan madrugarle a la temporada de final de año, en la cual se triplican las peleas y el consumo de licor.

La meta es que durante esta temporada de fin de año se reduzca la estadística de riñas que en noviembre del año pasado fue de 168 denuncias por lesiones derivadas de este tipo de violencia, en el que el principal agresor era una persona conocida de la víctima.

En noviembre de 2017 también se registraron 31 homicidios, de los cuales el 35% estuvieron asociados a peleas.

“Las peleas y la violencia intrafamiliar son problemáticas que no conoce estrato, las riñas de fin de semana se presentan por igual en Riomar que en El Bosque, lo que queremos hacer es un llamado a la ciudadanía para que le bajemos al licor y busquemos otras formas de resolver los problemas”, expresó Yesid Turbay.

En la parte operativa la Policía y funcionarios están visitando los barrios donde más riñas se están presentado para dictar charlas pedagógicas y realizar talleres de concientización sobre las consecuencias, hasta mortales, que puede tener involucrarse en una pelea.

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