La angustia de Nancy Esther Ariza Escorcia, de 61 años, no cesa. Ahora, supuestos cobradiarios aprovecharon la soledad de la noche para incendiar un polisombra que la mujer tiene tendido en la terraza de su casa para resguardarse del sol cuando venden los patillazos con los que medianamente sobrevive.
Además, los hombres intentaron violentar la reja de la entrada con la intención de ingresar a la humilde vivienda ubicada en la carrera 15 A #74-06, en el barrio Los Cedros, de Soledad.
Desde que ALDÍA dio a conocer la historia de Nancy Esther el pasado 10 de octubre, se ha avivado el debate sobre cómo lidiar con los cobradiarios y las deudas acumuladas.
Para muchos, la única solución es abstenerse de hacer los préstamos; sin embargo, para ella esto no fue suficiente, pues le están cobrando una deuda que ella no adquirió.
Nancy asegura que, a un mes después de que se dio a conocer su situación en los medios de comunicación, ha logrado pagar al menos $5 millones. Sin embargo, ello no ha bastado para detener las amenazas.
“Yo no quisiera ni decirlo, porque me pueden atacar más. La hija mía sentía que anoche (el martes) estaban violentando el candado de la reja de su apartamento con un martillo. Ella me decía ‘¡Mamá, mamá!, levántese, ¿no oye lo que está pasando?”, relató.
En ese momento, debido a la hora -era de madrugada-, decidieron no salir de la casa, sino llamar a la Policía. Hasta allí habrían llegado los oficiales, según Nancy, pero no encontraron a los responsables.
Asimismo, afirmó que hace al menos una semana se había contactado con Almeida, su marido y deudor, y este le dijo que lo habían “perjudicado” por haber hecho pública la historia.
ALDÍA pudo contactar a César Almeida para conocer su versión de los hechos y este afirmó que “no es nada personal” y que tuvo que irse de la ciudad debido a las amenazas de los cobradiarios.
“Yo estaba muy presionado y me tenían amenazado. Estoy haciendo las vueltas para ver cómo hago para conseguir (dinero) y pagar, no toda, pero sí parte de la deuda. No he podido porque yo estoy enfermo del azúcar. Yo sé que no es bueno lo que está pasando, pero no he podido conseguir plata”, explicó Almeida, afirmando que incluso los cobradores advirtieron que atentarían contra su familia.
También dijo que la historia de las deudas no fue de la noche a la mañana, sino que venía de tres años atrás y que en cierto punto “la cosa se puso un poco dura” y tuvo que irse de la ciudad.
Luego de que en una primera instancia la Fiscalía no le recibiera a Nancy Ariza las denuncias contra los cobradiarios que la amenazaban, ni contra su marido prófugo de las deudas; el ente judicial finalmente recibió su caso.
La denuncia fue instaurada el 10 de octubre por amenazas de muerte contra la víctima y su familia. Con la denuncia, la Fiscalía solicitó a la Policía brindar “medida de protección urgente” a Nancy y su hija.