Una amistad de toda la vida fue interrumpida por los balazos que disparó un sicario en el barrio Las Flores, de Barranquilla.
Así terminaron Johan Alexander Fisher Tovar y Andrés Carrillo Escorcia, ambos de 24 años, al mediodía de este lunes.
Los familiares de los fallecidos aseguraron que los dos se criaron juntos en el barrio y había una muy buena amistad. “Ellos el lunes estaban planeando cómo iban a programar el bautizo del hijo de Johan que apenas tiene cuatro meses de nacido”, dijo una familiar.
Los seres queridos de Johan en las afueras de Medicina Legal aceptaron el pasado judicial que tenía y aseguraron que desde hace cinco meses había dejado la banda de ‘los Cabezones’ que, según la Policía, estaba al servicio de ‘los Costeños’. “Johan habló con los de la banda y les dijo que se iba a retirar porque no quería ese futuro para su bebé y ellos le dijeron que sí, que no había problema alguno”, aseguraron.
La mujer aseguró también que Johan era quien buscaba a los delincuentes que atracaban a los habitantes del barrio, les pegaba con el fin de que devolvieran las cosas.
Del doble crimen, se conoció que los jóvenes iban caminando, cuando el sicario los atacó de espalda.
Los testigos de este atentado sicarial aseguraron que las víctimas iban saliendo de una vivienda, cuando fueron abordadas por los sicarios que les dispararon sin mediar palabra.
“La moto de los asesinos iba a toda velocidad por la calle, cuando se escucharon los disparos todo el mundo comenzó a correr y a gritar porque uno acá nunca sabe cuándo van a matar al que tiene problema y una bala lo alcanza”, dijo una residente en la zona, que no quiso identificarse.
Al tiempo, aseguró que uno de los asesinados “tenía sus problemas, pero aun así lo querían en el barrio”.
Johan ayudaba a la abuela en un restaurante, y Andrés laboraba en un Call Center.