¿Qué Pasa?

“Me dice que vuelva, que no me va a hacer nada”: exporrista de Junior atacada por su pareja

En entrevista con EL HERALDO, Carmen Acuña, excoordinadora de porristas del Junior, contó su testimonio del abuso del que fue víctima por más de 3 años.

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“El maltrato venía hace tiempo pero yo estoy enamorada, yo lo quiero, y no puedo olvidarlo de un momento a otro”, explica Carmen Acuña, la ex porrista del Junior, la razón por la cual aguantó durante tres años el constante abuso de su pareja, un empresario barranquillero de 34 años de edad.

Según la joven, la relación no comenzó así. En el principio de los seis años en los que estuvieron juntos y se quisieron, nunca sufrió ni siquiera una palabra fuerte por parte de su novio.

“Yo trabajaba en Junior, salía bailando y coordinaba. Tuve que dejar ese empleo no porque me despidieran sino por él, no le gustaba que saliera en eso. Yo, hasta cierto punto, entendía lo que me decía”, contó la mujer del primer momento en que sintió que la relación tomó un mal giro.

Narra que las cosas empezaron a empeorar y que el hombre la cohibía para que no saliera de la casa y que tampoco recibiera visitas, ni siquiera de sus amigas.

Golpe que le quedó a Carmen en el brazo izquierdo.

“Mi celular lo cogió como si fuera de él. Me borraba las fotos de mis redes sociales y dejó de seguir a todos mis amigos, hasta me cambió la clave”, detalló Carmen.

Lo que más le preocupó en aquel entonces fue las cámaras que puso en el apartamento con el pretexto de que necesitaban “mejor seguridad” en la casa. Carmen comenzó a sentirse secuestrada en aquel entonces.

“Hay un punto en que ya uno despierta, que uno tiene que quererse uno mismo. Mis amigas siempre me lo decían pero no las escuché. Tomé la decisión, no tan tarde porque, gracias a Dios no me pasó nada grave”, dice con una sensación de alivio en su voz.

Sin embargo, esta decisión no fue bien tomada por su pareja. En la conversación, que sucedió hace un mes, Carmen tuvo de frente el peligro que tanto temía.

De acuerdo con Carmen, su entonces pareja cogió unas tijeras de la cocina y se las puso en la cabeza.

“Me decía que me iba a cortar la cara, el abdomen. Te voy a partir la nariz, tumbar los dientes. Tú eres mía y no eres de nadie más. Tenía cara de loco, como si se le hubiera metido un demonio”, recontó la víctima.

Su pareja después le preguntó una y otra vez, “¿Te vas a ir?”, por lo que ella desistió de esa idea hasta el lunes pasado.

Ese día fue a un supermercado con una amiga para comprar unos utensilios que necesitaba para mudar sus artículos personales de la casa en la que convivían.

Cuando volvió a la casa, el agresor, al ver que había salido de la casa le arrancó una cadena del cuello.

“Me quitó mi cartera con mi identificación, mi celular y el de mi amiga con la que estaba. Después desconectó el teléfono fijo para que no tuviera comunicación con nadie”, detalla la mujer.

Cuando se fue al trabajo, Carmen aprovechó para bajar a la portería del edificio en el que vive. Le pidió al portero una llamada bajo el pretexto que la habían atracado para no levantar sospechas.

Llamó a un amigo y arregló para que viniera en la madrugada, hora en la que su pareja no estaría en el apartamento.

Rasguños que le quedaron cuando el agresor le quitó la cadena del cuello a Carmen.

Este miércoles, cuando recogió todo, le tocó esperar hasta las 8 de la mañana, hora en que está autorizada la mudanza en edificios.

“Estaba desesperada, cada carro que llegaba me ponía el corazón a mil”, reseña Carmen.

Finalmente pudo salir y se fue a la casa de una amiga. Le dejó una nota despidiéndose.

Carmen cuenta que el hombre todavía está tras sus pasos. “Han llegado sus amigos hasta las casas de mis conocidas a preguntar si estoy allá”, dice.

“Todavía me llama y me dice que vuelva que él me quiere y no me va a hacer nada pero ya tomé la decisión de irme y no me arrepiento”, concluye Carmen quien ya interpuso el denuncio ante la Fiscalía y en las próximas horas será valorada en las instalaciones de Medicina Legal.