¿Qué Pasa?

Muere estadounidense tras caer del piso siete de un hotel en el norte de Barranquilla

El ciudadano extranjero fue trasladado a la Clínica Reina Catalina, donde falleció mientras recibía atención médica. Autoridades investigan lo sucedido.

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El ambiente estaba tenso este lunes en el hotel Windsor de Barranquilla. El aura fúnebre había alcanzado a impregnar el semblante de los administrativos y al cuerpo de seguridad luego de que el establecimiento, ubicado en la calle 84 No. 46-07 del barrio Altos de San Vicente, se convirtiera en el escenario de una trágica muerte, en la madrugada de este lunes.

De acuerdo con el reporte inicial de la Policía, eran aproximadamente las 3:46 de la madrugada cuando el estadounidense Jonh Wilkel Zachary cayó desde la azotea, en el séptimo piso del hotel, en condiciones que aún no se terminan de esclarecer.

Estaba con una mujer

Según fuentes judiciales, el hombre de 31 años, natural de Milwaukee (Winsconsin, Estados Unidos), habría ingresado al hotel el domingo en compañía de una mujer para hospedarse en la habitación 304 del recinto, siendo recibido como cualquier otro huésped.

Lo que probablemente no se esperaban los trabajadores del hotel es que, tiempo después de haber ingresado, el norteamericano habría empezado a recorrer los pasillos semidesnudo y en estado de alteración.

Relató el general Ricardo Augusto Alarcón Campos, comandante de la Policía Metropolitana de Barranquilla, que la mujer que acompañaba a John se habría asustado tanto del estado del hombre que decidió dar aviso a miembros del cuerpo de seguridad del mismo.

Ante la situación, los trabajadores del hotel habrían solicitado la presencia de uniformados de la Policía Metropolitana de Barranquilla, quienes al llegar, en compañía de paramédicos, auxiliaron al hombre.

“Esta persona estaba muy exaltada en el momento en que estaba siendo atendido”, afirmó el general antes de contar que el sujeto se les escapó de las manos a uniformados y a miembros de atención médica para terminar encontrándose con la muerte.

“Él sale abruptamente, se desplaza a la terraza del hotel y, allí, cae. No sabemos si se lanzó voluntariamente, debido a la oscuridad. Simplemente cae”, explicó el general.

Asimismo, informó la Policía que la víctima habría fallecido en el lugar de los hechos; sin embargo, intentaron socorrerlo y lo llevaron a la Clínica Reina Catalina, a donde llegó sin signos vitales.

Tenía esposa e hijos en Quilla

La noticia de la muerte de John fue un duro golpe para su familia en Barranquilla. En sus rostros se reflejaba el dolor mientras esperaban la llegada del cuerpo a la sede de Medicina Legal de la capital del Atlántico, pues no solo debían lidiar con el fallecimiento del hombre, sino que debían pasar el trago amargo de haberse enterado de la noticia a través de los medios de comunicación.

A pesar de que los familiares se negaron a dar amplias declaraciones del caso, cercanos al fallecido afirmaron que él “no estaba aquí de vacaciones”.

Este medio conoció a través de una fuente que Wilkel Zachary era filósofo y se habría retirado del mundo laboral para dedicarse a la escritura.

El hoy difunto habría llegado a la ciudad hace aproximadamente dos años tras empezar una relación con una mujer barranquillera que conoció en los Estados Unidos. Según la fuente, la esposa de John y madre de sus dos hijos sería Margarita Barraza, allegada de Helís Barraza, rector de la Corporación Universitaria Reformada, institución en la que Wilkel Zachary se desempeñó como colaborador del Instituto de Idiomas en el año 2017, sin tener vínculo laboral directo.

Asimismo, se pudo constatar que en 2018 Wilkel Zachary estuvo vinculado con el Colegio Americano de Barranquilla durante un mes como parte de una pasantía en el Departamento de Inglés. Allí se desempeñó como docente y colaborador del departamento, según informó el colegio, pero se desconocen las razones por las que dicha pasantía duró tan poco tiempo.

Por otro lado, trascendió que a pesar de tener a su familia en Barranquilla, el cuerpo de Jonh Wilkel Zachary sería repatriado a Estados Unidos para las exequias y su posterior sepultura en la ciudad costera de Milwaukee.

“No pueden estar aquí”

Como parte del trabajo investigativo, periodistas de este medio se acercaron al hotel Windsor en busca de información referente al fatídico hecho ocurrido allí; sin embargo, administrativos y seguridad del hotel se mostraron reacios a emitir alguna comunicación sobre el caso. De hecho, los periodistas fueron recibidos con una actitud agresiva.

Uno de los miembros del personal de seguridad dijo a los reporteros que no podían estar en el lugar, aún cuando se les había solicitado esperar en el lobby para ser atendidos por el administrador del hotel. A los periodistas los enviaron a la parte trasera del edificio, cerca de la zona de descarga y labores, donde esperaron infructuosamente más de dos horas para ser atendidos por el personal.

Durante la espera, los periodistas pudieron constatar la presencia de al menos ocho miembros de inteligencia de la Policía Nacional que iban tras las pistas del caso.

Por *Camila Luque Rozo