¿Qué Pasa?

Muerte de Aracelis se dio “por un golpe contundente” en su cabeza

Autoridades señalan que Jorge Vélez Amador pudo haber matado a su tía de un solo golpe en la cabeza con un martillo para luego desmembrarla con una segueta.

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A medida que pasan las horas se conocen más detalles del macabro asesinato de Aracelis del Socorro Amador de García, de 70 años.

Fuentes de la Fiscalía indicaron que la posible causa de la muerte de la mujer oriunda de San Juan Nepomuceno, Bolívar, se dio por un golpe contundente en su cabeza. “Su muerte al parecer se da por trauma craneoencefálico en la región occipital”, indicó una fuente del ente investigador sobre la inspección practicada por Medicina Legal al cuerpo de la mujer, que según se conoció en audiencias preliminares fue desmembrado en sus extremidades superiores e inferiores por su sobrino Jorge Eliécer Vélez Amador.

Pruebas contra Vélez Amador

El sábado en horas de la noche, en la sala 13 del Centro de Servicios Judiciales de Barranquilla, el procesado, durante la diligencia de imputación de cargos hecha por el fiscal Elkin Chiquillo, confesó su responsabilidad en el hecho: “Pido perdón a mis primos, pido perdón a Dios, a mi familia, a la justicia, a todo el mundo... No sé qué me pasó, me dejé llevar por problemas económicos que tenía; estoy muy arrepentido y me allano a los cargos”, dijo Vélez Amador.

Durante la solicitud de medida de aseguramiento para el detenido, el delegado de la Fiscalía Segunda Especializada de alerta de homicidios indicó en la investigación también que hay suficiente material probatorio para demostrar la participación del hombre de 49 años en el macabro crimen.

La factura de una ferretería a nombre de Jorge Eliécer Vélez Amador señalando la compra de tres hojas de segueta, un martillo de caucho, una machetilla y un rollo de cinta negra, es una de las pruebas más contundentes que tiene la Fiscalía para señalarlo como el asesino de su tía.

El ente acusador también tiene los videos de las cámaras de seguridad de la ferretería que muestran a Jorge comprando los implementos horas antes del homicidio de Aracelis, ocurrido el pasado viernes, entre el mediodía y la 1:00 de la tarde.

Y estos implementos son los mismos que encontraron los investigadores en la escena del crimen: el apartamento 304 del edificio Lisboa, situado en la calle 94 No. 56-18, barrio Riomar, norte de Barranquilla.

Para la Fiscalía estas pruebas, sumadas a las entrevistas de los porteros, el administrador y los vecinos de la víctima, demuestran que Jorge planeó el homicidio y lo ejecutó con frialdad para no pagar una plata que le debía a su tía, quien lo había empleado como cobrador.

Lazos de familia

De acuerdo con el ente acusador, entre Jorge y su tía Aracelis existía un vínculo laboral que nació de su relación familiar. Al parecer la mujer siempre lo consideró como un hijo y estaba muy dolida porque Jorge no podía conseguir trabajo ya que arrastraba una serie de antecedentes penales graves, especialmente una condena por un homicidio ocurrido en 2004.

Araceli al parecer ignoró los antecedentes de su sobrino y las advertencias de otros familiares y le dio trabajo cobrando dinero que ella prestaba al interés.

“La señora era de buenos recursos económicos porque su familia es ganadera y ella manejaba sus propios negocios, además los hijos de ella están bien económicamente, de hecho el apartamento donde la mataron era de ella, propio, ella vivía sola y hasta era vegetariana, todos los vecinos la querían, la respetaban y la apreciaban”, le explicó a este medio un investigador.

En vez de aprovechar la oportunidad, Jorge se dedicó a la rumba y todos los fines de semana se perdía de su casa (ubicada en el barrio Recreo) desde el viernes y aparecía el lunes. En un fin de semana, dicen, se gastaba unos $5 millones en trago y mujeres, indicaron las fuentes consultadas.

Al parecer con ese estilo de vida, Jorge le empezó a robar a Aracelis y cuando la mentira se hizo insostenible y todo apuntaba a que la mujer lo iba a descubrir y posiblemente le iba a retirar toda la ayuda, entonces su sobrino armó un plan para asesinar a su propia tía, desmembrar el cadáver y sacarlo por partes del apartamento.

“No tiene un pelo de tonto”

El fiscal Chiquillo contó con el respaldo de un avezado grupo de investigadores de la Policía Judicial, Sijín, no solo para recopilar pruebas, también pudo establecer que el asesinato fue premeditado por Vélez Amador.

“El tipo no tiene un pelo de tonto, planeó el asesinato de la tía, lo ejecutó, la alcanzó a descuartizar y se llevó las piernas y los brazos para una tienda donde engañó al dueño para que se los guardara en el congelador y seguramente luego botarlos en algún lado; pero las cosas no salieron como había planeado y lo cogieron, ahora se allanó a los cargos y obtiene una rebaja de la mitad de la pena”, aseguró el investigador consultado por este medio.

La tienda sigue cerrada

Luego de que Policía descubriera el macabro hallazgo el viernes pasado, el local lleva dos días sin ofrecer atención al público.

El confeso asesino, previo a su captura la noche del viernes, en el edificio Lisboa de la calle 94 con carrera 56, se derrumbó emocionalmente y confesó a investigadores de la Policía que en horas de la tarde de ese viernes trasladó en unas bolsas negras y otras reutilizables de color verde las extremidades superiores e inferiores de Araceli Amador de García, su tía, hasta una tienda ubicada en el barrio El Recreo.

El lugar donde miembros de la Sijín se desplazaron el viernes en la noche y encontraron las partes del cuerpo de la mujer ha permanecido cerrado desde entonces.

Vecinos del sector indicaron a EL HERALDO que “la tienda no abrió el sábado y el domingo tampoco, aunque por lo general esa tienda no abre el domingo, habrá que esperar si el lunes (hoy) abren”, dijo el morador que prefirió no revelar su identidad.

La tienda donde Vélez Amador al parecer compró las bolsas donde embaló las extremidades de su tía no es la única del sector del Recreo.

Tenderos del sector manifestaron que conocían a Vélez Amador desde hace 2 años. “Estamos consternados, el hombre venía acá con frecuencia, se tomaba un refresco o comía un pan”, explicó uno de los tenderos del sector.

Con información de: Camilo Bermúdez y Andrés Gaitán.