¿Qué Pasa?

¿Qué hay detrás de la muerte de dos pensionados en 2014 y 2016?

El anuncio del pago de recompensa por parte de la Policía Metropolitana alertó sobre una investigación que se desarrolla en torno a los homicidios de Manuel Steel Suárez y Néstor Carlos Serrano.

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La muerte de dos pensionados de Cementos Caribe y Monómeros, Néstor Carlos Serrano y Manuel Steel Suárez, respectivamente, en hechos ocurridos con 2 años de diferencia tiene para familiares e investigadores judiciales un común denominador: reclamaciones de dineros a los cuales las víctimas tenían derecho.

“Por reclamarlos fueron ultimados al parecer por un grupo de abogados”, aseguró en mayo 2016 el el teniente coronel Jesús de los Reyes, comandante del Distrito 4 de la Policía Metropolitana.

Una fuente allegada a la investigación da crédito a esta hipótesis y va más allá. Asegura que detrás de estos hechos se esconde la existencia de una especie de cartel que se ha formado en Barranquilla: el de las pensiones. “Esas personas se apropiaron, ilegalmente, de $4.500 millones de pesos”, revela.

Esta teoría cobró fuerza esta semana, cuando la Policía y la Fiscalía anunciaron por medio de un afiche – distribuido por la Policía en el Centro Cívico y Centro de Servicios Judiciales de Barranquilla– el pago de 10 millones de pesos de recompensa por información que permita dar con la ubicación y captura de los responsables de los homicidios de Stell Suárez y Serrano Henriquez.

Investigaciones de las autoridades apuntan a que al parecer podría existir un ‘cartel de las pensiones’, integrado por al menos 7 abogados, que con la participación de funcionarios judiciales y un juez, habrían direccionado los procesos en favor de los abogados demandantes.

“Esto fue con el objetivo de apoderarse de jugosas cantidades de dineros, producto de demandas relacionadas con pensiones”, asegura un investigador.

La recompensa ofrecida esta semana, explicó extraoficialmente la fuente, se busca poder individualizar a los sicarios. “Existe la posibilidad de que estas personas se encuentren presas (por otros casos), por lo que de llegar a identificarse y reconocer el hecho podrían acceder a algún beneficio por colaborar con el caso”, señaló.

Caso del pensionado de Cementos Caribe

Cuatro años después del asesinato de Néstor Carlos Serrano, sus familiares contaron a EL HERALDO que el 12 de septiembre de 2014 en horas de la noche un sujeto que iba como parrillero en una motocicleta se acercó a la terraza de su casa, ubicada en el barrio San Felipe, y sin mediar palabra le disparó. Serrano tenía en ese momento 62 años de edad, 32 de los pensionado laboró como empacador en la empresa Cementos Caribe, donde se pensionó.

De acuerdo a los testigos, el sujeto llevaba un casco en la cabeza y se acercó a las rejas de la terraza. “Yo pensé que iba a preguntar algo, pero cuando el hombre saca la pistola yo quedo impresionada, él le dispara en varias oportunidades a mi esposo”, narró la esposa de Serrano Henriquez, quien pidió omitir su nombre.

La hija del fallecido añadió que el sicario en ningún momento huyó, al contrario caminó a paso lento, al parecer cerciorándose de haber logrado su cometido.

“Yo estaba en la casa cuando escucho el sonido de los balazos, pero en ningún momento pensé que era aquí. Salgo y veo que mi papá se agarra el pecho, pensé que estaba asustado por el tiroteo, pues no veía sangre porque él llevaba ropa oscura. Cuando miro sus pies es que veo los chorros de sangre; empiezo a gritar ‘¡Me lo mataron!’, es ahí que el sicario se dirige hacia su moto y se va”, recordó entre suspiros y voz temblorosa la mujer, sentada en la sala de su casa, pero mirando hacia la terraza que aquella noche se convirtió en la escena de un crimen.

Las últimas palabras son claves

Los familiares de Serrano Henriquez dijeron a EL HERALDO que las últimas palabras de su padre podrían ser determinantes para dar con los autores del crimen.

“Cuando era trasladado hacia la clínica, antes de morir, le dijo a mi mamá que eso lo había mandado a hacer la abogada”, puntualizó una de sus hijas. Ella explicó, sin embargo, que “poco” sabía del tema, “El hacía las cosas muy callado, y eso ya se encuentra en investigación por las autoridades”, dijo la mujer acerca del proceso que hace pocos meses el Fiscal General de la Nación, Néstor Humberto Martínez declaró como “prioritario”.

“Le debían un dinero”

“Se presume que hay una situación relacionada con posibles dineros a los cuales el señor Stell tenía derecho y que parece ser fue víctima de un engaño”, dijo el teniente coronel Jesús de los Reyes, momentos después de ocurrido el crimen de Manuel María Stell Suárez, el 19 de mayo de 2016.

Stell Suárez, de 62 años, fue asesinado ese martes a las 8:30 de la noche, cuando regresaba a su casa, luego de comprar unos alimentos en una tienda cercana en el barrio Los Andes.

“Se le acercó una moto con dos hombres. El parrillero le disparó en la parte posterior de la cabeza, por la espalda, y cuando cayó le dio un tiro de gracia en el pecho, para asegurarlo”, contó ese mismo día a EL HERALDO un testigo que pidió el anonimato.

El extrabajador de la empresa Monómeros fue trasladado por una ambulancia hasta la Clínica La Merced, donde recibió atención médica. Antes de la medianoche de ese martes, los galenos confirmaron a familiares su deceso.

Investigadores judiciales que asumieron el caso una vez se generó la noticia criminal dijeron a esta casa periodística que de acuerdo a los testimonios recolectados a familiares y conocidos de la víctima, a Stell Suárez le debían un dinero al parecer por una demanda de reliquidación de pensión.

Hasta el momento fiscales, investigadores judiciales, y policía trabajan en silencio por esclarecer el crimen que de momento se encuentra en individualización de los autores materiales y recolección de elementos probatorios en contra de los autores intelectuales.

Sin embargo, no se descarta por parte del ente investigador que existan más hechos de sangre presuntamente perpetrados por esta estructura.

Con información de: Camilo Bermúdez.