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Petting: la nueva técnica que nos enseña Don Juan para alcanzar el placer sin recurrir a la penetración

Una experiencia dirigida a satisfacer los sentidos.

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Desde hace poco se ha visto que los jóvenes hablan de una nueva tendencia sexual. Entre ellos murmuran sus encuentros íntimos a flor de piel. Sin embargo, existe un nuevo término que se impone con peso entre los adolescentes y del que nos queremos referir hoy, el Petting.

Se trata de una práctica enfocada en los sentidos y no en la penetración. Su objetivo, llegar al clímax solamente con caricias, besos y otro tipo de estimulaciones; una práctica en la que la imaginación, creatividad e iniciativa juegan un papel clave a la hora de practicarlo. Se puede optar por armar escenarios románticos, sensuales o rudos, dependiendo de lo que más le guste a la pareja.

EL ORIGEN DEL NOMBRE

Este término proviene del verbo inglés ‘To pet’, que alude a besar, mimar, acariciar o tocar, también conocido como el juego previo antes el encuentro sexual. Sin embargo, la idea general de esta nueva tendencia es encender una vez más la llama de la pasión, volviendo a conocer al otro para saber qué es lo que realmente le gusta en la cama, y así, en otros encuentros, dominar los movimientos para encontrar el máximo placer.

Para practicar el Petting solo se necesita que ambos estén completamente concentrados, en un ambiente armónico y con todas las ganas de pasar un buen rato disfrutando el uno del otro. Si ya son una pareja estable y se conocen perfectamente, todo será más fácil; pero si por el contrario, son solo dos personas que quieren estar en intimidad, la mejor forma de empezar las cosas es hablando sobre cómo les gusta que los toquen o besen.

¿QUÉ HACER?

En principio, la base del Petting es buscar las zonas erógenas de cada miembro de la pareja, explorar su cuerpo de los pies a la cabeza, deteniéndose en cada centímetro y olvidar por un rato de la idea fija del sexo, además, si les gusta, después van a tener mejores relaciones sexuales, con y sin penetración, lo que amplía las posibilidades de gozar.

El simple hecho de prohibir la penetración (por un día, una semana o por un mes) los va a disparar hacia otras maneras de excitarse que nunca conocieron, ¿o acaso Picasso no pintó sus mejores cuadros cuando se autolimitó a usar solamente tonos de azul?

Eso sí, tienen que estar convencidos, buscar otros estímulos; jugar a esta previa interminable puede resultar gracioso y hasta ridículo en un principio, pero verán que cuando empiecen a probarlo, no se van a arrepentir, y los dos van a alcanzar un orgasmo realmente intenso y muy diferente de aquel al que están acostumbrados.

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