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Las diferentes formas que pueden tomar las brujas

En el Banco (Magdalena) hay conmoción por lechuza que fue confundida con una hechicera.

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Las brujas tienen una historia larga y elaborada. Sus predecesores aparecen en la Biblia, en la historia del rey Saúl que consulta a la así llamada ‘Bruja de Endor’. También aparecen en el período clásico en la forma de ‘estirges’, unas temibles criaturas aladas con forma de harpías o lechuzas que se alimentaban de la carne de bebés.

Circe, la hechicera de la mitología griega, era una especie de bruja capaz de transformar a sus enemigos en cerdos. Así era también su sobrina Medea. El mundo antiguo fue, pues, responsable del establecimiento de una serie de figuras retóricas que siglos más tarde serían asociadas a las brujas.

La forma física en la que más la asocian en el mundo tiene que ver con una anciana jorobada, de nariz larga que usa traje largo, sombrero puntiagudo y mantiene empuñada una escoba; sin embargo, expertos en temas paranormales sostienen que son muchas las figuras que pueden adoptar, especialmente porque tienen la capacidad de meterse en el cuerpo de muchos animales.

A comienzos del Renacimiento nuestra percepción moderna de las brujas se formó realmente. Y un hombre de esa época hizo más que ninguno para definir la forma en que todavía nos imaginamos a las brujas: el pintor y grabador Alberto Durero.

UNA HISTORIA RECIENTE

En El Banco, municipio del Magdalena, de lo único de que se habla por estos días es de la acción de una mujer que colgó a una lechuza de un árbol y la apedreó porque creyó que era una bruja. Algunos vecinos de donde ocurrieron los hechos, zona rural de este municipio magdalenense, reportaron a las autoridades que encontraron al animal con las alas partidas por lo que fue llevada a un centro veterinario en donde murió.

En medio de los reclamos a la mujer señalada del hecho, las autoridades ambientales hicieron un llamado para acabar con estas prácticas que se convierten en una amenaza para lechuzas y búhos, dos especies que muchos ciudadanos consideran que son sinónimo de “mal presagio”, atribuyéndoles características asociadas a la muerte y al desastre. Debido a estas percepciones, estas aves han sufrido envenenamiento, destrucción del hábitat natural y aniquilación en algunas regiones del país. “Lastimosamente, en el Caribe Colombiano estas creencias también están presentes”, dijo Walberto Natanjo, médico veterinario.

Comentó que el mito es que “su llanto o gemido es signo de tristeza, de muerte y desolación”, de ahí la acción violenta de muchos particulares cuando detectan este tipo de aves.

Se dice que una lechuza que está revoloteando alrededor de las ventanas o se ha posado en el techo de una casa, sus graznidos anuncian el pronto fallecimiento de una persona.

Incluso, una antigua leyenda mexicana dice que: “cuando la lechuza canta, el indio muere”.

Naranjo aclaró que estos animales no representan un “mal presagio”, y que al contrario las aves rapaces son fundamentales para el equilibrio de los ecosistemas ya que actúan como controladores de plagas que podrían ocasionar enfermedad a las poblaciones humanas.

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