Un gol al cierre de Uruguay silenció la fiesta en el Metropolitano
En un partido que pudo ser para cualquiera, con un primer tiempo de tránsito lento y una segunda parte que explotó en emociones, 'Tricolores' y 'Charrúas' igualaron a un tanto.
Sí, pudo ser mejor… o peor. La verdad es que Colombia anduvo entre la derrota y la victoria ante Uruguay, este jueves en el estadio Metropolitano. El empate 2-2 terminó siendo lo más justo en un partido en el que ambas selecciones desperdiciaron una buena cantidad de opciones de gol para cambiarle la historia al resultado final.
El juego fue cambiante y estuvo para cualquiera de lo dos.
Los primeros 30 minutos de Colombia fueron titubeantes. Más de sufrimiento que de goce. Se padecía con la terrible imprecisión de Jhon Arias, Wílmar Barrios y Dávinson Sánchez, que no atinaban a rechazar o a poner un pase correctamente.
Rifaron varios balones y Uruguay estuvo a punto de marcar. Afortunadamente Camilo Vargas estaba en su tarde y ahogó el grito de gol en un mano a mano con Rodríguez, en una osada salida ante un pelotazo para Darwin Núñez y en un remate de Pellistri.
Uruguay también falló y desaprovechó varias posibilidades que le brindó la zaga local. Sus jugadas en el último tramo resultaron desafinadas.
De no ser por Vargas y las malas decisiones e inexactitud de los visitantes en varias aproximaciones, el marcador del primer tiempo hubiese sido decepcionante.
Colombia solo se había acercado con verdadero peligro a través de un remate de Uribe, tras buenos pases de Luis Díaz y Borré.
Nández y Araújo no le daban respiro al guajiro y bloquearon todos sus intentos. A Arias no le salía una, Borré cumplía más tareas de sacrificio que de ataque y James Rodríguez caminaba la cancha sin trascendencia hasta que se inspiró, evidenció su calidad técnica, que por momentos se sobrepone a su estado físico, y anotó un golazo que estalló la alegría en el ‘Metro’.
Cuando Colombia luchaba en su mar de equivocaciones, James sacó a flote una de las jugadas que protagonizaba en sus mejores momentos y puso el viento a favor.
Uribe casi anota el segundo en el cierre de la etapa inicial, pero Santiago Mele, el arquero de Junior que fue titular ante la lesión de Rochet, se lo impidió.
Uruguay, que pasó a jugar con tres en el fondo, salió con todo en el segundo tiempo y en el primer minuto el recién ingresado, Mathías Olivera, aprovechó un tiro de esquina para marcar de cabeza.
Se echó de menos la autoridad de Yerry Mina en el juego aéreo. Los charrúas se envalentonaron y parecía que le daban vuelta al marcador, incluso Vargas tuvo que intervenir en un remate rasante de Maxi Araújo, pero Luis Díaz sacó su garra, recuperó una pelota y armó la jugada que terminó con el gol de Mateus Uribe.
El gol se gritó con algo de suspenso por una mano previa de James Rodríguez que el árbitro interpretó como no intencional.
El 2-1 le dio aire a Colombia y Uruguay se veía ahogada con el calor y la humedad. Luchito tuvo el segundo, pero lo mandó a las nubes. James y Arias también, pero lo chocaron en los palos. Fue el mejor momento de los nuestros. Estaba más cerca el tercero que el empate visitante.
No obstante, no se puede subestimar la garra charrúa. Los cambios de Colombia no llevaron mejoría. Richard Ríos, por ejemplo, no aportó lo mismo que venía dando Uribe.
En la agonía del juego, en un grave descuido, un pelotazo toma solo a Maxi Araújo. El delantero fue derribado claramente por Vargas, el árbitro sancionó penalti y le mostró la segunda amarilla al portero y por ende la roja.
Darwin Núñez ejecutó y decretó el 2-2 definitivo. Ya Colombia no tenía fuerzas para buscar el tercero. Solo se aproximó en un cabezazo de Dávinson que atenazó Mele.
Lástima que se escaparon los tres puntos. Pero al menos, en vista del cambiante contexto del juego, se rescató uno. La realidad es que el triunfo pudo ser para cualquiera.