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Historias

Cadáveres en el río Magdalena: un aviso que no ha sido tenido en cuenta

En 2022 fueron hallados a orillas del cuerpo de agua, en jurisdicción de Barranquilla, al menos 8 cuerpos de hombres con signos de tortura. Y en este 2023 la cifra se supera.

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Complicado se ha vuelto para las autoridades de Policía y Fiscalía establecer un hilo investigativo en los casos de hallazgos de cadáveres con signos de violencia y en alto grado de descomposición en el río Magdalena y en los brazos que bordean a Barranquilla, así como en las zonas de Soledad y Malambo, aguas arriba.

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Complejo, según altos mandos de la institución armada, porque se mantiene la idea de que podría tratarse de una persona que fue asesinada en una jurisdicción distinta y que su cuerpo fue arrastrado por la corriente. Mientras eso se define, de acuerdo con la autoridad, investigadores podrían tardarse meses.

Solo el año anterior se registraron al menos ocho casos de avistamientos de cuerpos sin vida de hombres amarrados, atacados con armas cortopunzantes y amordazados flotando en el agua, algunos con prendas de vestir y otros sin ropa, en los que fue difícil realizar la diligencia de levantamiento y, más allá, determinar su identificación.

En el mes de junio del año anterior, pescadores y habitantes del sector Bocas de Ceniza, en el barrio Las Flores, hallaron en avanzado estado de descomposición el cuerpo sin vida de un hombre en la ribera del río Magdalena. La identidad del fallecido no fue establecida por las autoridades; moradores de la zona habrían indicado que la persona tenía una herida en el rostro, que solo llevaba una camisa, y manillas en sus muñecas.

Después ocurrió la muerte de César Alfredo Bolaños Salgado, vigilante de un puerto del sector de Barranquillita, quien falleció al caer en extrañas circunstancias al río Magdalena. Familiares informaron que aquel 26 de junio, el hombre de 48 años desapareció cuando cumplía su jornada laboral. Los hechos no fueron claros e incluso estos plantearon que su muerte no fue accidental.

Pero fue en el segundo semestre del mismo 2022 cuando se volvieron recurrentes las noticias de los hallazgos de los cadáveres, en ese momento en distintos tramos del Corredor Portuario, en similares circunstancias un caso con otro. Eso mantuvo en alerta a las autoridades policiales sobre una delicada situación en la localidad Norte-Centro Histórico, al parecer, motivada por la injerencia en la zona de la estructura criminal ‘los Costeños’, señalados de descuartizamientos, desapariciones forzadas, atentados e innumerables casos de extorsiones a comerciantes y ‘vacunas’ a expendedores de drogas.

En el mes de agosto se encontró en una zona de difícil acceso, cercana al puente del Ladrillo, sector del Corredor Portuario, el cadáver de un hombre asesinado de la misma forma que los otros dos: golpes y heridas de arma cortopunzante en el pecho.

Otra de esas víctimas que ‘arrastró’ el río fue Luis Ángel Gómez Conrado, un joven de 23 años de edad que se dedicaba a la mecánica diésel. Su cuerpo fue hallado flotando en cercanías del barrio El Ferry.

En su momento se dijo que este había desaparecido desde el 14 de septiembre, cuando salió del barrio Las Nieves para encontrarse con amigos. El cadáver presentaba heridas en el pecho y mano izquierda, además de golpes en otras partes del cuerpo.

Una muerte similar tuvo otro sujeto que en el mismo mes de septiembre de 2022 fue encontrado por vecinos del barrio Villanueva flotando en el caño de la Auyama. La víctima vestía una bermuda estampada y una camisa de color verde, era de tez blanca y contextura gruesa.

Ya en octubre, entre el 12 y el 22, se reportaron los avistamientos de otros dos cadáveres de hombres amarrados y con signos de violencia: uno fue encontrado en cercanías de la estructura del nuevo Puente Pumarejo, en jurisdicción de Barranquilla, y el otro en la zona de la Aleta del Tiburón.

Los casos de 2023

El Grupo de Guardacostas de la Armada Nacional confirmó a este medio que en lo que va corrido de 2023 se han adelantado al menos 10 “maniobras de apoyo” a las autoridades policiales y a miembros del CTI de la Fiscalía para arrastrar hasta las orillas del río los cuerpos hallados en jurisdicción de Barranquilla. No obstante, las cifras no coinciden con las de Policía.

En un primer hecho, la Armada de Colombia ayudó el 25 de marzo de este año a divisar un cadáver baleado en la parte trasera de la bodega de Rodolfo Steckerl, que luego se identificó como Marco Aurelio Insignares Colina. Este hombre solo presentaba anotaciones judiciales por porte ilegal de arma de fuego e inasistencia alimentaria. Su caso fue asignado a la Sijín, liderado por la Fiscalía 41 local.

El 21 de abril, a las 3:00 de la tarde, fue reportado en el barrio Mesolandia el hallazgo del cuerpo sin vida de Carlos Joel Rodríguez Villalobos, un hombre ligado con la organización criminal ‘los Costeños’. Su caso fue asignado a la Sijín, liderado por la Fiscalía 13 local.

El 6 de junio, a las 2:30 de la tarde, a orillas del río Magdalena, a la altura de Cabica, en Soledad, fue encontrado un cadáver de un hombre, de aproximadamente 30 a 35 años, el cual fue hallado por trabajadores de la empresa Impala. El caso fue asignado a la Sijín, liderado por la Fiscalía 08 local.

Luego, seis días después del último evento, se reportaron los dos casos en los que se encontraron dos cuerpos el mismo día, pero en diferentes tramos del río. Los dos, según la autoridad, habían desaparecido en Malambo.

Pescadores en la zona comercial de Las Flores fueron quienes encontraron el primer cadáver, y con ayuda de la autoridad lo arrastraron hasta la calle 106 con carrera 90, sector por donde se accede a las embarcaciones y al río. Esta persona fue identificada como Jesús David Romero Siciliano. Su caso fue asignado al CTI y liderado por la Fiscalía 08 Seccional.

Por otro lado, el segundo cuerpo fue visto por visitantes del monumento la Aleta del Tiburón, quienes alertaron a las autoridades y estos hicieron presencia inmediata para realizar las maniobras pertinentes y sacarlo.

Días después del suceso se estableció que esta última persona respondía al nombre de Elías Moisés Jiménez Campo, un joven de tan solo 19 años de edad.

La identidad del joven fue suministrada el miércoles 21 de junio por las autoridades policiales luego de que familiares se acercaran hasta las instalaciones del Instituto de Medicina Legal para un proceso de verificación de datos.

En septiembre 5 ocurrió nuevamente un doble avistamiento de cadáveres, según registros de la autoridad. El primero fue hallado a la 1:30 de la tarde en el barrio Siape. Esta persona fue identificada como Alfredo Miguel Manjarrez Márquez. Horas más tarde, a eso de las 5:30 p. m., Jorge Junior Castellanos Torres fue encontrado baleado en el sector de Las Flores.

La Policía pudo establecer que los dos habían salido a “pescar” el domingo 3 de septiembre al Parque Isla Salamanca y no habían regresado. Luego, a través de indagaciones, se conoció que ambos pertenecían a ‘Los Pepes’, facción de ‘los Costeños’.

Y en octubre, un mes después, volvieron a aparecer dos nuevos cuerpos un mismo día.

Ahí la Policía Metropolitana de Barranquilla y la Armada Nacional reportaron el lunes 23 de octubre los hallazgos de dos cadáveres flotando a orillas del río Magdalena, en distintos sectores de la capital del Atlántico.

El primer caso, según la información suministrada por las autoridades, se dio hacia la 1:00 de la tarde en el barrio Villanueva, contiguo al corredor portuario. Los miembros de la Armada realizaban labores de patrullaje por la zona en una embarcación y divisaron el cuerpo de un hombre enredado en plantas acuáticas.

“El cuerpo fue encontrado en el brazo del río frente a la carrera 41 con calle 2. El cuerpo estaba en alto estado de descomposición, vestía sudadera de color azul y medias de color negro. Tez de piel trigueña, cabello corto y edad entre los 30 a 40 años”, indicó la Policía sobre las características del cuerpo sin vida del hombre.

Tres horas después de ese primer caso, hacia las 4:00 de la tarde del domingo, en la calle 106 con carrera 90, en el barrio Las Flores, miembros de la Armada alertaron a la Policía sobre otro cuerpo que estaba flotando a la orilla del río.

Cadáver en alto estado de descomposición, viste pantalón largo de color azul, suéter de color oscuro con franjas horizontales de diferentes colores, zapatos tenis de color negro con suela de color blanco. Tez de piel trigueña, cabello corto y edad de 30 a 40 años aproximadamente”, registró la autoridad sobre este otro suceso.

El Instituto de Medicina Legal incluye ahora en las muertes “por determinar” y no “muertes por inmersión” los casos de personas halladas flotando en el Magdalena en estado de descomposición. En ese sentido, al cierre del décimo mes del año, Barranquilla sumaba 17 muertes de hombres “por determinar” y 3 de mujeres. Y Atlántico, para el mismo periodo, 34 casos: 30 hombres y 4 mujeres.

El proceso investigativo de todos estos eventos está en marcha. A toda esa larga lista se debe incluir otro caso más: el cadáver de un hombre hallado flotando en el río Magdalena a la 1:45 a. m. del viernes anterior, a la altura de una empresa, en la Vía 40 con calle 85 del barrio Siape. El cuerpo estaba en avanzado estado de descomposición y, al igual que en los otros avistamientos, tampoco se pudo identificar de manera inmediata.