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La maldición indígena detrás de las apariciones en el edificio de la Aduana

Esta emblemática edificación encierra historias escalofriantes.

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La antigua Aduana es una edificación patrimonial que ha presenciado a través del tiempo muchos hechos históricos, pero también tras sus grandes puertas y ventanales se esconde un pasado oscuro, poseedor de sucesos siniestros que aún se sienten en los pasillos y archivos de este lugar, donde muchos trabajadores y visitantesatestiguan ocurren fenómenos paranormales.

AL DÍA quiso conocer las misteriosas historias que guarda esta arcaica propiedad, y gracias al revelador testimonio del empleado más antiguos de esta edificación, se obtuvieron detalles pocos conocidos hasta el momento.


Helkin Núñez, coordinador Archivo Histórico del Atlántico | Al Día

Helkin Núñez Cabarcas, coordinador de procesos del Archivo Histórico del Atlántico, lleva 24 años laborando en este lugar. Afirma que ha sido testigo varias veces de la aparición fantasmal de una mujer indígena que deambula por los archivos de la edificación, y explicó además algunas causas históricas sobre los siniestros fenómenos que allí se manifiestan.

LA MISTERIOSA MUJER

Núñez Cabarcas cuenta que en 1994, cuando se retomó la antigua Aduana para depositar el Archivo Histórico del Atlántico y la Biblioteca Piloto del Caribe,él estaba ayudado en la ubicación de los archivos, cuando de repente tuvo su primer encuentro con el espectro de una mujer indígena.

“Luego de un arduo trasteo me sentí desfallecer, acomodé los documentos en el piso y puse algunos en el primer pasillo. De pronto vi algo fugaz que se perdió hacia el fondo del recinto. Asombrado decidí salir rápidamente de aquel lugar. Había visto algo en forma de mujer esconderse allí mismo, era una indígena alta, sin pies y vestida totalmente de blanco, fue muy impactante”, rememora Núñez Cabarcas, quien después del suceso escuchó a una vecina del Barrio Abajo decir que esa aparición se daba desde hace tiempo.

“Helkin, mijo, dicen que ella saledesde el Centro Cívico y se mete en la Aduana por la entrada principal del edificio”. Le relató Carminia Soto, antigua vecina del sector, que afirma que a la extraña mujer la llaman en el Barrio Abajo ‘La Papola’, que en lengua indígena significa “mujer Espectral”.

EL CEMENTERIO INDÍGENA

De acuerdo con una investigación bien fundamentada del ingeniero civil Antonio Luis Armenta, realizada a finales del siglo XIX, deja al descubierto un dato escalofriante y es que el edificio de la Aduana fue construido sobre un cementerio indígena. Armenta identificó un terreno que comprendía siete hectáreas, en el cual funcionó el camposanto de la tribu Mokaná, conocida por sus fuertes creencias en el más allá y castigos por el irrespeto a la muertos.

En 1916 sucedó un extraño incendio que arrasó la edificación y dejó varios muertos. Se murmura aún que pudo tratarse de una maldición de esta tribu, por construir encima de su lugar descanso eterno.

Después de esto la Aduana fue de mal en peor, empezó un decaimiento hasta quedar como un lugar abandonado en la década de los 60, habitado por dragaditos que llegaron a hacer orgías y ritos de magia negra. “Allí también llegaban personas de estratos altos para practicar ritos de brujería, aprovechado la invocación de las almas de los indígenas para sus trabajos de hechicería”, relata Andrés Araujo investigador metafísico del grupo ‘Costa paranormal’.

En la aduana se comenta de muchas apariciones demoniacas penantes, debido a los rituales que allí se practicaron. Muchos afirman que se aparece un espectro de un negro esclavo cargando a una mujer ensangrentada que corre y se devánese en una de las paredes del recinto; también se comenta sobre el sonido de tambores y cantos indios en horas de la noche.

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