Historias

Investigación revela ‘amor tóxico’ entre ranas arlequines en la Sierra Nevada

El macho permanece 5 meses abrazado a la hembra para que otro no se la quite.

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Un estudio científico liderado por Luis Alberto Rueda Solano, docente e investigador de la Facultad de Ciencias Básicas de la Universidad del Magdalena, concluye que entre las ranas de la especie Arlequín, se da un "amor posesivo", parecido al denominado "amor tóxico" que existe entre los humanos.

En el particular comportamiento de esta especie que se encuentra en la Sierra Nevada de Santa Marta, el macho se amplexa a la hembra (la abraza por la espalda) y, aunque ella no esté lista para reproducirse, él puede durar hasta cinco meses en esa misma posición sin comer hasta que ella desove sus huevos, lo que según el científico clasificaría como "la gran dieta del amor".

El macho se muestra atento a que otro individuo no intente ocupar su lugar.

"Se aferra a su pareja hasta que logre pasar sus genes a la siguiente generación", precisa.

De acuerdo con Rueda Solano, la llamada ‘guardia de compañero’, está en la naturaleza de muchos animales.

DETALLES

El investigador explicó que en el mundo hay alrededor de ocho mil especies de ranas y que por lo general, su reproducción se da a través de los abrazos nupciales.

Aunque parezca excesivo, el macho sabe a lo que se enfrenta, sobre todo en un territorio como la Sierra Nevada de Santa Marta donde ellos superan en número a las hembras.

Por eso, previamente a este encuentro, se alimenta muy bien, sabe que debe estar grande y fuerte para dar un abrazo de hasta 80 veces su peso, de tal forma que ningún otro macho lo pueda quitar e invadir su posición en la espalda de la hembra.

“Los machos se preparan y en el tiempo no reproductivo comienzan a comer más y a engordar, y cuando se encuentran a una hembra en la temporada reproductiva pueden aguantar todo este período sin comer", anotó.

Agrega que "eso les lleva a un esfuerzo muy grande en el que pueden perder hasta más del 30 por ciento de su masa corporal, e incluso, pueden llegar a la muerte si no están preparados para abrazos nupciales tan prolongados”

"Todo este proceso deja en manifiesto cómo evolucionan muchas de las especies a través de la selección sexual", dijo el investigador.

Aclaró que los machos que se alimenten mejor, que tengan más fuerza para soportar abrazos más prolongados o para espantar a otros machos que intenten quitarlos de la espalda de las hembras, son los que se van a reproducir y pasarán sus genes a una nueva generación de machos que tendrán mejores posibilidades para encontrar pareja.

“Aquel que no pueda reproducirse simplemente no dejará descendencia y ese linaje se terminará ahí”, enfatizó Luis Alberto Rueda Solano.

ESPECIE AMENAZADA

Se destaca que esta es una investigación sobre un comportamiento singular de una especie amenazada de extinción y con problemas de conservación, que se han ido de sus hábitats naturales.

Con ellas se ha perdido mucha información clave para entender más procesos naturales, como, por ejemplo, cómo evolucionan estos comportamientos de guardia de compañero en la naturaleza.

“Nosotros tenemos una oportunidad de oro valiosa aquí en la Sierra Nevada de Santa Marta porque tenemos especies que aún sobreviven en ambiente natural", comentó Rueda..

Agregó que, "además de la protección indígena y el uso tradicional de la tierra, estas especies están en una abundancia que nos permite desarrollar estos estudios de comportamiento, de ecología, que puede generar más información y que esta sirva para tener mejores decisiones de conservación de esta misma especie”

El estudio sobre la forma de relacionarse entre las ranas arlequines ha llamado mucho la atención y fue publicado en la principal revista de comportamiento animal ‘Animal Behaviour’ con el título ‘Comportamiento de guardia de compañero en anuros: selección intrasexual y la evolución del amplexus prolongado en la rana arlequín Atelopus laetissimus’.

Investigadores como el doctor Fernando Vargas Salinas, el biólogo José Luis Pérez González, la bióloga Arantxa Sánchez Ferreira, el veterinario magíster Alejandro Ramírez Guerra, el doctor Carlos A. Navas y el doctor Andrew J. Crawford, también contribuyeron con su conocimiento a este proyecto.