No hay quien maneje a Ana Del Castillo
Jaime Vega, el mánager de la polémica artista, dio el paso al costado. Se desconoce quién sería su reemplazo.
Solo 76 semanas logró permanecer Jaime Vega como mánager de la polémica cantante vallenata Ana Del Castillo. Tras no encontrar la fórmula para disciplinarla y bajarle el tono a las declaraciones que la cantante ofrecía a través de redes sociales, su canal preferido, Vega da el paso al costado.
‘El Mánager de Moda’, como lo denominan, desde el 6 de junio de 2018, tomó las riendas de la agrupación musical de la intérprete de éxitos como Ya es mío, logrando que la joven, de 20 años, sobresaliera con su puesta en escena y estilo irreverente en tarima, en cuyo repertorio, además de los clásicos vallenatos se esmeró por apuntarle a la consolidación de temas propios como Pero qué va, que hizo a dúo con Iván Villazón, y Sabroso, lanzado el mes pasado.
Con un breve comunicado, Jaime se despidió de sus labores: “Hoy solo queda agradecerle a Dios por esta oportunidad que me brindó de haber hecho parte de este gran proyecto, hoy decido finalizar mi ciclo como mánager de Ana del Castillo a quien le agradezco la oportunidad y la confianza depositada”.
La respuesta de Ana fue muy fría y solo escribió en redes el siguiente mensaje: “Gracias por toda tu disposición y cariño por este proyecto ¡Agradecida siempre contigo! Dios te bendiga”.
El accidente fue el génesis
Para Vega, manejar a Ana este año se tornó complicado debido a que la artista se la pasó de polémica en polémica. Inició el calendario de escándalos el 20 de febrero cuando protagonizó un accidente de tránsito junto al cantante de música urbana Juan Mindiola, del cual resultó con heridas de consideración en rostro y pierna derecha que la mantuvieron incapacitada durante 25 días, afectando así los contratos firmados en esas cuatro semanas, lo cual representó pérdidas millonarias para la agrupación.
Esa fue solo la cuota inicial, ya que posteriormente tras practicarle varios exámenes, Medicina Legal determinó que la joven durante la noche del siniestro estaba bajo efectos del alcohol y sustancias alucinógenas.
Por redes sociales comenzaron las críticas y por parte de ella no faltaban las respuestas subidas de tonos.
Siguió la rebeldía
El 12 de septiembre en Uribia (La Guajira), durante el concierto que había reprogramado por una afección respiratoria, Ana mostró sus pechos en señal de que estaba recuperada, lo cual enloqueció a los asistentes.
Otro hecho desatinado fue la promoción del sencillo Sabroso, el cual lanzó el viernes 12 de octubre y, para darle un impulso no hizo gira de medios, sino que a través de Instagram compartió durante ese puente festivo varias historias que daban cuenta de las borracheras que protagonizó durante cuatro días en los que hacía alusión a la canción.
Las catapilas a Villazón
La cereza del pastel la puso el pasado 2 de noviembre en una discoteca barranquillera, luego de que con un grupo de amigos se auto-invitara a subir a tarima en un concierto de Iván Villazón, ‘La voz tenor del vallenato’ le negara la oportunidad, alegando que Ana estaba impedida para cantar debido a las cirugías estéticas que se había practicado (senos y lipoescultura). Esto llenó de ira a la juvenil vocalista que se valió de Instagram para insultar hasta el cansancio a Villazón, uno de los pilares de su género musical a quien le mandó a comer las ya famosas ‘catapilas’…
Por este hecho posteriormente ofreció unas breves disculpas a través de la misma red social, pero prometió hacerlas personalmente con Villazón, lo cual aún no se ha dado.
Como consecuencia de este efecto dominó, su manejador Jaime Vega, justo en una temporada tan comercial como los es Navidad, decidió dar el paso al costado.